Vivir con menos de mil euros
Los j¨®venes 'nimileuristas' se ven forzados a practicar el funambulismo presupuestario cada mes Para no renunciar a un m¨ªnimo bienestar recurren a todo tipo de descuentos y trueques
Compartir coche y casa, realquilar habitaciones, acumular cupones de descuento, recorrerse varios centros comerciales para hacer la compra semanal... todo vale para salir adelante cuando el sueldo no alcanza los cuatro d¨ªgitos. Los nimileuristas se ven forzados a hacer un aut¨¦ntico ejercicio de funambulismo presupuestario cada mes para poder pagar sus facturas. Muchos de estos j¨®venes han crecido consider¨¢ndose clase media, o incluso clase media acomodada. Algunos llegaron a comprar una vivienda en los tiempos de bonanza, y ahora ven c¨®mo la hipoteca se come pr¨¢cticamente todo el sueldo. Una situaci¨®n que les obliga a aguzar el ingenio y a convertirse en aut¨¦nticos cazadores de gangas.
¡°Han vivido el espejismo del estado de consumo y lo han perdido", se?ala Juan Carlos Monedero, profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Complutense de Madrid. "Es una generaci¨®n que ha le¨ªdo los niveles de bienestar como un derecho y no una d¨¢diva, pero que es consciente de que no alcanzar¨¢ jam¨¢s el nivel de vida de sus padres", apunta.
Mar L¨®pez, licenciada en fisioterapia y magisterio de 31 a?os, pertenece a dicha generaci¨®n. Gana poco m¨¢s de 900 euros como sustituta a tiempo parcial en una escuela de Girona y tiene el puesto asegurado hasta agosto, "que ya es mucho", se?ala. Su novio, Andreu Arnavat, de 33 a?os y oficial de primera en la construcci¨®n, ha empezado a cobrar este mes la prestaci¨®n por desempleo. Entre los dos no llegan a los 2.000 euros, una cifra que muchos considerar¨ªan envidiable pero que a ellos apenas les llega. Para poder cuadrar su presupuesto han realquilado, por 200 euros, una de las habitaciones de su piso.
Muchos se consideraban a s¨ª mismos 'clase media acomodada' y se les ha roto el espejismo
Buscar "formas de convivencia m¨¢s barata" es, junto a la ampliaci¨®n de los estudios, la principal herramienta de la que se valen los j¨®venes espa?oles para "adaptarse y conseguir vivir mejor estando peor", explica el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la UNED Luis Garrido. "Lo m¨¢s com¨²n es quedarse en casa de los padres, pero los ¨ªndices de emancipaci¨®n ya eran bajos antes de la crisis", sostiene.
L¨®pez asegura que ahorra ¡°en todo lo ahorrable¡±. Antes gastaba 120 euros en gasolina al mes en ir al trabajo. Ahora ha reclutado a otras tres profesoras para compartir coche y minimizar costes (y emisiones contaminantes). Un pr¨¢ctica muy extendida, en torno a la que han surgido p¨¢ginas como www.blablacar.es o www.comparteviaje.es. Porque la Red acumula miles de espacios con informaci¨®n para ayudar a exprimir cada euro.
"Desde que la crisis estall¨® en 2008 se nota que la gente se ha espabilado y busca alternativas para no pagar dos cuando pueden pagar uno o cero", reconoce Juanma S¨¢nchez, autor de Sindinero.org, uno de los sitios de Internet pioneros en difundir datos, consejos y direcciones para ahorrar. Con 10.000 visitas diarias, una de sus secciones m¨¢s populares es la de ocio. "Llega el fin de semana y la gente no tiene un duro, as¨ª que busca conciertos gratuitos o exposiciones con entrada libre. Es cierto que hay un mercado cultural que deja fuera de juego a la gente que no maneja mucho dinero. Pero te puedes apa?ar una agenda de ocio gratuito que no tenga nada que envidiar a la mercantil, gracias a los proyectos de fundaciones, cajas de ahorro¡"
El af¨¢n de los j¨®venes por seguir teniendo acceso al ocio y la cultura a pesar de la precariedad de sus ingresos ha hecho que triunfen iniciativas como Microteatro por dinero, que ofrece al p¨²blico la posibilidad de ver una obra de 15 minutos por cuatro euros o cinco micropiezas seguidas por 20. El secreto del ¨¦xito de este formato "es que acerca a gente a la que le disuade el planteamiento de tener que pagar una entrada de 30 euros y luego la cena", explica Ver¨®nica Larios, una de la art¨ªfices de este proyecto.
