En Madrid tambi¨¦n se llora a los muertos de Per¨²
Despu¨¦s de un mes de protestas en el pa¨ªs andino en las que han fallecido m¨¢s de medio centenar de personas, la comunidad peruana se moviliza en Espa?a
¡°La situaci¨®n en Per¨² es muy compleja¡±, explica Jos¨¦ Carlos Vera, soci¨®logo que trabaj¨® como funcionario de gesti¨®n p¨²blica durante una d¨¦cada. En 2021, con 44 a?os, migr¨® a Espa?a para hacer un m¨¢ster en planificaci¨®n y desarrollo territorial en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y se qued¨® para trabajar como consultor, pero con empresas y organizaciones vinculadas a su pa¨ªs. Desde hace un mes, con la ca¨ªda de Pedro Castillo, Per¨² ha vivido un estallido de manifestaciones en las que han muerto m¨¢s de 50 personas. ¡°Al ver la situaci¨®n y con dos hijos peque?os, tanteamos alargar la estancia aqu¨ª¡±, confiesa en la cafeter¨ªa de Matadero, en Legazpi, al sur de la capital.
El pasado jueves, las protestas ¡ªque se hab¨ªan dado en el sur del pa¨ªs¡ª llegaron a Lima, la capital peruana. La polic¨ªa entr¨® en el campus de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), la principal de Per¨², para desalojar a los manifestantes el pasado s¨¢bado. ¡°Este enfrentamiento se puede ver desde diferentes perspectivas: desde la m¨¢s reciente destituci¨®n de Pedro Castillo hasta el problema m¨¢s nuclear del Per¨² y su racismo estructural¡±, opina Vera.
En Espa?a, en 2022, hab¨ªa 119.728 peruanos residiendo en el pa¨ªs, seg¨²n datos el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Con una presencia importante en la capital, casi del 40%, el Colectivo Peruanxs en Madrid convoc¨® el pasado jueves a decenas de compatriotas delante de su Embajada para pedir justicia para los fallecidos, la dimisi¨®n de la actual presidenta del pa¨ªs, Dina Boluarte, nuevas elecciones, la disoluci¨®n del Congreso y una nueva Constituci¨®n. A trav¨¦s de varios rituales ind¨ªgenas, los presentes le pidieron a sus apus [esp¨ªritus] que los muertos encontrasen la paz, haciendo sonar unas caracolas cuatro veces, una por cada punto cardinal. ¡°Nadie se preocupa porque se haga justicia y se arreglen las cosas¡±, se queja con l¨¢grimas en los ojos Esther Su¨¢rez, una de las asistentes y vecina de Madrid desde hace 18 a?os.
¡°Pedimos al embajador que se desmarque de esta dictadura y que no sea su representante, que se posicione con el pueblo, porque si no ser¨¢ c¨®mplice. Lo mismo le pedimos al Gobierno de Espa?a¡±, recitaba una de las portavoces durante la concentraci¨®n.
A Filomeno Eustaquio Carvajal, las movilizaciones en Per¨² no le han sorprendido. Reside en Espa?a desde el 2012 y tiene 68 a?os. A pesar del tiempo que lleva fuera de su pa¨ªs, sigue muy conectado con su realidad pol¨ªtica. ¡°Esto ya se ve¨ªa venir. Antes de que entrase Castillo, el pueblo ya estaba descontento. La situaci¨®n precaria que se ha ido postergando en materia de educaci¨®n, salud, carreteras, en apoyo social en los pueblos del sur, centro y algunas parte del norte ya era insostenible¡±, asegura en una entrevista telef¨®nica.
Siempre nos olvidamos de las comunidades ind¨ªgenas, as¨ª que en materia de servicios b¨¢sicos ellos son los que m¨¢s lo han notadoJos¨¦ Carlos Vera, soci¨®logo peruano residente en Espa?a
Con experiencia como empleado p¨²blico en Per¨², Vera coincide con Carvajal. Considera que el problema que enfrenta Per¨² es la fragmentaci¨®n entre los gobiernos locales, regionales y el central. ¡°Frente a las ganas de los funcionarios de trabajar, tienes un aparato p¨²blico estatal, burocr¨¢tico, extremadamente corrupto, lento y desconectado de la realidad. Est¨¢ totalmente fragmentado. Hay 19 ministerios, 26 gobiernos regionales y 1.847 municipios. Cada uno de ellos con direcciones, programas y estrategia diferentes¡±, aclara. Y a?ade: ¡°Mucha gente dir¨¢ que el problema es la ausencia del Estado, pero a veces s¨ª est¨¢, pero no de forma eficaz¡±.
En este sentido, es el sur del pa¨ªs quien m¨¢s ha sufrido los vac¨ªos del Gobierno. ¡°Siempre nos olvidamos de las comunidades ind¨ªgenas, as¨ª que en materia de servicios b¨¢sicos ellos son los que m¨¢s lo han notado¡±, se?ala el soci¨®logo.
