El Ingl¨¦s es un Camino dual. Sus dos tramos parten de A Coru?a y Ferrol y transcurren por separado 73 y 112 kil¨®metros respectivamente hasta unirse en Bruma y continuar hacia Santiago. Pero tambi¨¦n se mueve entre la realidad y la ficci¨®n. En ¨¦l se mezclan los valores de la Ilustraci¨®n y la Revoluci¨®n Industrial con la creencia de que un semidi¨®s erigi¨® la espl¨¦ndida torre de H¨¦rcules o con el sentido universal de los Caminos, al ser esta la ruta que tomaban los peregrinos del norte de Europa para llegar a Compostela. Tambi¨¦n es la doble perspectiva que, en la imagen superior, muestran las artistas Maru God¨¤s y R¨®is¨ªn Cur¨¦ sobre las sensaciones y los colores que su ojo entrenado percibi¨®, como un sexto sentido, mientras lo recorrieron. Y para art¨ªstico, el humor gallego, representado por un museo dedicado a ¨¦l en Fene (A Coru?a) y oportunidad ¨²nica para entender la famosa retranca gallega que, tambi¨¦n dual, es capaz de verbalizar una idea para dar a entender la contraria.
El ingeniero brit¨¢nico Neil Dawes no vive en Galicia, ni siquiera en Espa?a, pero el Camino Ingl¨¦s pasa junto a su casa de Darlington, al noroeste de Inglaterra. Por all¨ª se extiende la etapa de 35 kil¨®metros entre el priorato de Finchale y la ciudad de Gainford que forma parte, dentro del Reino Unido, de la ruta que hist¨®ricamente usaban los peregrinos para llegar a Santiago de Compostela. Este camino en tierras brit¨¢nicas, de nuevo cu?o, va recuperando e incorporando tramos a medida que Friends of Finchale Camino Ingl¨¦s (Amigos del Camino Ingl¨¦s de Finchale), nacida en 2014, rescata el recorrido original.
Por eso, Dawes se anim¨® a comenzar su peregrinaci¨®n desde all¨ª ¡ªcuyo itinerario cuenta para obtener la Compostela, el documento acreditativo oficial¡ª y, tras el trayecto ingl¨¦s, tom¨® un avi¨®n para continuar por Galicia, en su caso, desde Ferrol. Dawes asegura que el clima y los paisajes gallegos le han hecho sentirse como en casa, pero su comida y sus gentes le han ofrecido una experiencia completamente nueva que ahora revive a trav¨¦s de lo que capt¨® con sus sentidos.
¡°No he probado un pescado m¨¢s lleno de sabores que el de Galicia, da igual de qu¨¦ tipo sea. Se deshace en la boca¡ Lo mismo con la carne, suave y tierna¡±.
¡°He disfrutado mucho de ese silencio que proporciona paz y serenidad y que, seg¨²n avanzas, se llena de los matices de la naturaleza: p¨¢jaros, el viento, las pisadas¡¡±.
¡°El trecho de Ferrol a Pontedeume es emocionante porque recorre el litoral, subes y bajas montes junto a la costa rocosa¡±.
¡°Me fascinan los troncos de los ¨¢rboles, de los carballos y los casta?os, cuyas hojas, al caer, forman un manto que hace que al caminar se suavice la pisada¡±.
¡°Cuando regresas a la ciudad te das cuenta del aire limpio que has respirado mientras andabas. Un olor transparente, sazonado a tramos con hierbas, tierra h¨²meda, le?a y el yodo del mar¡±.
Dec¨ªa el escritor Gonzalo Torrente Ballester que Ferrol era una ciudad l¨®gica en un entorno m¨¢gico que es Galicia. Un punto de partida ilustrado que ha sido cuna y hogar de grandes pensadores, pol¨ªticos, escritores, ingenieros, adem¨¢s de alg¨²n que otro deportista y germen de un proyecto prometedor que acab¨® en truculenta tragedia. Una forma de ver la ciudad con otros ojos.
Una placa y un busto recuerdan al literato Gonzalo Torrente Ballester sobre el muro de la casa de sus abuelos, donde naci¨® en 1910, en la antigua aldea de Serantes; sus restos reposan en el cementerio parroquial. Pero el gran homenaje de Ferrol, de cuyo paisaje industrial estaba enamorado el autor de Los gozos y las sombras, es el centro cultural que lleva su nombre y que ocupa el edificio del siglo XVIII del antiguo hospital de la caridad.
