Ch¡¯umilkaj, voz del orgullo maya que renace en Guatemala: ¡°Me animaban a dejar de vestir como ind¨ªgena si quer¨ªa progresar¡±
Esta cantante de 28 a?os, con disco y documental, encarna a una nueva generaci¨®n orgullosa de sus ra¨ªces que denuncia sin complejos la violencia, el racismo y la impunidad en la regi¨®n
Para la cantante guatemalteca Ch¡¯umilkaj Nicho (28 a?os, Comalapa, Guatemala), no hace falta acudir a los museos para disfrutar hoy de la cultura maya. ¡°Basta con salir a las calles, a los campos y escuchar las 22 lenguas diferentes de mi pa¨ªs para comprobarlo, y pese a todos los intentos de silenciarnos¡±, afirma. Porque el pueblo maya, enfatiza, ¡°se est¨¢ revindicando: estamos vivos, mantenemos muchas expresiones art¨ªsticas propias y vivimos en resistencia por mantenerlas¡±. Ch¡¯umilkaj acaba de presentar en Bilbao el documental Nataxik-Memoria sobre el proceso de b¨²squeda de los desaparecidos de la guerra civil guatemalteca, en el marco de una gira europea que la llevar¨¢ a Alemania, Francia y Holanda. ¡°No pensamos perder nuestra identidad pese al racismo, la imposici¨®n educativa, ni la violencia estructural que sufrimos¡±, advierte la artista, protagonista del documental.
Ch¡¯umilkaj forma parte de una saga de artistas que han encontrado siempre en la cultura maya su eje de creaci¨®n. Carmen Sotz, prima de su madre, fue la primera mujer ind¨ªgena que se gradu¨® como maestra antes de la guerra civil, que se extendi¨® de 1960 a 1996. Sotz apost¨® por la m¨²sica como herramienta educativa entre los ni?os hasta que fue asesinada durante la guerra. Otra t¨ªa, Paula Nicho, fund¨® ya durante el conflicto armado una agrupaci¨®n de mujeres pintoras que a trav¨¦s de los murales reflejaban su cotidianeidad. Y su madre, Adelina Nicho, se especializ¨® en educaci¨®n biling¨¹e y muralismo. ¡°Siempre he so?ado con aportar a la cultura maya con la m¨²sica, el arte y la educaci¨®n¡±, reconoce la artista, mientras prepara el lanzamiento de tres nuevos temas, as¨ª como la banda sonora de un videojuego.
Ch¡¯umilka ensaya con su guitarra los temas del estreno del documental. Con el pelo recogido en dos largas trenzas, viste una larga falda de tubo plegada y un g¨¹ipil rojo con una colorida estampa bordada. ¡°Se inspira en otra t¨ªa m¨ªa, Julieta Curruchich, que fue la primera mujer ind¨ªgena en dirigir una orquesta sinf¨®nica¡±, explica mientras acaricia el bordado.
¡°La cultura maya no solo est¨¢ viva en los museos. Basta con salir a las calles, a los campos y escuchar las 22 lenguas diferentes de mi pa¨ªs para comprobarlo, pese a todos los intentos de silenciarnos¡±Ch¡¯umilkaj Nicho, cantante guatemalteca
Sin embargo, durante los cinco a?os de universidad, ese mismo vestido y g¨¹ipil, as¨ª como sus dos largas trenzas, fueron objeto de burla, miradas despectivas y consejos paternalistas. ¡°Muchas personas me animaban a dejar de vestir como una ind¨ªgena, si realmente quer¨ªa progresar¡±, recuerda. Lejos de abandonarlos, ha creado un espacio en Comalapa, junto a su hermana, para reivindicar el valor de los textiles de Guatemala, su proceso creativo y generar un espacio de apoyo entre todas las mujeres tejedoras que mantienen viva hoy las t¨¦cnicas m¨¢s tradicionales.
¡°Aqu¨ª estamos una nueva generaci¨®n sin verg¨¹enzas y con mucho orgullo para reivindicar la cultura maya¡±, repite Ch¡¯umilkaj como un mantra. Algo por lo que recibi¨® una beca de la ONU con motivo del a?o internacional de los idiomas de los pueblos originarios y con la que se form¨® durante tres meses en Nueva York junto a ling¨¹istas y activistas de todo el mundo. ¡°Deseo arrastrar a los j¨®venes hacia ese orgullo ind¨ªgena, maya, kaqchikel: formamos parte de una cultura milenaria que lejos de avergonzarnos debe empoderarnos¡±.
De esa fuerza habla en el documental Nataxik-Memoria, acerca de la justicia restaurativa puesta en marcha en Guatemala y respaldada por familiares de las 200.000 personas asesinadas y desaparecidas durante el conflicto armado. Ch¡¯umilkaj se suma a la b¨²squeda de la prima de su madre Carmen Sotz, desaparecida en Comalapa y cuyo rastro se encontr¨® gracias al hallazgo de manera fortuita de un archivo policial de la ¨¦poca. Los trabajos realizados despu¨¦s por la Fundaci¨®n de Antropolog¨ªa Forense, Procuradur¨ªa de los Derechos Humanos y el Programa de Naciones Unidas al Desarrollo han hecho posible encontrar con muestras de ADN el cuerpo de muchos de estos desaparecidos, como el de Sotz, en una fosa com¨²n.
Deseo arrastrar a los j¨®venes hacia ese orgullo ind¨ªgena, maya, kaqchikel: formamos parte de una cultura milenaria que lejos de avergonzarnos debe empoderarnos
El documental, de 22 minutos, pone en valor la colaboraci¨®n de estas instituciones, as¨ª como la tenacidad de las familias por encontrar sus cuerpos. ¡°Aquello fue un genocidio, una intento m¨¢s de silenciarnos y de hacernos desaparecer¡±, remarca. La pieza audiovisual cuenta con el apoyo de la Agencia Vasca de Cooperaci¨®n para el Desarrollo, as¨ª como de la cooperaci¨®n catalana, bajo la direcci¨®n de Ra¨²l San Rom¨¢n de Ikaika Media. Por eso se estren¨® en Bilbao y Barcelona el pasado mes de junio, para despu¨¦s recorrer diferentes festivales de cine internacionales.
Ch¡¯umilkaj aprovecha el documental para denunciar tambi¨¦n la cultura de violencia que permanece en su pa¨ªs y alcanza a todas las esferas de la vida. ¡°La sufrimos de manera especial las mujeres ind¨ªgenas procedentes de las zonas rurales¡±, subraya. D¨ªas antes de partir hacia Europa, el 7 de junio, de camino a la capital para participar en un taller sobre mujeres y violencia, sufri¨® un secuestro expr¨¦s por parte de un taxista con intento de violaci¨®n y amenazas de muerte. ¡°Me robaron todo lo que llevaba, quer¨ªan acceder a mis cuentas y acabaron tir¨¢ndome en marcha junto a la amiga que me acompa?aba¡±, denuncia dolorida todav¨ªa por los golpes recibidos en la cara y sin mucha esperanza en la investigaci¨®n policial iniciada.
¡°No es f¨¢cil la vida en Guatemala, nunca la ha sido: de ah¨ª la necesidad de reivindicar una cultura de paz y ponerla en valor las veces que haga falta¡±. De todo esto, hablan las letras de Ch¡¯umilkaj, as¨ª como los bordados de sus g¨¹ipiles y los murales de su casa estudio en Comalapa. Y de todo esto es de lo que quiere hablar tambi¨¦n durante sus conciertos a guitarra por Europa.
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