El transporte que mola, en la Revista Retina
¡°?Es verdad que para desplazarse por la calle una sola persona se montaba en un artefacto contaminante de una tonelada que estaba aparcado el 95% del tiempo?¡±, nos preguntar¨¢n nuestros nietos.
Mi abuelo paterno fue maestro rural muchos a?os en un pueblo situado a 12 kil¨®metros del suyo. Cada ma?ana montaba en su bicicleta ¡ªno precisamente de fibra de carbono¡ª y emprend¨ªa su ruta por caminos sin asfaltar hasta llegar a su destino. Daba clases y luego regresaba por los mismos pedregales.
Una vez le pregunt¨¦ por qu¨¦ no se hab¨ªa comprado un coche. La respuesta era obvia. Para la mayor¨ªa de espa?oles era impensable entonces tener un veh¨ªculo propio. En 1950 hab¨ªa 88.000 turismos en un pa¨ªs de 28 millones de habitantes. Uno por cada 318 personas. El autom¨®vil era s¨ªmbolo de enorme estatus. Y cuando hace unas d¨¦cadas se convirti¨® en un objeto de consumo masivo sonre¨ªamos con paternalismo al ver las im¨¢genes de las ciudades chinas. ¡°Pobrecillos, a¨²n van todos en bicicleta¡±.
Mucho han cambiado las cosas. Los ricos de las caricaturas antiguas eran se?ores gordos, con traje, que fumaban puros en coches enormes. Ahora son flacos, llevan una vida sana y, los realmente poderosos, visten ropa informal y zapatillas. Tambi¨¦n ha habido una revoluci¨®n en la forma de desplazarse, al menos por las ciudades. Lo que mola, si uno es tan afortunado de poder permit¨ªrselo, es ir en bicicleta, como mi abuelo o como los padres de los actuales chinos. O en patinete el¨¦ctrico. O en algunas otras nuevas formas de transporte propiciadas por la tecnolog¨ªa de las que hablamos en este n¨²mero.
El coche privado, imbatible en carretera, se ha convertido en sospechoso en las grandes urbes. ¡°?Es verdad que para desplazarse por la calle una sola persona se montaba en un artefacto contaminante de una tonelada que estaba aparcado el 95% del tiempo?¡±, nos preguntar¨¢n nuestros nietos.
Este s¨¢bado, en la revista Retina ¡ªgratis en tu kiosko con EL PA?S¡ª repasamos c¨®mo la pandemia est¨¢ afectando a las nuevas formas de movilidad urbana, entrevistamos a la espa?ola que ha impulsado la innovaci¨®n de la ciudad de Nueva York y analizamos si los ordenadores cu¨¢nticos acabar¨¢n con la criptograf¨ªa tal y como la conocemos.
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