Bye bye Espa?a
El desempleo, los impuestos y la edad animan a miles de europeos a abandonar el pa¨ªs
En los soleados caf¨¦s de Calpe, en Alicante, hay una preocupaci¨®n que se cuela con insistencia en las conversaciones de los jubilados brit¨¢nicos de pelo blanco y piel tostada: el fisco espa?ol. La desconfianza que ha generado la obligatoriedad de declarar los bienes en el extranjero es solo uno de los motivos que ha llevado a cientos de miles de ancianos europeos a evaporarse de las estad¨ªsticas oficiales y a buena parte de ellos a decir adi¨®s para siempre a su vida en Espa?a. La falta de oportunidades para los j¨®venes comunitarios, la carest¨ªa de la vida y la ingenier¨ªa estad¨ªstica del padr¨®n explican una ca¨ªda que ha sembrado de preocupaci¨®n los Ayuntamientos costeros. Apenas la compra de viviendas, ahora a precio de ganga, atrae a algunos europeos que nadan a contracorriente de la marea de expatriados que se van.
Las cifras del padr¨®n provisional que publica el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) indican que del m¨¢s de medio mill¨®n de extranjeros que se borr¨® del padr¨®n espa?ol el ¨²ltimo a?o, la mayor¨ªa eran ciudadanos comunitarios. Excluyendo a rumanos y b¨²lgaros, 219.225 desaparecieron del padr¨®n a lo largo de 2013. Nuevas cifras de poblaci¨®n publicadas esta semana por el INE rebajan las salidas a decenas de miles y atribuyen el pronunciado baj¨®n a la llamada limpieza del padr¨®n por la que se procedi¨® a borrar a los que no hab¨ªan dado se?ales de vida en dos a?os. La ca¨ªda poblacional, en todo caso, es una realidad en ambas estad¨ªsticas.
La tercera poblaci¨®n extranjera en Espa?a, despu¨¦s de rumanos y marroqu¨ªes, son los brit¨¢nicos. En total, hay 297.299 inscritos. Experimentaron, seg¨²n el padr¨®n oficial del INE una bajada del 22,8% respecto al a?o pasado. La poblaci¨®n alemana habr¨ªa experimentado una reducci¨®n del 23,6%. y la francesa el 12,7%.
¡°Nos preocupa mucho esa ley¡±, confiesa Vilma Archer, una brit¨¢nica de 72 a?os, que ha visto c¨®mo su grupo de tejedoras de punto radicado en la Costa Blanca ha mermado con el paso de los a?os. ¡°Esa ley¡± es el modelo 720, el que obliga desde el a?o pasado a una declaraci¨®n informativa sobre bienes y derechos en el extranjero y con el que el Gobierno espa?ol pretende dar caza a los evasores fiscales. Para muchos extranjeros, sin embargo, poner sus datos a disposici¨®n del Gobierno es motivo de gran desconfianza. ¡°Trajimos nuestro dinero y nuestras pensiones y el Gobierno espa?ol no tiene porqu¨¦ inmiscuirse¡±, especula Archer en la cafeter¨ªa de un elegante hotel de la costa alicantina. ¡°En Grecia le quitaron a los ciudadanos el dinero de las cuentas. Tenemos miedo. Sabemos que el Gobierno espa?ol necesita dinero y nos lo pueden quitar. Muchos amigos han vendido su casa y se han ido. Otros se han borrado del padr¨®n y viven de alquiler para no estar registrados¡±.
Reci¨¦n enviudada, Archer se embarc¨® hace a?os en un tren de vida ¡ªvivienda unifamiliar, jardinero, limpia piscinas¡¡ª que ahora, como muchos de sus compatriotas, ya no puede permitirse. Le preocupa que si muere, sus herederos tengan que pagar impuestos en Espa?a y por eso piensa vender su casa en Espa?a.
A su lado, Gene Steel, 73, asiente con la cabeza. ¡°Yo me quiero ir ya¡±, anuncia. Lleg¨® hace 13 a?os con su marido, Gerald, para pasar unas vacaciones y se quedaron. ¡°En aquella ¨¦poca, el cambio con la libra era bueno y con nuestras pensiones, aqu¨ª viv¨ªamos bien. Ahora el gas ha subido y la electricidad tambi¨¦n. Es dif¨ªcil vivir con una pensi¨®n estatal¡±. Esta pareja de jubilados brit¨¢nicos tiene cinco nietos y tres biznietos a los que les gustar¨ªa ver m¨¢s a menudo. Por eso quieren vender su casa en la urbanizaci¨®n Gran Sol, rodeada de un terreno de mil metros cuadrados. Calculan que en torno al 40% de sus vecinos ¡ªalemanes, belgas, suizos, franceses¡¡ª se han ido. ¡°Hace unos a?os nos junt¨¢bamos decenas para jugar a Skittles [una especie de petanca] y ahora quedamos cuatro¡±, se lamenta Gerald Steel. ¡°Esto ha cambiado mucho¡±.
