Etiop¨ªa, no todo es guerra o hambre

Estoy preocupado por la guerra en Etiop¨ªa. El pa¨ªs est¨¢ viviendo unos momentos delicados. Contamos por miles las personas desplazadas, las afectadas por la hambruna, las v¨ªctimas de los cr¨ªmenes de guerra, y de violaciones de derechos. Los medios de comunicaci¨®n internacionales se hacen eco. Sin embargo, en medio de la peor crisis del pa¨ªs de las ¨²ltimas d¨¦cadas, en Etiop¨ªa no todo es guerra.

No quiero restar importancia a un conflicto en el que hay mucho en juego, pero tampoco quiero ignorar ni que se ignoren las otras actividades que siguen representando a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Llevamos a?os queriendo dar la imagen de que ?frica no es todo drama, hambruna, miseria. Sin embargo, cuando hay guerra parece que todas las noticias se limiten a ella. Quiero llamar la atenci¨®n sobre la otra Etiop¨ªa, la de la mayor¨ªa, la de la gente. Incluso cuando el pa¨ªs se encuentra enfrentado, hay vida m¨¢s all¨¢ del conflicto, no quiero ignorar el trabajo que ante mis ojos est¨¢ realizando la mayor parte de la poblaci¨®n.

Llevamos a?os queriendo dar la imagen de que ?frica no es todo drama, hambruna, miseria. Sin embargo, cuando hay guerra parece que todas las noticias se limiten a ello

Quiero compartir con vosotros las reuniones y el trabajo que estamos desarrollando estos d¨ªas. Quiero compartir c¨®mo mis redes sociales se est¨¢n llenando de fotograf¨ªas de et¨ªopes que desde distintas ciudades del pa¨ªs quieren mostrar c¨®mo su vida continua con su ritmo de normalidad, mostrando que la mayor parte de et¨ªopes siguen con su vida diaria alejada de lo que los grandes titulares de las noticias muestran. C¨®mo siguen las clases en la universidad, las reuniones de trabajo, las compras en los mercados, las salidas a bares y restaurantes, los partidos de f¨²tbol¡­ en fin, su rutina cotidiana.

Mis compa?eros quieren mostrar c¨®mo, en efecto, la mayor parte de la poblaci¨®n no est¨¢ luchando en el frente, sino que est¨¢n trabajando, estudiando y realizando sus actividades formativas ordinarias. Nosotros desde el hospital de Gambo tambi¨¦n seguimos con la actividad diaria y realizando nuevas reuniones buscando apoyos y sinergias. Una de las reuniones m¨¢s destacadas ha sido con la doctora Mahlet Abayneh, a quien he tenido el placer de conocer durante estos d¨ªas.

En el hospital del Gambo, la enfermera Mintwuab y el enfermero Abu lideran la reci¨¦n estrenada unidad neonatal y ya se han beneficiado de la formaci¨®n en el hospital de la capital

Mahlet lidera la Unidad Neonatal de Cuidados intensivos del Saint Paul¡¯s Hospital, una de las m¨¢s grandes del pa¨ªs. Tras acompa?arla puedo decir que es para m¨ª un ejemplo a seguir por su capacidad de entrega, sacrificio, compromiso, entusiasmo y liderazgo. Ella junto a otra neonat¨®loga llevan una UCI neonatal con 60 camas, luchando a diario contra la escasez de recursos tanto humanos como materiales y agudizando el ingenio para optimizar al m¨¢ximo, y doy fe que lo est¨¢n consiguiendo de una manera admirable.

En el hospital de Gambo, ubicado en una zona rural de la Orom¨ªa, necesitamos m¨¦dicos, pero pensamos que no es necesario irlos a buscar a Espa?a, cuando Ad¨ªs Abeba cuenta con excelentes hospitales universitarios como el Saint Paul¡¯s Hospital. Con esta idea hemos establecido esta colaboraci¨®n. Gracias a ella, el equipo de enfermer¨ªa del hospital rural de Gambo se podr¨¢ formar en la Unidad Neonatal del hospital de la capital.

En el hospital del Gambo, la enfermera Mintwuab y el enfermero Abu lideran unidad neonatal estrenada hace poco m¨¢s de un a?o y ya se han beneficiado de la formaci¨®n en dicho centro sanitario. ¡°En Ad¨ªs Abeba he aprendido cuidados que pensaba que no se pod¨ªan practicar en nuestro pa¨ªs. Y ahora, los vamos a realizar en la zona rural de Gambo en beneficio de nuestra comunidad¡±. Escuchar estas palabras de la boca de Mintwuab me llena de alegr¨ªa.

Desde el Hospital General Rural de Gambo, apostamos por una cooperaci¨®n nacional, creemos que no es necesario ir a buscar fuera cuando lo que necesitas lo tienes en casa. Debemos quitarnos la venda colonialista que nos impide ver, tantas veces, la riqueza ante nuestros ojos. Incluso en tiempo de guerra, la mayor¨ªa de et¨ªopes viven y trabajan en paz.

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