La estatua de Jorge Juan en los jardines de Herrera se?ala hacia el arsenal de la Marina espa?ola porque este marino, ingeniero y cient¨ªfico alicantino contribuy¨® a reformar la construcci¨®n naval espa?ola, lo que dio lugar a las modernas bases de C¨¢diz, Cartagena y Ferrol en el siglo XVIII. Pero Juan fue mucho m¨¢s. Particip¨® en la expedici¨®n de la Real Academia de Ciencias de Par¨ªs para medir el ecuador y averiguar si la Tierra estaba achatada por los polos y fue aceptado como miembro en sociedades cient¨ªficas como la Royal Society de Londres donde, adem¨¢s, ejerci¨® como esp¨ªa para la corona espa?ola y adquiri¨® los conocimientos para la renovaci¨®n de los arsenales de la Marina.
Una escultura recuerda la contribuci¨®n de Ram¨®n Pl¨¢ y Monge, marqu¨¦s de Amboage, a la prosperidad de la ciudad, en una de sus principales plazas. Tras la muerte de su primog¨¦nito en un accidente militar, cre¨® una fundaci¨®n con la que pagaba la excedencia del servicio militar, que costaba 1.500 pesetas, a los hijos de familias ferrolanas de escasos recursos. Cuando se prohibi¨® la exenci¨®n sigui¨® repartiendo el dinero a los que volv¨ªan del servicio y, hoy, la fundaci¨®n sigue ayudando a los necesitados.
En el n¨²mero 181 de la calle Madalena naci¨® Aurora Rodr¨ªguez Carballeira, protagonista de la cr¨®nica negra ferrolana por el asesinato de su hija Hildegart, nacida en 1914, a la que educ¨® para que representara la mujer del futuro: culta, inteligente y hecha a s¨ª misma. Hildegart se convirti¨® en la abogada m¨¢s joven de Espa?a, estudiaba Filosof¨ªa y Letras y Medicina, escrib¨ªa en prensa, militaba en partidos pol¨ªticos y publicaba ensayos sobre educaci¨®n sexual. Pero el severo control de sus movimientos por su madre alent¨® los deseos de independencia en la joven, que chocaron con los planes de su progenitora. En 1933 la asesin¨® por ello. La historia ha inspirado varias novelas, entre ellas La hija de Frankenstein, de Almudena Grandes, y pel¨ªculas, como Mi hija Hildegart, de Fernando Fern¨¢n G¨®mez.
La arquitectura modernista de Ferrol lleva el apellido de Rodolfo Ucha, pontevedr¨¦s criado en la ciudad ferrolana, donde ejerci¨® de arquitecto municipal. All¨ª dise?¨® con este rompedor estilo de principios del siglo XX algunos de los edificios principales de la ciudad como el casino, el teatro Jofre, la casa Rodr¨ªguez Fern¨¢ndez o el edificio de El Correo Gallego, que conforman una ruta modernista. Hoy, un centro de Formaci¨®n Profesional lleva su nombre.
Los paseantes del parque de Cant¨®n se cruzan a menudo con el abogado y pol¨ªtico regeneracionista de Ferrol Jos¨¦ Canalejas. All¨ª se instal¨® en 2015 su estatua, del artista Miguel Couto, frente al palco de m¨²sica. Una placa en la casa en la que naci¨®, en 1854 en la plaza del Marqu¨¦s de Amboage, tambi¨¦n recuerda a este escritor, periodista y presidente del Consejo de Ministros, asesinado en Madrid en 1912.
Pablo Iglesias, periodista, impresor y fundador del Partido Socialista Obrero Espa?ol en 1879, naci¨® en Ferrol, en el barrio de Esteiro, aunque la vivienda no est¨¢ en pie, pues el barrio ha experimentado grandes transformaciones en los dos ¨²ltimos siglos. Sin embargo, en los jardines de las Angustias cuenta con una escultura monol¨ªtica en la que se insert¨® un medall¨®n con el rostro del pol¨ªtico espa?ol.
