La epidemia de tabaquismo es una de las amenazas m¨¢s mort¨ªferas del mundo: un pacto mundial la est¨¢ combatiendo
El Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS ha logrado disminuir el consumo de tabaco en un tercio en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, pese a que su aplicaci¨®n contin¨²a siendo desigual entre los pa¨ªses y son muchas las esferas que deben reforzarse
En los ¨²ltimos 20 a?os, el consumo de tabaco se ha reducido en un tercio en todo el mundo y se estima que, actualmente, hay 118 millones de consumidores menos que en 2005.
?Por qu¨¦? En gran medida por el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS), uno de los tratados de las Naciones Unidas con mayor n¨²mero de adhesiones de la historia y del que esta semana se cumple 20 a?os de su entrada en vigor.
El CMCT de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud fue, y sigue siendo, un hito del derecho internacional: el primer tratado negociado en virtud de la Constituci¨®n de la OMS que incorporaba m¨²ltiples medidas para controlar la demanda y la oferta de tabaco. Actualmente, la convenci¨®n cuenta con 183 Estados firmantes, que representan al 90% de la poblaci¨®n mundial. M¨¢s de 5.600 millones de personas est¨¢n protegidas por la aplicaci¨®n integral de, como m¨ªnimo, una medida de control del tabaco.
Por ejemplo, 138 pa¨ªses obligan hoy a incluir advertencias sanitarias gr¨¢ficas de gran tama?o en los paquetes de cigarrillos, y decenas de pa¨ªses aplican normas para el empaquetado neutro que proh¨ªben la presencia de distintivos en los paquetes de cigarrillos, lo que hace que sean menos atractivos. Adem¨¢s, 66 pa¨ªses han aplicado una prohibici¨®n total de la publicidad, la promoci¨®n y el patrocinio del tabaco y m¨¢s de una cuarta parte de la poblaci¨®n mundial est¨¢ protegida por la prohibici¨®n de fumar en espacios interiores y dem¨¢s leyes sobre entornos sin humo.
Por otro lado, incrementar los impuestos sobre los productos de tabaco para que sean menos asequibles sigue siendo la herramienta m¨¢s rentable para reducir el consumo. Los impuestos al tabaco tambi¨¦n pueden aumentar los ingresos p¨²blicos destinados al control del tabaco y a financiar la atenci¨®n de la salud.
Asimismo, en 2018 entr¨® en vigor un instrumento jur¨ªdico adicional: un protocolo para eliminar todas las formas de comercio il¨ªcito de productos de tabaco, un comercio que socava las medidas de control, reduce los ingresos tributarios y fomenta las actividades delictivas.
La producci¨®n y el consumo de tabaco tambi¨¦n contribuyen al calentamiento global, al liberar cada a?o 80 millones de toneladas de di¨®xido de carbono a la atm¨®sfera
A pesar de estos avances, el tabaco sigue siendo la principal causa de fallecimientos prevenibles en el mundo y uno de los vectores m¨¢s importantes de las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares, el c¨¢ncer, las enfermedades respiratorias cr¨®nicas y la diabetes.
En todo el mundo, sigue habiendo alrededor de 1.300 millones de consumidores de tabaco, a los que alimenta una industria multimillonaria que vende unos productos adictivos y mortales y que se beneficia del sufrimiento de quienes los consumen.
En vista de la ca¨ªda en las ventas de cigarrillos, la industria est¨¢ dirigiendo su atenci¨®n a nuevos productos, como los cigarrillos electr¨®nicos, que se anuncian falsamente como una alternativa m¨¢s saludable pese a generar sustancias t¨®xicas, algunas de las cuales se sabe que causan c¨¢ncer y otras, que aumentan el riesgo de trastornos cardiacos y pulmonares.
Los fabricantes de tabaco no escatiman esfuerzos para enganchar a millones de j¨®venes a sus productos. Solo 56 pa¨ªses alcanzar¨¢n el objetivo mundial de reducir el consumo de tabaco en un 30% para 2025.
El tabaco no es solo un problema de salud. Es una amenaza para el desarrollo sostenible en su conjunto. Se estima que el costo econ¨®mico del tabaquismo, debido a los gastos en atenci¨®n de la salud y a la p¨¦rdida de productividad, ronda el 1,8% del producto interno bruto anual a escala mundial.
Nuestro planeta tambi¨¦n figura entre las v¨ªctimas del tabaco. Aproximadamente, 4,5 billones de colillas de cigarrillos se desechan cada a?o al medio ambiente; se trata de la segunda mayor forma de contaminaci¨®n por pl¨¢sticos en el planeta. Tierras agr¨ªcolas valiosas y agua se desperdician para cultivar tabaco en lugar de alimentos. La producci¨®n y su consumo tambi¨¦n contribuyen al calentamiento global, al liberar cada a?o 80 millones de toneladas de di¨®xido de carbono a la atm¨®sfera.
Por todos estos motivos, el CMCT de la OMS sigue siendo tan pertinente hoy como lo fue cuando entr¨® en vigor hace 20 a?os, pese a que su aplicaci¨®n contin¨²a siendo desigual entre los pa¨ªses y son muchas las esferas que deben reforzarse.
Todos los pa¨ªses pueden hacer m¨¢s, por ejemplo, prohibir el patrocinio y la publicidad del tabaco en los medios de comunicaci¨®n tradicionales y las redes sociales y proteger las pol¨ªticas de salud p¨²blica de la interferencia de la industria tabacalera. La plena aplicaci¨®n de las disposiciones del convenio permitir¨¢ a los pa¨ªses proteger la salud de su poblaci¨®n, sus econom¨ªas y el medio ambiente en los pr¨®ximos decenios.