Mar¨ªa Concheiro asegura que hace a?os que renunci¨® a ir al cine por razones econ¨®micas. La entrada ha subido un 36% en los ¨²ltimos siete a?os, casi 17 puntos por encima del IPC, seg¨²n un informe de la asociaci¨®n de consumidores Facua. En este tiempo, el sueldo de Concheiro de se ha reducido en m¨¢s de la mitad.
Cuando trabajaba como vendedora de pisos lleg¨® a ingresar 2.500 al mes gracias a las comisiones. Despu¨¦s estall¨® la crisis inmobiliaria y tuvo que buscarse la vida. Ahora gana "unos 800 euros" en una cadena de muebles y art¨ªculos para el hogar.
Los j¨®venes intentan no renunciar al ocio y la cultura pese a la dureza de la crisis
A Coru?a, ciudad en la que reside, es, junto a Oviedo y Albacete, la ciudad con la entrada de cine m¨¢s cara: 7,50 euros de media. "Hay que recortar y hemos elegido. Preferimos ver pelis por Internet", se?ala la joven. Sin embargo, las opciones de ver cine gratis en la red se han reducido bastante tras el cierre de servicios como Megaupload.
Otra partida de presupuestos que ha sido recortada en todos los hogares, y probablemente de manera especial en los de los nimileuristas, es la destinada a beber y comer fuera. "A m¨ª pr¨¢cticamente no me sacan de casa si no es con un Groupon o un Groupalia", explica de manera gr¨¢fica Rosal¨ªa S¨¢inz, de 28 a?os. Se refiere a dos de las p¨¢ginas web que venden cupones canjeables por productos y servicios, como restaurantes o centros de belleza, y cuyo precio var¨ªa seg¨²n el n¨²mero de personas que los compren. "El fin de semana pasado nos juntamos con otra pareja y cogimos una promoci¨®n para cenar cuatro personas por el precio de dos. La alternativa es ir a casas de amigos", asegura. Seg¨²n la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuario (OCU), la industria de las p¨¢ginas de descuentos comenz¨® a despuntar en 2008, cuando empez¨® a agravarse la crisis, y el a?o pasado gener¨® m¨¢s de 600 millones de euros de beneficios, un 19% m¨¢s que en 2010.
Rosal¨ªa no compra nada sin antes comparar todos los outlets, webs de segunda mano y p¨¢ginas de trueque. Es una profesional del chollo. Un perfil de consumidor que florece en los ¨²ltimos a?os y que ha impulsado a su vez la industria del outlet. Comprar barato no solo no averg¨¹enza, sino que se presume de ello. "Siempre estoy a la caza de la ganga. La ¨²ltima ha sido un columpio y un tobog¨¢n para mi hijo. Nuevos costaban 300 euros y los he conseguido usados pero en perfecto estado por 80", presume. Es profesora de Infantil, gana 916 euros al mes y paga una hipoteca de 900 por la casa que se ha comprado en el pueblo de Campo Real (Madrid). Las cuentas le salen, aunque asegura que con esfuerzo, gracias a que a su sueldo se une el de su marido, que es polic¨ªa.
Donde m¨¢s se ha recortado el gasto es en restaurantes, caf¨¦s y hoteles
Pero no siempre existe una pareja con ingresos o una familia con capacidad para ayudar. Mar¨ªa Fern¨¢ndez nunca lleg¨® a los mil euros cuando trabajaba de limpiadora en un cl¨ªnica sevillana. Ahora, con 31 a?os, solo dispone de los 426 de la ayuda familiar que concede el Gobierno. Su marido no trabaja y no cobra el paro. Ella se sabe de memoria las cuentas. Paga 56 euros de alquiler; 118 de la letra de unos muebles que compr¨® "cuando las cosas marchaban", 113 de una multa de tr¨¢fico; 40 del m¨®vil y las facturas. Su madre, tambi¨¦n limpiadora, le paga "la comida, el tabaco, la gasolina y los imprevistos". Y as¨ª va tirando. Hace dos a?os que no se compra nada para ella. "Tengo dos pantalones: uno vaquero y otro de vestir", explica.
