Un continente donde los sue?os tienen menos de 30 a?os
Hay expresiones habituales en cualquier escuela de negocios que en ?frica cobran otro sentido, porque no solo se trata de producir, sino tambi¨¦n de saber entrar en la cadena de valor. En Costa de Marfil, especialistas en la materia debate con un grupo de j¨®venes sobre agricultura sostenible e incubaci¨®n de empresas en el marco de la ¨²ltima edici¨®n de FEMUA
Hermann Kouassi, cofundador de Incub¡¯Ivoir, una consultora e incubadora de empresas con sede en Abiy¨¢n (Costa de Marfil), alardea de la juventud de sus equipos. ¡°La media de edad es de 26 a?os¡±, presume. Kouassi fue ponente en una de las mesas redondas que se celebraron durante la 14? edici¨®n del Festival de M¨²sicas Urbanas de Anoumabo - FEMUA, en el predio del Institute de la Jeunesse et des Sports (Instituto Nacional de la Juventud y los Deportes) de la capital financiera de Costa de Marfil. En su intervenci¨®n, Patricia Zoundi Yao explicaba que ¡°a diferencia de una ONG, una empresa social es la que, aun persiguiendo un r¨¦dito, crea un servicio o un producto que resuelve problemas de la sociedad¡±. Ella sabe del tema en primera persona, como cofundadora de la plataforma de transferencias Quick Cash y de Canaan Land, una compa?¨ªa de agricultura inclusiva que busca integrar la producci¨®n de las peque?as agricultoras en el mercado. Ella tambi¨¦n form¨® parte del panel de expertos marfile?os sobre el emprendimiento de los j¨®venes como palanca de crecimiento econ¨®mico, en un pa¨ªs en que tanto el desempleo como la emigraci¨®n masiva se han convertido en clamorosas angustias.
El marco de este debate es el FEMUA, organizado por los miembros del legendario grupo Magic System; porque, al margen de los escenarios y la m¨²sica, hay espacio para reflexionar, discutir y aprender a partir de las inquietudes de la poblaci¨®n estudiantil de Costa de Marfil y sus pa¨ªses vecinos sobre el empleo, la probabilidad de conseguirlo o de lanzarse a los negocios. Por decirlo de otra manera, lo que se intenta desentra?ar es la posibilidad de revertir los sue?os de los j¨®venes de ?frica Occidental y cambiar la idea de migrar por la de aportar (incluso triunfar) en la propia sociedad.
Lo que se intenta es revertir los sue?os de los j¨®venes de ?frica Occidental y cambiar la idea de migrar por la de aportar e incluso triunfar en sus pa¨ªses
Son cientos los chicos y chicas de liceos de Abiy¨¢n que asisten a los foros matinales de este festival. Tienen menos de 18 a?os y prestan una desusada atenci¨®n a los consejos de quienes hicieron el camino de emprender y les fue bien. Formulan preguntas y reciben respuestas certeras; por caso, Aziz, un adolescente de 15 a?os, que aprovecha la ronda de intervenciones del p¨²blico para saber c¨®mo debe actuar, en la pr¨¢ctica, para conseguir financiar su anhelo de vivir de lo que m¨¢s le gusta en la vida: crear dise?os de marroquiner¨ªa. A ¨¦l, Patricia Zoundi le ofrece el contacto de una dise?adora de accesorios de lujo que puede iniciarlo en la econom¨ªa de escala de su sector. As¨ª, en este espacio, hay intercambios de tarjetas de visita, se ceden contactos, se mencionan productos locales que han podido entrar al mercado con may¨²sculas y se entretejen los primeros hilos de las redes.
Entrar al mercado con may¨²sculas significa conocer las normativas de producci¨®n y consumo, y poder adaptarse a ellas para competir con lo que ofrecen las grandes empresas y con lo mucho y variado que se importa en Costa de Marfil (desde tomates y legumbres frescas a tractores, pasando por los envases de vidrio para mermeladas y otros procesados alimentarios). Todo esto en un pa¨ªs que, a pesar de la notoria mejor¨ªa que ha experimentado en los ¨²ltimos a?os en los niveles de educaci¨®n y de ingreso per capita, se mantiene entre las naciones de menor desarrollo humano del mundo, situada en el puesto 162 entre los 189 territorios del ¨ªndice, seg¨²n el informe elaborado por Naciones Unidas en 2019.
Entrar al mercado con may¨²sculas significa conocer las normativas de producci¨®n y consumo y poder adaptarse a ellas, para competir con lo que ofrecen las grandes empresas y con lo mucho y variado que se importa en Costa de Marfil
De ah¨ª que estas tareas de formaci¨®n y asesoramiento sobre el mercado local se vuelvan a¨²n m¨¢s razonables teniendo en cuenta este momento del mundo, en que los granos de trigo se tornan escasos y el transporte internacional de mercanc¨ªas se encarece d¨ªa a d¨ªa. Se trata, sin duda, de prop¨®sitos realizables en Costa de Marfil, con vocaci¨®n y pr¨¢ctica comercial, un lugar donde miles de mujeres transitan cada d¨ªa por las calles, con cestas sobre la cabeza, en las que transportan la comida casera que venden. De hecho, en la abarrotada ciudad de Abiy¨¢n, con m¨¢s de cuatro millones de habitantes, el comercio informal de bienes y servicios se expande hasta que las mantas y los chiringuitos ocupan buena parte de las calzadas de los barrios c¨¦ntricos, de manera que el tr¨¢fico en hora punta compite con el quehacer diario de los vendedores ambulantes y con trabajadores de todos los oficios, en plena actividad.
