La bondad y el descreimiento

La bondad es una cualidad tan desgraciadamente pasada de moda en estas sociedades hip¨®critas y perversas, crueles e interesadas, que una pel¨ªcula tan bonita ¡ªy la palabra elegida no es casual¡ª como Un amigo extraordinario corre el peligro de pasar inadvertida en un tiempo turbulento en demasiados sentidos. De hecho, es la ¨²ltima en estrenarse de las producciones con alguna candidatura a premio gordo en los pasados Oscar (mejor secundario para Tom Hanks), perjudicada adem¨¢s por los meses de confinamiento.

Relat...

La bondad es una cualidad tan desgraciadamente pasada de moda en estas sociedades hip¨®critas y perversas, crueles e interesadas, que una pel¨ªcula tan bonita ¡ªy la palabra elegida no es casual¡ª como Un amigo extraordinario corre el peligro de pasar inadvertida en un tiempo turbulento en demasiados sentidos. De hecho, es la ¨²ltima en estrenarse de las producciones con alguna candidatura a premio gordo en los pasados Oscar (mejor secundario para Tom Hanks), perjudicada adem¨¢s por los meses de confinamiento.

Relato singular incluso en el g¨¦nero, que bien podr¨ªa ser un drama con apuntes de comedia, un melodrama, un biopic o incluso una parad¨®jica f¨¢bula basada en hechos y personajes reales e inspirada por un reportaje period¨ªstico de la revista Esquire, Un amigo extraordinario aborda el choque entre la bondad ¡ªas¨ª, a secas¡ª y el descreimiento en el ser humano. Por un lado, Fred Rogers, presentador y marionetista de un hist¨®rico programa infantil de la televisi¨®n estadounidense, con ademanes y discurso de curilla laico reci¨¦n salido de un cuadro de Norman Rockwell, y sin una sola sombra vital en apariencia. Y por el otro, Tom Junod, rebautizado como Lloyd Vogel, c¨ªnico periodista de amplia reputaci¨®n, encargado de escribir un perfil sobre ¨¦l.

En apenas cinco a?os, la estadounidense Marielle Heller est¨¢ conformando una filmograf¨ªa de interesant¨ªsimo calado gracias al tratamiento de temas de considerable gravedad, como la ruptura de tab¨²es, la soledad, el rencor y el perd¨®n, por medio de pel¨ªculas en apariencia modestas pero dotadas de un estilo muy particular. Tras The Diary of a Teenage Girl y ?Podr¨¢s perdonarme alg¨²n d¨ªa? lo demuestra con una conjunci¨®n complicada de resolver, donde suma apariencia y realidad, ficci¨®n y documental, cart¨®n piedra y verdad de carne y hueso, cuento y vida.

El personaje de Rodgers le va que ni pintado, como le hubiera ido a James Stewart, al siempre perfecto Tom Hanks. Pero la gran revelaci¨®n es el soberbio Matthew Rhys, actorazo de gesto sutil e imponente turbaci¨®n.