El ni?o de Senegal que fabric¨® un telescopio con alambre y latas de refresco
Malick Ndiaye, con 12 a?os, aprendi¨® a identificar las estrellas con un viejo libro de su padre y dibuja sus propios mapas del cielo
Cuando a¨²n no sab¨ªa leer ni escribir, en lugar de salir a jugar al f¨²tbol con sus amigos, el peque?o Malick Ndiaye prefer¨ªa pasarse las horas ojeando un viejo libro que hab¨ªa en su casa llamado Todo el Universo, fascinado por aquellas misteriosas im¨¢genes de estrellas y planetas. Luego, por la noche, sal¨ªa al patio a mirar esos puntos brillantes en la lejan¨ªa. Y se hac¨ªa preguntas. Con solo ocho a?os aprendi¨® a identificar Sirio, Betelgeuse o Aldebar¨¢n, cada una en su lugar. Para verlas m¨¢s de cerca, el pasado verano, a la edad de 13, junt¨® unas viejas gafas de miope de su padre, la lente de una c¨¢mara, alambre, papel, latas y ca?a y se fabric¨® su propio telescopio. ¡°Ahora puedo contemplar bien J¨²piter y hasta los anillos de Saturno¡±, dice con una sonrisa.
Esta historia comienza en medio de largas conversaciones en el interior de un coche oficial. El padre de Malick Ndiaye era gendarme y ch¨®fer personal de Abdou Diouf, expresidente de Senegal, pero tambi¨¦n era un hombre curioso interesado por las cosas del cielo y de la tierra, a quien le encantaba leer y ver documentales. En su jubilaci¨®n, Diouf le regal¨® varios libros, uno de ellos Todo el Universo, que el agradecido ch¨®fer se llev¨® a su casa como un tesoro. Treinta a?os m¨¢s tarde, esas ajadas p¨¢ginas fueron la inspiraci¨®n de un ni?o que hered¨® el ansia de saber de su anciano padre y que aprendi¨® de ¨¦l su pasi¨®n por el bricolaje, el milagro de crear con lo que haya a mano.
Lo cuenta Astou Sow, madre de Malick Ndiaye, en el sal¨®n de su humilde casa de Mback¨¦, una peque?a ciudad cercana a Touba del interior de Senegal. Afuera el calor aprieta. Las clases a¨²n no han comenzado y el peque?o se sienta con serena educaci¨®n en uno de los sillones. De repente, impulsado por un resorte, sale corriendo de la habitaci¨®n y trae el famoso libro para mostrarlo a los visitantes. Junto a ¨¦l un pu?ado de hojas garabateadas con puntos y rayas. Son sus propios mapas del cielo, los que fue dibujando a medida que aprendi¨® a descifrar la identidad de aquellos puntos brillantes. Constelaciones y nebulosas, estrellas y planetas. Todo cabe en la cabeza de un ni?o.
¡°Tard¨¦ dos semanas en construir el telescopio¡±, explica el peque?o ataviado con un polo de la NASA, ¡°cuando enfoqu¨¦ al cielo nocturno y vi los detalles de la superficie de la Luna me pareci¨® que pod¨ªa tocarla con la mano. Un d¨ªa estaba en la puerta de casa y pas¨® un hombre que trabajaba en la obra de la carretera. Me pregunt¨® si era algo de topograf¨ªa y le dije que no, que era un telescopio que me hab¨ªa fabricado yo mismo. Entonces me hizo fotos y un v¨ªdeo y los subi¨® a Facebook¡±. La historia de Malick Ndiaye empez¨® a circular por las redes sociales y los medios locales se hicieron eco. De repente aquel ni?o t¨ªmido y casero se hab¨ªa convertido en una celebridad.
Tard¨¦ dos semanas en construir el telescopio. Cuando enfoqu¨¦ al cielo nocturno y vi los detalles de la superficie de la Luna me pareci¨® que pod¨ªa tocarla con la manoMalick Ndiaye
¡°Yo estaba estresada¡±, asegura su madre, ¡°empezaron a llamarnos y vinieron periodistas. No quer¨ªa que Malick se despistara con este asunto, ¨¦l tiene que seguir con sus estudios y todo este revuelo me preocupaba¡±. Pero la historia lleg¨® al mejor destinatario posible, el profesor Maram Kaire, presidente de la Asociaci¨®n Senegalesa para la Promoci¨®n de la Astronom¨ªa (ASPA). ¡°Me llegaron mensajes desde todos lados. Cuando pude ver el v¨ªdeo me record¨® a m¨ª mismo cuando era chaval y pens¨¦ en todos los esfuerzos que hacemos para divulgar esta ciencia. No dud¨¦ en reaccionar porque s¨¦ lo dif¨ªcil que es contemplar las estrellas sin un instrumento adecuado, tener una pasi¨®n y no poder desarrollarla¡±, asegura el cient¨ªfico.
Con 12 a?os, Maram Kaire ya escudri?aba el cielo con unos prism¨¢ticos. Tras estudiar Inform¨¢tica e Ingenier¨ªa de Sistemas en Francia, en la actualidad colabora con la NASA y desarrolla numerosas actividades para que los j¨®venes senegaleses se interesen por la astronom¨ªa. Por su enorme trabajo un asteroide situado entre Marte y J¨²piter acaba de ser bautizado con su nombre, un reconocimiento por el que ha recibido felicitaciones desde todos los rincones del mundo. ¡°Habl¨¦ con la madre de Malick y le ofrec¨ª un telescopio con el desaf¨ªo de que ¨¦l ten¨ªa que construir el tr¨ªpode. Tard¨® una semana en fabricarlo con maderas y ya lo tiene en casa¡±, asegura el cient¨ªfico.
Ahora Malick Ndiaye tiene dos instrumentos para observar las estrellas, el que construy¨® con sus propias manos y uno nuevecito que le regal¨® Maram Kaire. A ambos cuida con mimo y limpia de polvo y suciedad cada ma?ana. Pero aquel hecho de latas y las viejas gafas de su padre tendr¨¢ siempre un lugar especial en su modesta habitaci¨®n porque fue el que le abri¨® las puertas del cielo y le permiti¨® ver con nitidez los anillos de Saturno. ¡°?Astronauta? No, yo solo quiero mirar las estrellas. ?Sabes a qu¨¦ distancia est¨¢ el centro de la galaxia?¡±, pregunta Malick a la espera de una respuesta que no tardar¨¢ en averiguar por s¨ª mismo.
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