Pongamos fin a la pandemia permanente de enfermedades respiratorias
Es inaceptable. La covid-19 debe convertirse en un punto de inflexi¨®n para el control de la neumon¨ªa en todo el mundo. Los pa¨ªses no deben sufrir nunca m¨¢s muertes masivas por esta dolencia
La covid-19 dej¨® al descubierto las limitaciones de los sistemas de salud en el mundo para hacer frente a las pandemias de infecciones respiratorias. Con una cifra oficial de muertos por covid-19 que ya supera los cinco millones y estimaciones extraoficiales que llegan a quintuplicar esa cantidad, las dificultades de los sistemas de salud son evidentes en todas partes.
Lo que no est¨¢ tan claro es por qu¨¦ el mundo no previ¨® la covid-19. Las enfermedades respiratorias son desde hace mucho la principal causa de muerte por infecci¨®n en el mundo. Antes de la pandemia de la covid-19 se estimaba que 2,5 millones de adultos y ni?os mor¨ªan por neumon¨ªa cada a?o. Ninguna otra enfermedad infecciosa se acerca siquiera a esta cantidad de v¨ªctimas mortales.
Y hay muertes por neumon¨ªa en todos los pa¨ªses. En los de altos ingresos, las muertes se concentran en los adultos mayores; mientras que en los pa¨ªses con bajos ingresos, las principales v¨ªctimas son los ni?os. Muchos pa¨ªses con ingresos medios sufren gran cantidad de muertes en ambos grupos.
Considerando estos datos, las infecciones respiratorias fueron la pieza faltante m¨¢s significativa en la agenda mundial de salud. Antes de la pandemia nunca hubo una campa?a mundial para la salud centrada en reducir las muertes por neumon¨ªa ni una agencia mundial sanitaria responsable de brindar apoyo a los pa¨ªses para prevenirla, diagnosticarla y tratarla.
Ni siquiera Gavi, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunizaci¨®n, cuyo mandato es vacunar a los ni?os m¨¢s vulnerables del mundo, ha sido capaz de proteger a m¨¢s de la mitad de ellos con una de las armas m¨¢s poderosas contra la neumon¨ªa: la vacuna conjugada antineumoc¨®cica (PCV, por sus siglas en ingl¨¦s). Una gran cantidad de ni?os ¡ªm¨¢s de 350 millones de menos de cinco a?os de edad¡ª siguen entonces peligrosamente expuestos.
Ni siquiera los llamados de atenci¨®n de dos brotes de infecciones respiratorias ¡ªel s¨ªndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV) en 2002 y el s¨ªndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) en 2014¡ª fueron suficientes para persuadir a los gobiernos nacionales y las agencias de salud mundiales de la necesidad de enfatizar el control de la neumon¨ªa.
Por ello, los sistemas de salud no estaban preparados en ning¨²n continente cuando apareci¨® el SARS-CoV-2 ¡ªel virus que causa la covid-19¡ª, que r¨¢pidamente se convirti¨® en pandemia. Las autoridades de salud nacionales no estaban equipadas para lidiar con las oleadas de gente que necesitaba diagn¨®stico y tratamiento r¨¢pidos (y, especialmente, las grandes cantidades de ox¨ªgeno m¨¦dico que requieren los pacientes de coronavirus).
Las historias tr¨¢gicas de muertes por falta de acceso a la atenci¨®n sanitaria aparecieron primero en Am¨¦rica Latina a principios del verano de 2020 y pronto se extendieron a Asia, Oriente Medio y ?frica. Es imposible olvidar el sufrimiento de los pacientes que luchaban por respirar ni las dificultades de sus familiares y de los profesionales de la salud mientras trataban desesperadamente de conseguir ox¨ªgeno.
Implementar una respuesta permanente y eficaz a la neumon¨ªa reducir¨ªa las muertes por causas respiratorias de todo tipo de infecciones y el riesgo de otra pandemia respiratoria
No sabemos cu¨¢ntas muertes hubo por covid-19 debido a la falta de diagn¨®stico y tratamiento, pero muchos de los pa¨ªses con mayores tasas de mortalidad por esta enfermedad informaron bajas tasas de an¨¢lisis de detecci¨®n y escasez de ox¨ªgeno. Ahora, a m¨¢s de 18 meses del inicio de la pandemia y a pesar de la disponibilidad de vacunas eficaces, los gobiernos siguen con dificultades para reducir la cantidad de muertes. De las 50 000 muertes por coronavirus que todav¨ªa ocurren cada semana, el 70 % son en pa¨ªses con ingresos bajos y medios.