Magali Revollar es quechua parlante, una de las lenguas ind¨ªgenas de los Andes, y fue maestra en la zona del sur. ¡°He visto de primera mano la situaci¨®n ah¨ª¡±, se lamenta. Tambi¨¦n acudi¨® el jueves a la calle Zurbano n¨²mero 70 y adem¨¢s fue de las que estuvo en primera fila durante el ritual ind¨ªgena que se llev¨® a cabo, seguido de la lectura de los nombres de los muertos. ¡°Quisiera mandar un saludo y mis condolencias a todas las familias que han perdido a alguien¡±, dice con la voz entrecortada mientras de fondo se escucha a los dem¨¢s gritar: ¡°?Dina asesina, Madrid te repudia!¡±.
Viviana Osores, de 34 a?os, lleva casi un a?o en Madrid y tiene una visi¨®n bastante diferente de las protestas. Desde su perspectiva, ¡°la izquierda radical perdi¨® el poder el 7 de diciembre del 2022, cuando Pedro Castillo se dio el autogolpe de Estado. Y ahora est¨¢n intentando desesperadamente recuperarlo¡±. Y asegura que los manifestantes cuentan con ¡°la asesor¨ªa, respaldo y financiamiento de las izquierdas radicales internacionales, grupos terroristas como el MRTA [Movimiento Revolucionario T¨²pac Amaru] y Sendero Luminoso, grupos aliados a estos, bandas pertenecientes y afiliadas al narcotr¨¢fico y gente vinculada a ellos¡±.
Para ella las protestas no tienen un prop¨®sito claro. ¡°Todos estos grupos han manipulado a un sector olvidado de la poblaci¨®n del pa¨ªs para lograr que se unan a sus actos de vandalismo. Sus demandas son tan dif¨ªciles de cumplir como inaceptables¡±, asevera. Sin embargo, a pesar de la disparidad de opiniones con varios de los entrevistados, est¨¢ preocupada y su familia, que permanece en Per¨², tiene ¡°mucho miedo¡±.
Se pide una reforma constitucional y mientras no se haga un cambio estructural la gente va a seguir eligiendo lo mismoAlberto Huerta, manifestante peruano
Vera no niega la presencia de v¨¢ndalos en las manifestaciones, pero es muy cuidadoso a la hora de hacer la distinci¨®n: ¡°Si bien es cierto que mayoritariamente hay una protesta de reivindicaci¨®n de las comunidades del sur andino, tambi¨¦n lo es que hay una serie de movimientos econ¨®micos capitalistas informales¡±. Seg¨²n el funcionario peruano, el pa¨ªs ¡°tiene un alto porcentaje de econom¨ªa informal que busca generar enfrentamientos para sacar alg¨²n tipo de beneficio¡±. Entre ellos, algunos pol¨ªticos: como ¡°en Per¨² Libre, el partido de Pedro Castillo, que generaron incentivos en su Gobierno y que ahora los van a perder, por lo que se suben al carro¡±. Pero adem¨¢s, ¡°tambi¨¦n hay econom¨ªas ilegales, miner¨ªa ilegal, narcotr¨¢fico, informalidad que se apuntan a las protestas. Y sobre eso, adem¨¢s hay una capa de delincuencia com¨²n, de vandalismo, que tambi¨¦n aprovecha estos momentos. Eso hace m¨¢s complicado distinguir y por eso hay quienes simplifican y dicen que todos son v¨¢ndalos o terroristas¡±, puntualiza. Y agrega: ¡°Idealizar el mundo andino tambi¨¦n ser¨ªa un error, porque entonces se habla de ¡®buenos¡¯ y ¡®malos¡±.
Alberto Huerta, natural del sur del pa¨ªs y asistente a la congregaci¨®n el pasado jueves, revela que sus familiares m¨¢s j¨®venes s¨ª est¨¢n a favor de las protestas, mientras que los m¨¢s mayores ¡°se han cre¨ªdo el discurso de la derecha y est¨¢n muertos de miedo¡±.
La mayor¨ªa de los entrevistados, tanto aquellos que conf¨ªan en el Gobierno de Dina Boluarte como los que no, admiten que se informan desde la distancia de todo lo que ocurre en Per¨² a trav¨¦s de medios no convencionales como puede ser TikTok, YouTube, Instagram o Facebook. Luis Alberto Peralta, periodista y peruano, reconoce leer peri¨®dicos e intenta leer tanto m¨¢s conservadores como m¨¢s progresistas, aunque tambi¨¦n acude a periodistas independientes que comunican a trav¨¦s de plataformas no convencionales.
¡°Nadie nos est¨¢ obligando a protestar, lo hacemos porque en la pr¨¢ctica estamos descontentos con el pa¨ªs, m¨¢s que nada con el Gobierno¡±, sentencia Filomeno Carvajal. ¡°No hay manera de deshilachar esto. Se pide una reforma constitucional y mientras no se haga un cambio estructural, la gente va a seguir eligiendo lo mismo¡±, resume Huerta abatido, que acudi¨® a la manifestaci¨®n del pasado jueves sin mucha esperanza de que las movilizaciones vayan a cambiar la situaci¨®n en Per¨².
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