Alquilar ropa: ?alternativa sostenible para disfrutar de la moda o en¨¦sima artima?a del sistema?
El alquiler, en expansi¨®n hasta el estallido de la pandemia, vuelve a crecer con modelos que buscan imitar a Airbnb. Al mismo tiempo aumentan las dudas sobre la propuesta como soluci¨®n para hacer m¨¢s sostenible a la industria.
El sector del alquiler de ropa fue uno de los grandes afectados por el impacto de la pandemia (otro m¨¢s). En unos meses en los que hasta se lavaba la compra del supermercado con lej¨ªa, ?qui¨¦n iba a querer ponerse un vestido ajeno, por mucho que hubiera pasado por la tintorer¨ªa? Adem¨¢s, tampoco hab¨ªa muchos eventos en el calendario en los que lucirlo. Pero la emergencia sanitaria pas¨® y el mercado se reorganiza para coger impulso. En el ¨²ltimo a?o han puesto en marcha propuestas de arrendamiento firmas como Ralph Lauren (de momento solo en Estados Unidos) o Decathlon, que conf¨ªa en esta modalid...
El sector del alquiler de ropa fue uno de los grandes afectados por el impacto de la pandemia (otro m¨¢s). En unos meses en los que hasta se lavaba la compra del supermercado con lej¨ªa, ?qui¨¦n iba a querer ponerse un vestido ajeno, por mucho que hubiera pasado por la tintorer¨ªa? Adem¨¢s, tampoco hab¨ªa muchos eventos en el calendario en los que lucirlo. Pero la emergencia sanitaria pas¨® y el mercado se reorganiza para coger impulso. En el ¨²ltimo a?o han puesto en marcha propuestas de arrendamiento firmas como Ralph Lauren (de momento solo en Estados Unidos) o Decathlon, que conf¨ªa en esta modalidad para colecciones temporales como las de esqu¨ª o surf. H&M, que lleva ensayando la pr¨¢ctica desde 2019, arrancaba el pasado mes de octubre un nuevo experimento en su flagship de Berl¨ªn, involucrando blockchain para permitir al consumidor un seguimiento exhaustivo de cada prenda.
By Rotation, ¡°la red social para alquilar, prestar y comprar moda de dise?ador¡± seg¨²n su p¨¢gina web, levant¨® tres millones de d¨®lares (unos 3,77 millones de euros) en una sola ronda de financiaci¨®n hace un par de semanas. A los inversores les atrajo especialmente ¡°su estructura de bajo coste¡±. La apuesta de la compa?¨ªa inglesa soluciona algunos de los problemas con los que batallan gigantes del sector como Rent the Runway: los costes de inventario o la log¨ªstica de los env¨ªos. Como el modelo Airbnb, pero en versi¨®n moda, la aplicaci¨®n pone en contacto a miles de usuarios que comparten el armario, como el que presta ropa a sus amigos. El servicio, actualmente no disponible en Espa?a, prepara su expansi¨®n internacional con la nueva inversi¨®n. Fundada en 2019, ya cuenta con 200.000 usuarios en Reino Unido seg¨²n la plataforma que se lleva un 30% de cada transacci¨®n.
Las b¨²squedas de alquiler de prendas de ropa y accesorios llevan creciendo desde hace a?os, con picos como el provocado tras la boda de Carrie Symonds con el primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, en la que luci¨® un modelo que hab¨ªa alquilado por 50 libras (unos 50 euros) en My Wardrobe HQ. A¨²n as¨ª el sector representa una parte testimonial del pastel (quiz¨¢, las virutas): seg¨²n un informe de Statista publicado a principios de a?o se estima que el mercado gener¨® unos ingresos de 4.660 millones de d¨®lares en 2021. Eso s¨ª, sus expectativas son optimistas y prev¨¦n un crecimiento sostenido de casi un 40% en los pr¨®ximos cinco a?os.
Pero, a la espera de que desarrolle todo su potencial, el lujo tambi¨¦n se apunta: el conglomerado Kering (Gucci, Bottega Veneta o Saint Laurent) invert¨ªa el pasado mes de junio en la start up Cocoon, ¡°como parte de su estrategia para explorar tendencias disruptivas del mercado, tomando peque?as participaciones en tecnolog¨ªas y servicios emergentes¡±, indicaban en Business of Fashion. El servicio, que funciona por suscripci¨®n (de momento, tambi¨¦n solo en Reino Unido), ofrece un bolso de lujo que es reemplazado cada cierto tiempo, dependiendo del paquete elegido, por una cuota fija mensual. ¡°En la esencia del lujo est¨¢ el valorar y disfrutar de la calidad, del dise?o, de la funcionalidad y del alma de los productos, sean en propiedad o en alquiler: se alquilan mansiones, jets, yates¡ y ahora la tendencia llega a los art¨ªculos personales¡±, se?ala el director del Luxury Brand Management MBA de EAE Business School, Ramon Sol¨¦. ¡°La tecnolog¨ªa facilita una gesti¨®n impecable de este servicio y es natural la ampliaci¨®n de su rango de acci¨®n¡±.