Es inaceptable. La pandemia debe convertirse en un punto de inflexi¨®n para el control de la neumon¨ªa en todo el mundo. Los pa¨ªses no deben sufrir nunca m¨¢s muertes masivas por pandemias de infecciones respiratorias. Y no debiera seguir muriendo tanta gente cada a?o por neumon¨ªas no vinculadas con la covid-19.
Sin embargo, esto seguir¨¢ ocurriendo, a menos que los gobiernos nacionales reemplacen sus planes de respuesta reactivos ante las pandemias por estrategias proactivas para controlar la neumon¨ªa. Implementar una respuesta permanente y eficaz a la neumon¨ªa reducir¨ªa las muertes por causas respiratorias de todo tipo de infecciones y el riesgo de otra pandemia respiratoria.
Para lograr esta meta ser¨¢ necesaria la cobertura completa con vacunas poderosas para combatir la neumon¨ªa, mejores herramientas para el diagn¨®stico en todos los niveles de los sistemas de atenci¨®n de salud y mejorar el acceso a los tratamientos. Tambi¨¦n habr¨¢ que reducir los factores de riesgo principales de las muertes por neumon¨ªa, entre ellos, la contaminaci¨®n ambiental, la emaciaci¨®n infantil y el uso del tabaco.
Las agencias mundiales para la salud y el desarrollo ¡ªcomo el Fondo Mundial, el Banco Mundial, Unitaid, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y Unicef¡ª debieran convertir el apoyo que han proporcionado a los pa¨ªses con ingresos bajos y medios por la covid-19 en programas de control de la neumon¨ªa a largo plazo. Tan solo el Grupo de Trabajo para la Emergencia de Ox¨ªgeno del Acelerador del Acceso a las Herramientas contra la covid-19 proporcion¨® a los pa¨ªses necesitados insumos de ox¨ªgeno por m¨¢s de 600 millones de d¨®lares y debiera recibir financiamiento del G20 para lograr m¨¢s. Y las organizaciones filantr¨®picas privadas debieran continuar apoyando los esfuerzos de las ONG para fortalecer los servicios de atenci¨®n respiratoria m¨¢s all¨¢ de la pandemia.
El coste de no invertir los recursos necesarios para combatir la neumon¨ªa se medir¨¢ en la p¨¦rdida de millones de vidas cada a?o
Sin este apoyo sostenido, el mundo seguir¨¢ expuesto a la posibilidad de otra pandemia por infecciones respiratorias y correremos el riesgo de incumplir muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para la salud, especialmente los relacionados con la reducci¨®n de la mortalidad materna, neonatal y de ni?os, y de la carga de enfermedades contagiosas y no contagiosas.
Aunque la covid-19 dej¨® al descubierto algunas fallas cr¨ªticas en la arquitectura de la salud mundial, tambi¨¦n revel¨® todo lo que pueden lograr los gobiernos nacionales, las agencias mundiales para la salud y el desarrollo, y los donantes cuando se ven urgidos a invertir en la lucha contra las infecciones respiratorias. Y todav¨ªa queda mucho por hacer.
Despu¨¦s de todo, nuestro mundo transita cambios que acelerar¨¢n el riesgo de otra pandemia de enfermedades respiratorias. Las infecciones de transmisi¨®n a¨¦rea ¡ªque se difunden cuando respiramos, hablamos, re¨ªmos y cantamos¡ª prosperan en entornos m¨¢s c¨¢lidos, altamente urbanizados y m¨®viles donde la mala alimentaci¨®n, las enfermedades cr¨®nicas y el aumento de la expectativa de vida aumentan la vulnerabilidad frente a las dolencias y la muerte. El costo de no invertir los recursos necesarios para combatir la neumon¨ªa se medir¨¢ en la p¨¦rdida de millones de vidas cada a?o y de otros millones m¨¢s cada vez que haya una nueva pandemia.
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