Los veranos que me han hecho ser quien soy
Pies planos, medusas y galletas poco apropiadas son algunas de las bases sobre las que se asienta una identidad singular
Nac¨ª en Melilla el verano del 94. En concreto, el 1 de septiembre a las cuatro de la tarde. Mi madre me empez¨® a parir bajando las escaleras del que por entonces era nuestro hogar, situado en el n¨²mero 27 de la calle Argentina.
He de decir que aquello no fue un parto en casa premeditado. Esa misma ma?ana, en el hospital, le dijeron que quedaban varios d¨ªas para darme a luz y que volviera en 48 horas.
Mi madre me acab¨® de parir en el sof¨¢ con la ayuda de unas vecinas, y mi abuela cort¨® el cord¨®n umbilical con las tijeras de cortar pescado. Ah¨ª empez¨® mi relaci¨®n con el mar.
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Nac¨ª en Melilla el verano del 94. En concreto, el 1 de septiembre a las cuatro de la tarde. Mi madre me empez¨® a parir bajando las escaleras del que por entonces era nuestro hogar, situado en el n¨²mero 27 de la calle Argentina.
He de decir que aquello no fue un parto en casa premeditado. Esa misma ma?ana, en el hospital, le dijeron que quedaban varios d¨ªas para darme a luz y que volviera en 48 horas.
Mi madre me acab¨® de parir en el sof¨¢ con la ayuda de unas vecinas, y mi abuela cort¨® el cord¨®n umbilical con las tijeras de cortar pescado. Ah¨ª empez¨® mi relaci¨®n con el mar.
Desde entonces, me he criado y he pasado gran parte de mi vida en Mallorca. Y salvo por mi Erasmus en Eslovaquia y las dos ocasiones en las que he ido a Madrid para trabajar dos o tres meses, siempre he vivido cerca del mar.
Eso significa que, inevitablemente, la playa y el verano constituyen una parte importante de mis recuerdos. A continuaci¨®n, relatar¨¦ aquellos que m¨¢s me han marcado y sobre los que se ha construido mi personalidad.
Verano de 1998, tres a?os
Me diagnostican pies planos.
Cuando era peque?o mis pies eran como febrero: cortos y sin puente. Por eso, la doctora les recomend¨® a mis padres que me llevaran a caminar por la playa. Andar sobre arena pod¨ªa favorecer la aparici¨®n de los puentes que me faltaban.
A los tres a?os me pas¨¦ el verano caminando por la orilla con ciertas dificultades. Era un ni?o anciano. Una versi¨®n racializada de Benjamin Button.
Pero mis puentes nunca aparecieron. Y a pesar de ello, si hoy pudiera pedir un deseo, no ser¨ªa tener pies normales. Ser¨ªa que volviera la mili para poder salt¨¢rmela, y disfrutar viendo c¨®mo se os encomienda a los normales la protecci¨®n de Espa?ita.
Septiembre de 2001, siete a?os
Lunes 10 de septiembre, la vuelta al cole. Empiezo segundo de primaria.
El primer d¨ªa de clase siempre llegaba al colegio con la ilusi¨®n de reencontrarme con los amigos que llevaba tres meses sin ver.
Pero al rato me preguntaba: ¡°?Por qu¨¦ entre ellos se saludan como si se hubieran visto antes de ayer?¡±. Eso era porque se hab¨ªan visto antes de ayer. Por aquel entonces no se me invitaba a los planes de verano.
Aun as¨ª, mis ganas de hacer amigos eran mayores al rencor por haber sido rechazado. Por eso, el martes 11 de septiembre de 2001, llev¨¦ galletas para celebrar mi cumplea?os.
En aquel momento no ca¨ª en que un racializado ¨¢rabe llevando galletas al colegio el mism¨ªsimo 11-S pudiera ser algo malinterpretable. Las torres gemelas reci¨¦n tumbadas, y yo repartiendo el Surtido Cu¨¦tara.
El resultado era de esperar. Los alumnos estaban atemorizados, y alg¨²n que otro padre reaccion¨® pasivo-agresivamente: ¡°?En motivo de qu¨¦ se ha comido mi hijo esta galleta?¡±.
Ah¨ª empec¨¦ a catar el amargo sabor del racismo.