Concepci¨®n Arenal, abogada, periodista y pensadora, est¨¢ considerada como la precursora del Trabajo Social en Espa?a: durante el siglo XIX, fue la primera visitadora de prisiones y reclam¨® una reforma del C¨®digo Penal para mejorar las condiciones de los presos y el car¨¢cter punitivo de los centros bajo el lema ¡°abrid escuelas y se cerrar¨¢n c¨¢rceles¡±. Su nombre resuena por todo Ferrol: en una calle que lleva su nombre; en la placa del n¨²mero 177 de la calle Real, donde se encuentra la casa en la que naci¨® en 1820; en el primer instituto de Secundaria creado en la ciudad (de 1927) y en la escultura que la recuerda en la r¨²a de Fernando VI, 12.
Los parques y las aguas de Ferrol vieron correr y nadar al triatleta Francisco Javier G¨®mez Noya durante su infancia en los a?os ochenta. All¨ª adquiri¨® la perseverancia gallega con la que, pese a sufrir un problema de coraz¨®n, se ha hecho con cuatro oros mundiales, tres europeos y una plata ol¨ªmpica, que le convierten en uno de los mejores triatletas de todos los tiempos. Hoy, la ciudad coru?esa de la que es hijo predilecto le rinde homenaje con un polideportivo junto a la r¨ªa.
Betanzos, final de la segunda etapa del Camino desde Ferrol, transportar¨¢ al caminante a la Edad Media. En esta ciudad gallega, conocida como la capital del g¨®tico en Galicia, destacan los rosetones y las puntas de las torres de sus tres iglesias g¨®ticas, la de Santa Mar¨ªa do Azogue, la de Santiago y la de San Francisco ¡ªdonde a¨²n se pueden ver sepulcros medievales de las familias de linaje noble, as¨ª como los arcos ojivales de las tres puertas de la antigua muralla. Pero muchas de sus fachadas tambi¨¦n transpiran un sabor modernista, como la brillante fuente de Diana Cazadora de la plaza Irm¨¢ns Garc¨ªa Naveira o la colorida y detallista portada de Casa N¨²?ez, hoy centro Internacional de la Estampa Contempor¨¢nea.
Pero Betanzos no solo despierta la vista, tambi¨¦n el gusto y el olfato gracias a su famosa tortilla de patata, cuya receta que genera debate en todas partes, no admite dudas y se alza como icono gastron¨®mico. ?Qu¨¦ hace especial a este plato? La tortilla de Betanzos va sin cebolla y debe estar poco cuajada. As¨ª, destaca por su firme y dorada textura exterior y su sorpresa melosa en el interior. Pepa Miranda, due?a del restaurante Casa Miranda en la ciudad gallega, remarca que, para prepararla, se deben usar huevos camperos, que tienen m¨¢s yema que los normales, jugar con la potencia del fuego y, sobre todo, no dejar que se seque.
Por Pepa Miranda, due?a de Casa Miranda (Ferrol)
A Coru?a conecta con el pasado a trav¨¦s del Camino Ingl¨¦s y con el futuro en sus museos. La ciudad cuenta con cuatro espacios en los que ni?os y adultos se adentran, a trav¨¦s de la vista, el tacto, el o¨ªdo y, sobre todo, con la imaginaci¨®n, en el inestimable patrimonio cient¨ªfico, tecnol¨®gico y social de la humanidad y en la riqueza natural que guardan sus aguas.
El peregrino se zambulle en las aguas del Atl¨¢ntico cuando entra en el Aquarium Finisterrae de A Coru?a. All¨ª nada entre las bateas de mejillones, se asoma a las guaridas arenosas de las cigalas y sigue las coreograf¨ªas de los bancos de sardinas y jureles. Tambi¨¦n siente la fuerza del oc¨¦ano en la sala Nautilus, que reproduce el gabinete del Capit¨¢n Nemo en Veinte mil leguas de viaje submarino, la novela de Julio Verne. El visitante ocupa el espacio central y se siente rodeado por una inmensa masa de agua marina y, dentro de ella, algunas de las especies m¨¢s grandes del acuario, como un tibur¨®n toro de hasta 120 kilos de peso.
El museo Domus de A Coru?a es el primer museo interactivo sobre el ser humano y un espejo para cualquier visitante. El edificio con forma de vela de barco es obra del arquitecto japon¨¦s Arata Isozaki, autor del Palau Sant Jordi de Barcelona, y el gallego C¨¦sar Portela, Premio Nacional de Arquitectura 1999. En ¨¦l, cualquiera puede descubrir, mediante actividades interactivas, el funcionamiento de la gen¨¦tica y hacer de detective para descubrir por qu¨¦ no todas las personas responden igual a un medicamento, o los secretos de la inteligencia al probar su fuerza mental para mover una bola con las ondas cerebrales que genere al concentrarse.
