Cuando Luis Aragon¨¦s (Madrid, 1938 - 2014) quer¨ªa tener una conversaci¨®n importante con uno de sus jugadores, le ped¨ªa que le mirase a los ojos. Era su forma de captar el m¨¢ximo de su atenci¨®n y prepararle para el mensaje que estaba a punto de transmitirle. Con esa t¨¦cnica, el entrenador con m¨¢s partidos y victorias de la historia de LaLiga ya sab¨ªa que lo que dijese se iba a quedar grabado a fuego en la mente del futbolista.
Lo reconocer¨ªa Fernando Torres, su disc¨ªpulo m¨¢s aventajado en el Atl¨¦tico de Madrid, a?os despu¨¦s afirm¨® que, aunque en su momento no fuese consciente, Aragon¨¦s le prepar¨® desde muy joven para enfrentarse con una carrera deportiva al alcance de muy pocos. Las innumerables charlas que ambos mantuvieron fraguaron en una decisi¨®n que Torres tom¨® hace pocos a?os: seguir sus pasos y convertirse en entrenador. Su inspiraci¨®n marc¨® a varias generaciones de futbolistas. Ese inconfundible legado es objeto de la campa?a Algo por decir de LaLiga, que recuerda los momentos m¨¢s reveladores del entrenador que devolvi¨® la ilusi¨®n al f¨²tbol espa?ol.
Aragon¨¦s dej¨® cientos de mantras que muchos entrenadores siguen usando para motivar a sus futbolistas. ¡°Supongo que es el entrenador con el que m¨¢s horas he pasado hablando de f¨²tbol. Desde el d¨ªa en que lo conoc¨ª fue un referente absoluto¡±, escribi¨® Xavi Hern¨¢ndez, actual entrenador del FC Barcelona en una carta publicada en EL PA?S tras el fallecimiento del Sabio en 2014.
El pensamiento positivo (¡°la mente es fundamental para no estar cansado¡±); la importancia de los sentimientos de los jugadores (¡°s¨¦ lo que siente un jugador que escucha el himno¡±); el humor (¡°me gusta m¨¢s Zapatones que el Sabio, porque solo s¨¦ que no s¨¦ nada¡±) y la sinceridad (¡°la clave para durar tanto es ser verdadero¡±) son denominadores comunes en esa herencia. Tambi¨¦n una palabra como resumen del f¨²tbol: ganar, repetida hasta la saciedad por el propio t¨¦cnico en una ya ic¨®nica rueda de prensa durante una de sus etapas como entrenador del Atl¨¦tico de Madrid.
Luis fue un motivador nato al que no asustaban las grandes citas, como atestigu¨® tantas veces a lo largo de su trayectoria. En 1992, antes de la final de Copa frente al eterno rival, Aragon¨¦s no dio importancia a la charla t¨¢ctica previa al encuentro. En su lugar solt¨® a sus jugadores una arenga para la historia: ¡°Son el Atl¨¦tico de Madrid y hay 50.000 dentro que van a morir por ustedes. Por ellos, por la camiseta, por su orgullo, hay que salir y decir en el campo que solo hay un campe¨®n, y va de rojo y blanco¡±, les espet¨®. Ganaron por dos goles a cero en el feudo blanco.
Una trayectoria de cuatro d¨¦cadas
En 1960, con 22 a?os, debut¨® en la m¨¢xima categor¨ªa en las filas del Real Oviedo. Antes hab¨ªa curtido su personalidad en los campos de tierra. Un a?o despu¨¦s de su estreno en Primera se enrol¨® en las filas del Real Betis. Estuvo tres a?os en los que marc¨® casi un gol cada dos partidos, una cifra relevante para un centrocampista de corte ofensivo al que no le importaba tirarse al barro cuando tocaba arremangarse para defender.
¡°Era el prototipo de futbolista moderno, un jugador con llegada y con un interesante robo de bal¨®n desde atr¨¢s¡±, dijo de ¨¦l Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pet¨®n, exfutbolista y exagente de Aragon¨¦s, en el documental La huella de un Sabio. Una exhibici¨®n como verdiblanco en un partido ante el Real Madrid llam¨® la atenci¨®n del entonces presidente, Santiago Bernab¨¦u, que reclam¨® repescar a ese veintea?ero ancho de hombros que antes hab¨ªa pertenecido al club blanco. Pero su destino era otro. En 1963 fich¨® por el Atl¨¦tico de Madrid. All¨ª escribi¨® su nombre en oro en la historia del equipo del Manzanares: dos campeonatos ligueros, tres Copas y un trofeo Pichichi, compartido con su compa?ero G¨¢rate y con el delantero madridista Amancio.
A mediados de los 70 la normativa espa?ola permit¨ªa a los futbolistas profesionales sacarse el t¨ªtulo de entrenador, rol al que terminar¨ªa vi¨¦ndose abocado tras la destituci¨®n del t¨¦cnico atl¨¦tico Juan Carlos Lorenzo en 1974 en plena temporada. Desde el mismo momento de su nombramiento, Aragon¨¦s pas¨® a llamar de usted a los que hasta ese momento hab¨ªan sido sus compa?eros de vestuario.
Ah¨ª comenz¨® un periplo que terminar¨ªa en una carrera con estad¨ªsticas de leyenda. Su nombre es historia de LaLiga: es el t¨¦cnico que m¨¢s partidos dirigi¨®, m¨¢s de 700. En el Atl¨¦tico de Madrid fue en el ¨²nico club que consigui¨® t¨ªtulos: un campeonato liguero, tres Copas, una Supercopa y una Copa Intercontinental.
Fuera de la capital, su figura tambi¨¦n granjea buenos recuerdos en los aficionados de equipos como el Valencia CF. ¡°Si entren¨® a 1.000 jugadores, 995 te van a decir que dentro del f¨²tbol hab¨ªa respecto hacia ¨¦l. Siempre lo considero uno de los mejores que he tenido en mi carrera, a la hora de defender un vestuario, proteger al jugador y estar ah¨ª para todo lo que necesite¡±, comenta Gaizka Mendieta, con el que coincidi¨® en el Valencia CF que termin¨® subcampe¨®n liguero en 1996. ¡°Y si dura tres o cuatro jornadas m¨¢s, nos la llevamos porque llegamos al final con el subid¨®n.
El vestuario era su ej¨¦rcito y ten¨ªa claro que necesitaba motivarlo. Para m¨ª esa era la clave, la relaci¨®n con los jugadores¡±, recuerda. RCD Espanyol, Real Oviedo, Sevilla FC, Real Betis y RCD Mallorca, club este con el que consigui¨® una hist¨®rica clasificaci¨®n europea, fueron los otros banquillos en los que se sent¨® antes de dar comienzo a su ¨²ltima gran haza?a: devolver la Eurocopa a Espa?a tras m¨¢s de 40 a?os.
¡°Nos convenci¨® de que pod¨ªamos volver a ser campeones¡±, repitieron, tras conseguir el t¨ªtulo, pesos pesados de aquella plantilla de La Roja como Iker Casillas o Carlos Marchena. Despu¨¦s de todo, para Aragon¨¦s el f¨²tbol era sencillo: ¡°Ganar, ganar, ganar y volver a ganar¡±. Una filosof¨ªa que ya lleva d¨¦cadas sirviendo como fuente de inspiraci¨®n.