Muy cerca de esas aceras no demarcadas (porque el peat¨®n no parece ser una prioridad), en las aulas convertidas en salas de conferencias del predio ministerial dedicado a la juventud, se oye la palabra ¡°sinergia¡± y se debate sobre el acceso a mercados que van m¨¢s all¨¢ de las fronteras, o acerca de la fiscalidad relacionada con la responsabilidad social corporativa. Aqu¨ª todo parece posible, inclusive conseguir que, como plantea Patricia Zoundi, se elabore un ¡°estatuto particular¡± con ventajas fiscales para que ¡°las empresas que se preocupan por el medio ambiente no paguen las mismas tasas que las que no lo hacen¡±. Ella da un paso m¨¢s all¨¢, cuando se queja de que en ?frica Occidental no haya ¡°est¨ªmulos que favorezcan el hecho de ser corporativamente responsables, salvo la decisi¨®n del consumidor, que puede tener en cuenta esa dimensi¨®n al elegir un producto u otro¡±.
C¨®mo dejar de importar tomates
A prop¨®sito de su propia experiencia de m¨¢s de 20 a?os como emprendedora social, Zoundi Yao recordaba, en una entrevista de BBC, c¨®mo ella convivi¨® con esa realidad del emprendimiento viendo a su madre vender peque?as cosas, como galletas y zumos, para contribuir a la econom¨ªa familiar. Sin embargo, Canaan Land, su empresa actual, empez¨® a gestarse el d¨ªa en que unas productoras de legumbres le dijeron que no ten¨ªan c¨®mo transportar los kilos de tomates que no hab¨ªan podido vender a pie y, entonces, Zoundi Yao comprendi¨® que para que un producto local entrase a la cadena de valor (lo que significa poder colocarlo en comercios convencionales, u hoteles y restaurantes, por ejemplo) hac¨ªa falta clasificarlo, gestionar su trazabilidad y adaptar toda la cadena de producci¨®n, conservaci¨®n y distribuci¨®n a la reglamentaci¨®n de la industria alimentaria. Solamente as¨ª es posible limitar la dependencia exterior ¡ªal menos, las importaciones de alimentos¡ª y favorecer a los agricultores de la regi¨®n, comentaba esta l¨ªder comercial en agricultura sostenible, que habla de regar proyectos y plantas, para enfrentar las temporadas secas. ¡°Tenemos que creer que la independencia alimentaria de los africanos es posible¡±, aseveraba.
En efecto, la transmisi¨®n de sus vivencias y la convicci¨®n de esta empresaria sonaron indispensables frente a los j¨®venes y los docentes que asist¨ªan al panel de debate del FEMUA. A Patricia Zoundi Yao se le hab¨ªa asignado la exposici¨®n acerca de c¨®mo salvar a las empresas durante sus primeros a?os de vida. A partir de entonces, se sucedieron multitud de preguntas. Entre ellas, alguna ret¨®rica (¡°?qu¨¦ es el ¨¦xito?¡±) y otras m¨¢s pragm¨¢ticas acerca de los atributos necesarios para una buena gesti¨®n o c¨®mo armar un buen equipo de trabajo, con la constancia necesaria para no desanimarse ante los primeros obst¨¢culos.
¡°La constituci¨®n del equipo es crucial en los primeros tres a?os¡±, aclaraba Hermann Kouassi, quien considera que esto incluye ¡°saber con qui¨¦n vas a hablar y c¨®mo se organiza tu empresa¡±. Para el asesor, estar ¡°bien rodeados, tener un programa claro y trabajar juntos en ¨¦l¡± son claves, as¨ª como no perder la paciencia: ¡°Yo mismo empec¨¦ a vivir de mi actividad cinco a?os despu¨¦s de comenzar¡±.
Quiz¨¢ con un excesivo ¨¦nfasis en el propio ¨ªmpetu, el compromiso y en la motivaci¨®n, Kouassi enumer¨® frente a los j¨®venes las tareas que tendr¨ªan que encarar por s¨ª mismos, tales como el plan de negocios o la b¨²squeda de clientes y financiaci¨®n. No obstante, concede que ¡°emprender est¨¢ bien, pero hay que saber c¨®mo¡±. En sus palabras, ¡°el consultor (o la incubadora) no hace las cosas por vosotros; os acompa?amos para haceros ver aquello que no veis¡±. Y agrega: ¡°Somos vuestros copilotos y hacemos ese acompa?amiento para llegar al mercado en las mejores condiciones¡±.
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