En Espa?a funcionan desde hace a?os varias alternativas enfocadas a eventos tipo bodas o similar, para los que tiene mucho sentido alquilar ropa que solo se va a llevar una vez. La M¨¢s Mona o Mimoki (para tocados) son algunos ejemplos. Entre las m¨¢s recientes y medi¨¢ticas est¨¢ Borow: ¡°Pasada la edad del pavo en la que consum¨ªamos fast fashion de manera compulsiva, tendimos a crear nuestro propio armario c¨¢psula, invirtiendo ¨²nicamente en prendas a las que realmente les d¨¢bamos uso en nuestro d¨ªa a d¨ªa¡±, recuerda Eva Chen, cofundadora del negocio junto a su hermana Joana. ¡°Pero pronto empezamos a echar en falta un ¡®armario B¡¯ que lo pudiese complementar. Aquellas prendas que en el pasado nos compr¨¢bamos para una ocasi¨®n concreta, y que por mucho que lo intent¨¢semos (y nos autoenga?¨¢semos), no volv¨ªan a ver la luz¡±. Con esa idea en mente abrieron su firma, que cuenta con un local f¨ªsico en la calle Almirante, 4 de Madrid. ¡°En el mundo en el vivimos, donde cada vez m¨¢s lo importante no es la posesi¨®n de lo material, sino el disfrute de dicho bien, decidimos que era hora de lanzar Borow y apostar por la circularidad¡±.
La demanda de alquiler se ha visto favorecida por los cambios de actitud producidos por la propia pandemia, cuando muchos consumidores intuyeron que acumulaban demasiadas prendas; por el auge del comercio electr¨®nico como resultado tambi¨¦n de la crisis del coronavirus, o por la b¨²squeda de un modelo m¨¢s sostenible de consumo. Precisamente a esto ¨²ltimo apunta Maia Curutchet, directora creativa de la firma espa?ola SKFK: ¡°El alquiler es la respuesta al sobreconsumo. Es una nueva manera de disfrutar de la moda y renovar nuestro armario cada mes a la vez que reducimos la producci¨®n de ropa nueva¡±. Sus propuestas, que abogan desde 1999 por reducir el impacto, trabajan en varios frentes: desde las fibras hasta la producci¨®n o la venta. Desde hace tiempo la alternativa del alquiler se suma a sus apuestas. ¡°El debate que nos anima ahora es c¨®mo cambiar nuestro modelo de negocio para alargar la vida ¨²til de las prendas y producir menos. ?Otras ventajas? Reducimos significativamente las prendas en el armario y competimos en precio con el fast fashion, pero con productos sostenibles y duraderos¡±. Su clienta es una mujer joven, de entre 25 y 35 a?os, a la que le gusta cambiar de ropa a menudo.
Hace poco m¨¢s de una d¨¦cada abolir la noci¨®n de propiedad en la moda era impensable, pero tambi¨¦n lo era por ejemplo para la industria automovil¨ªstica o para la musical. Escribe Dana Thomas en Fashionopolis (Superflua, 2019) que el alquiler podr¨ªa ser una soluci¨®n al ¡°desastre complejo y de tama?o ¨¦pico¡± en que se ha convertido la moda. ¡°Alquilar ropa¡±, sostiene la periodista, ¡°da acceso al consumidor medio ¨Caunque sea breve¨C al mismo nivel de lujo y estilo que los ricos siempre han disfrutado. (¡) El modelo ¡®jersey azul cer¨²leo¡¯ quedar¨ªa obsoleto: todos podr¨ªamos usar la prenda original, elegante y sexy, en lugar de la digesti¨®n mal hecha y comercializada para el mercado de masas¡±. Romper con el sistema para crear uno con menor huella suena bien, pero hay informes que rebajan las expectativas. El estudio Innovative recycling or extended use?, publicado el a?o pasado por la revista cient¨ªfica finlandesa Environmental Research Letters, recuerda el elevado impacto de una pr¨¢ctica que implica transportar las prendas hasta sus destinatarios y de vuelta (ya sea a un almac¨¦n o a otro usuario) para limpiarlas a fondo antes de volver a ponerlas en circulaci¨®n.
Como respuesta, cada vez m¨¢s servicios tiran de mensajer¨ªa sostenible (en Londres, por ejemplo, en bicicleta) o lavados que huyen de los qu¨ªmicos de la limpieza en seco. Curutchet, de SKFK, afirma que su soluci¨®n comenz¨® midiendo la huella de carbono de todo el ciclo de vida de una prenda: ¡°Si nos fijamos exclusivamente en las idas y venidas log¨ªsticas, hay un impacto mayor. Sin embargo esta parte, distribuci¨®n, representa el 2,2% de las emisiones totales del ciclo del vida del producto. Es decir, si alquilamos cinco veces una prenda, aumentamos sus emisiones un 11%. En otros t¨¦rminos, har¨ªa falta alquilar algo 45 veces para llegar a las emisiones de producir una pieza extra¡±.
Marta D. Riezu suma otro factor a tener en cuenta en La moda justa (Anagrama, 2021): ¡°Si la opci¨®n del alquiler no est¨¢ entre mis preferidas es porque creo que sigue perpetuando cierta actitud caprichosa de ahora quiero esto, ahora lo otro, en contraposici¨®n a ese armario escueto y organizado a largo plazo que encuentro tan ¨²til¡±.
¡°Tratar de conseguir un negocio enfocado a la moda que sea 100% sostenible a d¨ªa de hoy es una utop¨ªa¡±, reconoce la cofundadora de Borow, ¡°pese a la log¨ªstica y el transporte, alquilando estamos compartiendo un mismo armario entre miles de usuarias que si no recurrir¨ªan a la compra¡±. Ellas apuestan entre otros por una t¨¦cnica de lavado menos nociva y sin qu¨ªmicos, que busca alargar la duraci¨®n de cada prenda. Se trata de proponer nuevos caminos. ¡°Alquilar, reciclar o el mercado de segunda mano son alternativas dentro de la moda circular. Aportamos nuestro granito de arena con el objetivo de alcanzar un escenario m¨¢s sostenible dentro de la moda¡±.