Los secretos de la ingenier¨ªa quedan al descubierto en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa de A Coru?a, en el que el peregrino puede subir a 42.000 pies de altura dentro del c¨¦lebre jumbo de Iberia expuesto en el museo, el avi¨®n m¨¢s grande de la compa?¨ªa, que trajo de vuelta a Espa?a el Guernica de Picasso en 1981. O viajar al espacio con la escafandra estraton¨¢utica del ingeniero y aviador Emilio Herrera, que sirvi¨® de inspiraci¨®n a los trajes espaciales utilizados por la NASA estadounidense.
La Casa das Ciencias enrola al peregrino en un viaje por hipn¨®ticos fen¨®menos de la f¨ªsica, como la oscilaci¨®n de los objetos. Tambi¨¦n lo hace en los secretos de la astronom¨ªa, explicados como si el cielo fuera una discoteca a trav¨¦s de una pista de baile en la que la m¨²sica suena y se iluminan las l¨¢minas del suelo cuando se detectan rayos c¨®smicos penetrando en la atm¨®sfera.
Cuando alguien est¨¢ indeciso, en Galicia se le dice que es como el gallego de las escaleras, que no se sabe si sube o si baja. Porque puede estar haciendo las dos cosas. O ninguna. Como afirma Xaqu¨ªn Mar¨ªn, historietista y humorista gr¨¢fico gallego, se puede subir para abajo y bajar para arriba: ¡°Por ejemplo, si perforas el suelo y te adentras en el globo terr¨¢queo, a partir de la mitad est¨¢s bajando para salir a la superficie del otro extremo, es decir, para arriba. Y depende de donde sea arriba se llama abajo. Si t¨² personalmente consideras que arriba se llama abajo, vas subiendo para abajo", bromea. Esta negaci¨®n de la realidad a trav¨¦s de la iron¨ªa, con un halo de confusi¨®n y de dar vueltas sin entrar en el meollo de la cuesti¨®n, es la esencia del humor gallego y de su mayor especialidad, la retranca: ¡°Se trata de una exageraci¨®n de la iron¨ªa con toques de filosof¨ªa y de ternura¡±, a?ade.
Lo mejor de esta forma de entender la iron¨ªa est¨¢ recogido en el Museo del Humor de Fene, junto a la r¨ªa de Ferrol, donde se repasa la historia del humor gr¨¢fico gallego ¡ªaunque tambi¨¦n del espa?ol y del latinoamericano¡ª a trav¨¦s de nombres hist¨®ricos como el de Siro L¨®pez o el del propio Mar¨ªn ¡ªambos fundadores del museo, y de otros miembros de generaciones m¨¢s recientes como Luis Davila. Desc¨²brelos.
El c¨®mico pontevedr¨¦s David Amor a?ade otro ingrediente a la retranca: la sorna. Ese tono burl¨®n con el que se disfraza la frase ir¨®nica para dejar clara su intenci¨®n. ¡°Es como cuando un amigo te pide ayuda en la mudanza y le respondes: ¡®Siiiiooo¡¯, en plan: ¡®S¨ª, s¨ª, cuenta conmigo¡¯. Es una manera de decir que s¨ª, pero va a ser que no¡±, destaca este humorista de 42 a?os que, como cuenta en el v¨ªdeo que sigue, cree que, pese a que la retranca es la especialidad de la casa, el humor gallego es universal.
Una sensaci¨®n de libertad batida por el viento es lo que se experimenta desde lo alto de la torre de H¨¦rcules, un s¨ªmbolo de A Coru?a y de la cultura occidental. A un lado, el incalculable Atl¨¢ntico abierto; al otro, la urbe blanca y la r¨ªa plateada. Este ingenio de la arquitectura ya estaba all¨ª cuando Galicia era Gallaecia y, pese a que existen vestigios de otros en el norte de ?frica, este es el faro romano en pie m¨¢s antiguo del mundo que, adem¨¢s, sigue cumpliendo su funci¨®n de gu¨ªa tras m¨¢s de 2.000 a?os. Ad¨¦ntrate en sus vistas y su historia.
