?Pagar¨ªas 1.000 euros por un abrigo de Inditex?
Firmas como Massimo Dutti o Uterq¨¹e presentan prendas con precios de cuatro d¨ªgitos en sus nuevas colecciones. Analizamos qu¨¦ hay detr¨¢s de la estrategia.
Mientras los ¨²ltimos carteles con precios de saldo cuelgan de las pendas veraniegas, las marcas empiezan a mostrar sus cartas de cara al oto?o. Entre las novedades de cadenas como Massimo Dutti o Uterq¨¹e, las dos firmas premium de Inditex, se cuelan abrigos con precios desorbitados teniendo en cuenta que ambas pertenecen al universo low cost. La primera vende un abrigo de piel ovina reversible por 999 euros y tiene varios modelos m¨¢s por la misma cantidad. En la segunda encontramos un ...
Mientras los ¨²ltimos carteles con precios de saldo cuelgan de las pendas veraniegas, las marcas empiezan a mostrar sus cartas de cara al oto?o. Entre las novedades de cadenas como Massimo Dutti o Uterq¨¹e, las dos firmas premium de Inditex, se cuelan abrigos con precios desorbitados teniendo en cuenta que ambas pertenecen al universo low cost. La primera vende un abrigo de piel ovina reversible por 999 euros y tiene varios modelos m¨¢s por la misma cantidad. En la segunda encontramos un modelo fabricado en piel con pelo de cordero por 1.200 euros y otro dise?o con capucha por algo menos: 899. No es la primera vez que prendas de tres y cuatro cifras se cuelan en las tiendas de moda pronta. Las ¨²ltimas temporadas estamos siendo testigos de un incremento en los precios ¨Cy en la calidad¨C de las piezas de piel disponibles en estas marcas.
Ver estas cifras en la etiqueta de marcas como Uterq¨¹e, Massimo Dutti o inluso Zara (el a?o pasado agot¨® un abrigo de 500 euros a las pocas horas de ponerlo a la venta) sigue resultando chocante. M¨¢s cuando, por la misma cantidad o un poco m¨¢s, es posible adquirir una prenda similar de un dise?ador emergente o frecuentar las rebajas de una gran ense?a. Si bien es cierto que un abrigo de piel vuelta, parecido a los que proponen estas marcas, puede llegar a los 3.900 euros en una casa como Miu Miu, un bat¨ªn cl¨¢sico de lana firmado por Max Mara puede adquirirse por unos 700. Quienes invierten mil euros en la ¡®inspiraci¨®n¡¯ low cost del primero, desde luego, no est¨¢n preocupados por lucir un logo. Los consumidores actuales ¨Co al menos los que tienen esa cantidad disponible para gastar en ropa¨C se dejan guiar m¨¢s por su gusto est¨¦tico y su criterio que por el nombre escrito en la etiqueta de la prenda. Sobre todo, porque en su armario probablemente convivan sin complejos vaqueros de Zara con lo ¨²ltimo de Balenciaga.
Jess Cartner-Moyle, ya reflexionaba hace unos a?os en The Guardian, sobre c¨®mo en lo referente a los precios, se est¨¢n acortando las distancias entre cadenas y firmas. La periodista brit¨¢nica comparaba c¨®mo?un vestido de terciopelo de Topshop se vend¨ªa por 1.200 euros, mientras que los famosos mocasines de Gucci pod¨ªan comprarse por 550. Para su sorpresa, y la de todos, ese tipo de prendas no terminan olvidadas en las estanter¨ªas y pueden presumir de ¨¦xito comercial. ?Ahora, la moda high-street es tan deseable como la de pasarela?, apuntaba. ?Tienen el poder [¡] de producir colecciones que son tan convincentes como las cosas de dise?adores. A veces incluso m¨¢s porque el proceso de crear ropa que funcione en la vida real tiene el efecto colateral de evitar las propuestas m¨¢s dudosas?.
Aunque estemos hablando de ense?as vinculadas a la idea de ropa asequible, su imagen de marca se asocia a un producto aspiracional. Bien lo demostraba Zara lanzando una amplia gama de prendas y accesorios estampados con su logo. Si un escaparate de la hermana mayor de Inditex, o una de sus campa?as, podr¨ªa pasar por el de una firma de lujo, ?por qu¨¦ no iban a intentar equiparar, en ciertas prendas, los precios? ?Al fin y al cabo, no son ense?as low cost al uso, sino marcas de pronto moda ligadas a la tendencia?, como explicaba a S Moda Teresa S¨¢daba, directora y profesora de Comunicaci¨®n en ISEM Fashion Business School.
Las colaboraciones entre marcas asequibles y grandes firmas ¨Ccomo las colecciones c¨¢psula de H&M con infinitos dise?adores¨C tambi¨¦n han servido para acercar y desdibujar los l¨ªmites entre ambos mundos. De hecho, para algunos clientes es la manera en la que conocen y acceden a etiquetas como Erdem o Balmain. Y no dudan en desembolsar los 400 euros que pueden costar algunas prendas de estas l¨ªneas, aunque en el fondo pertenezcan a una gran cadena de moda r¨¢pida.
En Mango o H&M tienen, esta temporada, varias chaquetas por 300 euros y en ocasiones pasadas tambi¨¦n han optado por incluir prendas mucho m¨¢s caras en su cat¨¢logo. Esta estrategia permite a Inditex y compa?¨ªa conservar a su principal cliente (el que entra en sus tiendas en busca de las ¨²ltimas tendencias y b¨¢sicos aparantes por cantidades irrisorias) ampliando el abanico hacia aquel consumidor que, adem¨¢s de llevarse un vestido por 20 euros, no le tema a pasar por caja con una percha m¨¢s en la que cuelgue un abrigo de cuatro d¨ªgitos. Eso s¨ª, las producciones de este tipo de piezas son mucho menores que las de una camiseta de manga corta. El stock de estos productos casi de lujo est¨¢ perfectamente calculado para que apenas haya excedente y, en algunas ocasiones, incluso los venden exclusivamente online. No obstante, a veces, acaban rebajados a la mitad como este abrigo de pelo de Mango que costaba 500 euros y acab¨® costando 250.
Si celebrities y clases altas hace tiempo que le perdieron el miedo a que un bolso de Chanel y un traje de Zara convivan en su armario, ?por qu¨¦ una prenda low cost y otra mucho m¨¢s cara no iban a compartir espacio en la misma tienda? El planteamiento parece claro, pero no deja de sorprender ver una etiqueta de 1.200 euros colgando de un abrigo firmado por Inditex.