Carole Saunders, concejala del Ayuntamiento de Calpe ¡ªen el que el 60% de sus ciudadanos son extranjeros¡ª, relata c¨®mo los servicios sociales se ocupan cada vez m¨¢s de ancianos europeos empobrecidos que no pueden pagar residencias privadas y a los que se anima a volver a sus pa¨ªses.
Los Ayuntamientos m¨¢s afectados matizan las cifras que la prensa brit¨¢nica ha impreso con alarma en trazo grueso, pero tampoco ocultan su preocupaci¨®n ante la p¨¦rdida de ingresos que supone la reducci¨®n de residentes registrados. El de Torrevieja (Alicante) ha perdido 15.000 residentes en el ¨²ltimo a?o, seg¨²n el padr¨®n provisional. En Calpe el padr¨®n ha pegado un baj¨®n de 5.000 personas, seg¨²n las cifras que ofrece Saunders. ¡°Eso supone p¨¦rdidas de unos dos millones de euros¡±, calcula la concejala. M¨¢s o menos fiables, lo cierto es que las cifras oficiales van a suponer una p¨¦rdida importante de recursos para el Ayuntamiento. Torrevieja, como otras localidades, va a lanzar una campa?a para animar a los extranjeros a empadronarse.
"Tenemos miedo. Sabemos que el Gobierno espa?ol necesita dinero y nos lo pueden quitar"
Buena parte de los europeos jubilados vino en la d¨¦cada de los noventa en un busca de un clima amable con unos cuerpos que comenzaban a envejecer. Ahora tienen entre setenta y ochenta a?os y les preocupa enfermar lejos de sus familias, en un pa¨ªs en el que no dominan el idioma ¡ªdicen que hablan el tourist Spanish¡ª y no son capaces siquiera de hacerse entender con las enfermeras. ¡°Los m¨¦dicos nos tratan bien, pero aqu¨ª no tenemos a nadie que nos ayude cuando salimos del hospital¡±, se queja Pauline Mary Groser, una organista octogenaria que tambi¨¦n piensa marchar. ¡°Yo misma cuido a una mujer de 97 a?os¡±.
Las nuevas generaciones no escapan tampoco del esp¨ªritu alica¨ªdo de la comunidad expatriada ni de la fiebre migratoria. ¡°La crisis ha afectado a los j¨®venes extranjeros que limpiaban piscinas o constru¨ªan casa. Ahora esos trabajos o no existen o los copan los espa?oles¡±, explica Saunders. Al emigrar parte de sus compatriotas, los negocios creados para y por los europeos del norte han ido perdiendo clientes. En total, unos 50 comercios han cerrado en los ¨²ltimos a?os, cifran en el Ayuntamiento.
A muchos j¨®venes simplemente ya no les compensa quedarse en Espa?a por muchos d¨ªas soleados al a?o que haya. ¡°Yo me quiero ir de aqu¨ª porque la situaci¨®n nunca ha estado tan mal¡±, dice una rub¨ªsima madre soltera que ha trabajado en la Costa Blanca de casi todo. ¡°Espa?a va cuesta abajo. Todo es muy caro y no hay ayudas para los j¨®venes", se queja Kayleigh Smith. ¡°No hay si quiera cursos¡±, apunta Sophie Jones, su compa?era en la barra del exotic cocktail bar. Una veintena de sus familiares y una decena de los amigos de esta joven ¡ªque ha llegado a trabajar por 2,5 euros a la hora¡ª se han marchado ya. A Jones le gustar¨ªa dar el salto en cuanto pueda. ¡°Hemos sabido cuidar a los turistas extranjeros, pero no hemos sabido tratar bien a sus hijos¡±, opina Miguel Just, asesor fiscal en Calpe.
¡°Yo me quiero ir de aqu¨ª porque la situaci¨®n nunca ha estado tan mal¡±, dice una joven brit¨¢nica
El descenso del precio de la vivienda en las zonas de vacaciones ha propiciado un cierto repunte en el sector. Pero Keith Wildman, presidente de Afpo, una asociaci¨®n que lidia con los problemas de los propietarios extranjeros no cree que eso vaya a revitalizar a la comunidad extranjera. Al contrario. Pronostica que ¡°cuando los precios se recuperen y mejore el cambio con la libra, nuevos inversores vendr¨¢n, pero muchos m¨¢s por fin vender¨¢n y se ir¨¢n¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.