Verano de 2003, ocho a?os
Estoy en una playa artificial en Melilla.
En mi mente de ocho a?os pensaba que todo ah¨ª era artificial, no solo la arena sino tambi¨¦n los peces, las rocas, los cangrejos...
Me encuentro una enorme medusa flotando. Confundi¨¦ndola con una pelota, la cojo y la saco del agua as¨ª como Rafiki levant¨® a Simba. La medusa me pica en el torso y me deja unas marcas que hoy sigo conservando.
Otro d¨ªa en esa misma playa me top¨¦ con una mierda flotando de alguien que vendr¨ªa de comer pesca¨ªto frito. Pensando que era una rama de ¨¢rbol fui a agarrarla. Se me deshizo en la mano como Tom Holland en Los Vengadores desapareciendo en mil pedazos. Decenas de peces vinieron para alimentarse de los restos. Supongo que, para ellos, eso debi¨® de ser similar a comer en un 100 Montaditos.
1 de septiembre de 2012
18 a?itos fiera, me cre¨ªa el rey del mundo.
Celebro por primera y ¨²ltima vez un cumplea?os m¨ªo con amigos. El ¨²nico recuerdo que conservo de aquel d¨ªa fue que un chico me¨® en un vaso de tubo y que yo le di un sorbo pensando que era Licor 43.
Ese d¨ªa me di cuenta de lo enfermo que est¨¢ el mundo.
Verano de 2015, 20 a?os
Mi primer trabajo de verano.
Faltaban unos meses para irme de Erasmus y necesitaba ahorros. As¨ª que dediqu¨¦ el agosto a trabajar en una conocida cadena de supermercados vasca cuyo nombre rima con Chaikovski.
Me encontraba colocando las barras de pan en la estanter¨ªa, y una se?ora se me acerc¨® para preguntarme si el pan ¡°estaba recalentado¡±. Yo imagin¨¦ que eso era algo positivo, y como no ten¨ªa ni idea de c¨®mo hac¨ªamos el pan ah¨ª, le dije: ¡°Pues claro, se?ora, aqu¨ª recalentamos el pan todas las ma?anas :D¡±.
Me pidi¨® una hoja de reclamaciones y hablar con mi superior. Ese d¨ªa me cay¨® una bronca que me dej¨® la cara bien tostada.
Resulta que recalentar el pan es algo terrible que, por supuesto, no hacen en los supermercados Chaikovski.
Verano de 2020, 25 a?os
Vamos a la playa para ver la lluvia de estrellas A.K.A. las l¨¢grimas de San Lorenzo.
Vemos dos o tres estrellas fugaces, y el que estaba destinado a ser uno de los instantes m¨¢s bonitos de mi vida (de esos que generan bolita de recuerdo en Inside Out) fue totalmente profanado por unos centennials sentados en corro, haciendo la botellona y cantando Princesas de Pereza.
Me consuela pensar que hace 10 a?os yo habr¨ªa estado ah¨ª.
Verano de 2021, 26 a?os
No s¨¦ qu¨¦ recuerdos de este verano tendr¨¦ en el futuro.
Quiz¨¢s el v¨¦rtigo de mi inminente mudanza a Madrid, esta vez sin billete de vuelta. O puede que me quede con aquel granizado de almendra en la playa por el que pagu¨¦ 4,70 euros. O a lo mejor lo ¨²nico que recordar¨¦ ser¨¢ el comentario en este art¨ªculo de alguien diciendo: ¡°Llevaba tres d¨ªas sin re¨ªrme, ahora llevo cuatro¡±.
No lo tengo claro. Lo ¨²nico que tengo claro es que por muy lejos que est¨¦ de Mallorca, yo siempre me sentir¨¦ de aqu¨ª.
Sobre todo, porque seguir¨¦ empadronado para mantener el descuento de residente en los viajes, jajaja. ?Es esto un delito? Porque si es as¨ª y me acaban pillando¡ que me quiten lo volao.
Yunez Chaib es un c¨®mico de ¡®stand up¡¯ de Mallorca. Compagina sus actuaciones en directo con el trabajo de guionista de radio y televisi¨®n (actualmente en Vodafone Yu y en La Resistencia).
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