El Parlamento de Gambia rechaza el proyecto de ley que pretend¨ªa despenalizar la mutilaci¨®n genital femenina
Tras cuatro meses de debate pol¨ªtico y social, una mayor¨ªa de diputados rechaza el proyecto de ley que pretend¨ªa despenalizar la ablaci¨®n, declarada ilegal desde 2015
El Parlamento de Gambia ha decidido este lunes mantener la prohibici¨®n sobre la mutilaci¨®n genital femenina, una pr¨¢ctica que se declar¨® ilegal en este pa¨ªs africano en 2015 pero que un grupo de legisladores pretend¨ªa despenalizar. Tras un amplio debate pol¨ªtico y social que ha durado cuatro meses, una mayor¨ªa suficiente de 33 diputados ha rechazado todas las cl¨¢usulas de la reforma legal frente a 19 que votaron a favor, lo que ha llevado al presidente de la Asamblea Nacional, Fabakary Tombong Jatta, a desestimar el proyecto de ley y mantener la citada prohibici¨®n.
¡°El Parlamento no puede involucrarse en un ejercicio tan in¨²til como permitir que el proyecto de ley pase a una tercera lectura¡±, dijo Jatta tras la votaci¨®n, ¡°el proyecto de ley es rechazado y el proceso legislativo queda agotado¡±. Un 76% de las mujeres gambianas de entre 15 y 49 a?os han sido v¨ªctimas de esta agresi¨®n, seg¨²n un informe de Unicef publicado el a?o pasado. Gambia podr¨ªa haberse convertido en el primer pa¨ªs del mundo en revertir la protecci¨®n contra esta violaci¨®n de los derechos humanos que afecta a 234 millones de mujeres y est¨¢ en alza, seg¨²n Unicef.
Los colectivos de la sociedad civil que han hecho un enorme esfuerzo de presi¨®n y sensibilizaci¨®n en los ¨²ltimos meses para que la ablaci¨®n del cl¨ªtoris siga siendo ilegal en Gambia reaccionaron con satisfacci¨®n ante la votaci¨®n, pero pidieron que se haga un mayor esfuerzo para la aplicaci¨®n integral de la ley de 2015. ¡°Me alivia que se haya derogado el proyecto de ley que buscaba levantar la prohibici¨®n de la MGF, pero me entristece que se haya puesto en riesgo las vidas de las ni?as gambianas¡±, asegur¨® a trav¨¦s de X la activista Fatou Baldeh, quien dio las gracias a los diputados por ¡°haber hecho lo correcto¡±. Asimismo, a?adi¨® que ¡°esto no es en modo alguno una victoria ya que cinco de cada diez ni?as menores de 14 a?os han sido sometidas a MGF y siete de cada diez mujeres entre 15 y 49 a?os ya han sido mutiladas (¡) Debemos garantizar que esta ley se aplique efectivamente. Fueron necesarios ocho a?os desde que se promulg¨® para obtener una condena a pesar de que la MGF se practicaba impunemente. Esto no puede suceder en el futuro¡±.
Por su parte, Adriana Kaplan, responsable de la ONG Wassu Gambia Kafo, que lleva d¨¦cadas luchando contra la MGF, expres¨® que se trata de ¡°toda una conquista¡±. Al igual que Baldeh, expres¨® su deseo de que a partir de ahora ¡°se haga cumplir la legislaci¨®n, lo que son palabras mayores¡±. El proyecto de ley para derogar la prohibici¨®n, presentado por el diputado Almameh Gibba por considerar que la MGF es ¡°una pr¨¢ctica cultural y religiosa con ra¨ªces muy profundas¡±, fue aprobado en segunda lectura en el Parlamento el pasado 18 de marzo con 42 votos a favor, cuatro en contra y una abstenci¨®n. Sin embargo, ese mismo d¨ªa se decidi¨® la elaboraci¨®n de un informe por parte de un comit¨¦ parlamentario antes de proceder a su aprobaci¨®n definitiva.
Tras numerosas consultas, dicho informe fue presentado a los diputados el pasado 8 de julio y conclu¨ªa que deb¨ªa mantenerse la prohibici¨®n de la MGF ¡°para proteger la salud y el bienestar de ni?as y mujeres¡±, dado que esta pr¨¢ctica estaba indudablemente vinculada ¡°a diversas complicaciones sanitarias¡±. De hecho, se instaba al Gobierno a reforzar la ley de 2015 e impedir todo intento de medicalizar la MGF.
Desde marzo, los debates al respecto en el Parlamento eran observados con atenci¨®n por organismos internacionales, ONG y donantes de este pa¨ªs necesitado de financiaci¨®n y apoyo, donde alrededor del 40% de la poblaci¨®n es pobre, seg¨²n el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD). En estos meses, ha habido un periodo de di¨¢logo nacional en el que dos comisiones del Parlamento han escuchado a m¨¦dicos, expertos, organizaciones internacionales, supervivientes y activistas. La conversaci¨®n tambi¨¦n lleg¨® a la calle y a las redes sociales, donde ha habido una especie de Me Too de la mutilaci¨®n, con casos en los que unas mujeres pod¨ªan reconocerse en la historia de otras.
La ley aprobada en 2015, cuya intenci¨®n era acabar con esta pr¨¢ctica da?ina para la salud de las mujeres, establec¨ªa penas hasta tres a?os y una multa de unos 773 euros tanto para quien la practique como para quien ¡°la solicite, incite o promueva proporcionando herramientas o mediante cualquier otro medio¡±, as¨ª como la cadena perpetua si dicha ablaci¨®n conduce a la muerte. Adem¨¢s, establec¨ªa una multa de unos 154 euros para quien, teniendo conocimiento de la pr¨¢ctica de la mutilaci¨®n genital, no lo denunciara a las autoridades.
Sin embargo, hasta el a?o pasado nadie hab¨ªa ido a la c¨¢rcel en aplicaci¨®n de la ley. Todo cambi¨® en agosto de 2023, cuando un juez conden¨® a una circuncidadora y dos madres por practicar la ablaci¨®n a ocho ni?as. La multa impuesta a cada una de ellas fue de 217 euros o un a?o de c¨¢rcel. En ese momento, el imam Fatty, un l¨ªder religioso conocido por su homofobia, su defensa de la ablaci¨®n como parte de la religi¨®n musulmana y su colaboraci¨®n con el ex dictador gambiano Yahya Jammeh, pag¨® las multas para sacarlas de prisi¨®n, mientras animaba a los gambianos a continuar con esta pr¨¢ctica sin esconderse. ¡°Si todos acuerdan hacerlo abiertamente, el Gobierno no puede encarcelar a un pueblo entero y mucho menos a todo un pa¨ªs¡±, dijo entonces.
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