Puede que Ana est¨¦ en paro, pero no parada. Acaba de sacarse el graduado escolar y ha hecho un curso de primeros auxilios, y otro de auxiliar de transporte sanitario. "Mi sue?o es trabajar en una ambulancia".
"Los trabajadores no cualificados est¨¢n en la miseria m¨¢s profunda de los ¨²ltimos 30 a?os", apunta el catedr¨¢tico Garrido. Los profesionales m¨¢s cualificados desplazan a las personas menos formadas en casi todos los ¨¢mbitos laborales. Y por eso, seg¨²n sus estudios, ha aumentado considerablemente el n¨²mero de j¨®venes que han optado por retomar los estudios. "Muchos trabajaban en la construcci¨®n, pagaban un coche e iban de discotecas. Ahora se est¨¢n formando y, en vez de salir, hacen botell¨®n. Pero en cuanto a calidad de vida est¨¢n casi igual. Y de cara al futuro, mejor, porque les conviene estudiar", explica el catedr¨¢tico.
La falta de ahorros congela los planes de futuro y? genera inseguridad
Andreu Arnavat, el novio de Mar L¨®pez, es de los que se ha puesto a hincar los codos. Estudia Ingenier¨ªa de edificaci¨®n porque le gusta y porque cree que as¨ª tendr¨¢ acceso a un trabajo mejor remunerado. Cada mes paga 100 euros de la matr¨ªcula en la universidad p¨²blica "m¨¢s 80 de profesores particulares, que son indispensables". Nuevos gastos que suponen nuevos recortes en otras partidas de su presupuesto.
Andreu, como Mar¨ªa o Rosal¨ªa y su familia, est¨¢n abonados a las marcas blancas y llenan el carrito hasta en tres supermercados distintos para aprovechar las mejores ofertas de cada uno. Rascar unos euros en este apartado se nota, porque es el segundo en el que m¨¢s dinero se gastan las familias espa?olas. Seg¨²n los datos del INE, la compra se lleva el 14,4% del presupuesto, unos 4.279 euros de media al a?o. Solo le supera el cap¨ªtulo de vivienda, que incluye alquiler, agua, electricidad, gas, comunidad y reparaciones y al que se destina un 30% de los fondos de los hogares. Seg¨²n un c¨¢lculos de la OCU, entre hacer la compra en el supermercado m¨¢s barato -que en 2011 result¨® ser Alcampo- y el m¨¢s caro -Ercoreca- hay mucha diferencia: 76 puntos. Y cada punto de diferencia puede significar hasta 68 euros de ahorro al final del a?o.
Cuando el presupuesto es cero, todav¨ªa quedan opciones. Las p¨¢ginas de trueque como www.truequi.com se ha multiplicado, y se han creado redes como nolotires.org, donde la gente regala lo que ya no necesita .
Intercambiar servicios adem¨¢s de productos est¨¢ en auge. La red CouchSurfing aglutina a personas de todo el mundo que ofrecen gratis su sof¨¢ a viajeros. Otros optan por los bancos de tiempo, en los que la unidad de transacci¨®n no es el dinero sino los minutos. Entre los servicios que m¨¢s se ofertan est¨¢n los formativos: t¨² me das una hora de clase de alem¨¢n y yo a ti una de fotograf¨ªa.
Pero al final, como argumenta S¨¢nchez, el dinero, cuando es limitado, limita: "No puedes hacer trueque con Endesa".
Concheiro cree que una menor capacidad de consumo no tiene por qu¨¦ ser sin¨®nimo de una calidad de vida inferior. Pero reconoce que la falta de ahorros genera inseguridad y congela los planes de futuro. "Si un mes consigo juntar algo, al siguiente viene el seguro del coche o tienes que arreglarte una muela". Andreu y Mar tiene un colch¨®n justo de mil euros. Mar dice que no mira m¨¢s all¨¢ del d¨ªa a d¨ªa. Andreu, s¨ª. "Me gustar¨ªa poder comprarme una casa, para llegar a la jubilaci¨®n sin tener que pagar ning¨²n alquiler y que lo poco que cobre entonces sea para comer".
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