1
El edificio romano de unos 30 metros se encuentra en el interior, abrazado por fuera por un abrigo de piedra del siglo XVIII mandado construir por Carlos III para recuperar su funci¨®n de faro.
2
Una l¨ªnea en forma de h¨¦lice sobre sus fachadas recuerda la rampa de entrada al faro romano, que desapareci¨® en la Edad Media porque se usaron sus piedras para construir casas en la ciudad.
3
Su nombre proviene de la leyenda mitol¨®gica recogida por Alfonso X el Sabio que cuenta c¨®mo H¨¦rcules acab¨® con el gigante Geri¨®n, enterr¨® su cabeza y, sobre ella, construy¨® la torre.
4
El escritor gallego del siglo XIX Francisco Tettamancy relata que, durante el ataque del pirata ingl¨¦s Francis Drake, algunos de sus soldados se escondieron en la torre y se alimentaron de la carne de los cuervos y de sus huevos.
Cualquier peregrino, pero especialmente los que viajan en familia, tienen la oportunidad de desviarse ligeramente del Camino a la altura del municipio de Mi?o para adentrarse en un trayecto alternativo: la Senda dos Sentidos, un recorrido peatonal de poco m¨¢s de un kil¨®metro en la r¨ªa de Betanzos, junto a la desembocadura del r¨ªo Lambre, y en la r¨ªa de Betanzos que despierta los cinco sentidos y la creatividad, especialmente de los m¨¢s peque?os. Algunos de ellos aseguran haber avistado, entre sus zarzas, duendes y hadas, y barcos piratas surcando la r¨ªa.
El ojo bien entrenado es capaz de mirar un paisaje y h¨¢bilmente descomponerlo en colores. La ilustradora catalana Maru God¨¤s (Barcelona, 56 a?os) convirti¨® el Camino Ingl¨¦s en horizontes oscuros, de un azul de Prusia intenso, y entornos industriales de un llamativo granate. Lo recorri¨® en 2021 desde Ferrol, con parada en A Coru?a, junto a irlandesa R¨®is¨ªn Cur¨¦ (Dubl¨ªn, 54 a?os), tambi¨¦n ilustradora, que qued¨® fascinada por los verdes oscuros de las puertas y las ventanas y los ocres de la piedra. Ambas participaban en una acci¨®n de la Xunta de Galicia en la que mostraron su peregrinaci¨®n a trav¨¦s de sus dibujos, que podr¨¢n verse en la sede de Afundaci¨®n de Ferrol hasta el 28 de julio de 2022, del que se ofrece a continuaci¨®n un adelanto a trav¨¦s de la pincelada y de la palabra de estas dos artistas.
¡°Verdes amarillentos con un efecto fluorescente cuando les toca la luz¡±
¡°Los tonos miel dan vida a las paredes de piedra¡±
La casa de labranza de la coru?esa Mari Carmen Frego, que hab¨ªa pertenecido a su familia durante 200 a?os, cambi¨® los aperos de cultivo por los utensilios de cocina y la ropa de cama cuando en 1999 abri¨®, junto a su marido, Benigno Candal, el primer albergue p¨²blico del Camino Ingl¨¦s en Hospital de Bruma, a 42 kil¨®metros de Santiago de Compostela. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, y tras miles de peregrinos atendidos, el matrimonio se acaba de jubilar y ha cedido la gesti¨®n del hospedaje con 22 camas a la Xunta de Galicia.
En todo este tiempo se han ido sumando otros siete alojamientos a lo largo del itinerario ingl¨¦s pertenecientes a la Red de Albergues P¨²blicos gestionados por la Xunta. En total, en Galicia hay 70 albergues de este tipo con 3.000 plazas en total, cuyo precio por noche es de ocho euros. Todos se abren a las 13.00 y se cierran a las 22.00 y por las ma?anas el peregrino debe salir antes de las 8 de la ma?ana.
El r¨ªo Tambre regala un momento de paz y relajaci¨®n a 12 kil¨®metros de Santiago de Compostela. All¨ª, el cauce forma un islote con el sugerente nombre de Illa do Refuxio, donde el peregrino puede descansar a la sombra de carballos (robles), de amieiros (alisos) y de salgueiros (sauces blancos) y refrescarse en el agua de su playa fluvial. Un instante de sosiego antes de cruzar la meta.