As¨ª es la monarqu¨ªa moderna
Guillermo conduce su propio coche y coloca al beb¨¦ en su sillita. Kate no quiere saber nada de las fajas. Las cosas han cambiado.
La espera frente a la puerta del hospital St Mary's empieza a pasar factura. Tras casi dos d¨ªas all¨ª apostada, a la presentadora de Sky News Kate Burley se le agotan hasta los lugares comunes. Ha dormido s¨®lo dos horas. Con los ojos enrojecidos y el pelo progresivamente revuelto llama la atenci¨®n del propio pr¨ªncipe Carlos. ¡°Tu has tenido un d¨ªa muy largo¡±, le suelta cuando fue a conocer a su primer nieto.
Las visitas de suegros y consuegros sugieren que Catalina podr¨ªa permanecer m¨¢s tiempo en el hospital. Pero la peluquera real Amanda Cook Tucker se dirige al ala Lindo del hospital...
La espera frente a la puerta del hospital St Mary's empieza a pasar factura. Tras casi dos d¨ªas all¨ª apostada, a la presentadora de Sky News Kate Burley se le agotan hasta los lugares comunes. Ha dormido s¨®lo dos horas. Con los ojos enrojecidos y el pelo progresivamente revuelto llama la atenci¨®n del propio pr¨ªncipe Carlos. ¡°Tu has tenido un d¨ªa muy largo¡±, le suelta cuando fue a conocer a su primer nieto.
Las visitas de suegros y consuegros sugieren que Catalina podr¨ªa permanecer m¨¢s tiempo en el hospital. Pero la peluquera real Amanda Cook Tucker se dirige al ala Lindo del hospital. La se?al inequ¨ªvoca de que los duques de Cambridge est¨¢n listos para a ense?ar al mundo su reto?o, el futuro rey de Inglaterra.
Ah¨ª est¨¢n, sonrientes y felices. ?l, en mangas de camisa. Ella con un vestido azul de lunares hecho a medida por Jenny Packham y zapatos de cu?a. Un homenaje, dicen, al vestido de lunares que llevaba Lady Di cuando present¨® a Guillermo. Pero a diferencia de Diana, Kate ha preferido no ocultar la tripa.
La duquesa se sujeta el pelo detr¨¢s de las orejas, se lo toca, se lo retira de la cara. El pelo de Kate Middleton, siempre en medio. Quiz¨¢s sean los nervios. Todos los padres primerizos est¨¢n inquietos cuando abandonan el hospital con su beb¨¦. Imag¨ªnense con medios de todo el planeta pendientes hasta del m¨ªnimo gesto.
El beb¨¦ Cambridge todav¨ªa no tiene nombre. Los periodistas hacen componendas de lo que tendr¨¢n que esperar. Harry ahora es cuarto en la l¨ªnea de sucesi¨®n del trono.
Dice Guillermo que el principito ¡°gracias a dios¡± tiene m¨¢s pelo que ¨¦l, es grandull¨®n, cuenta con ¡°un buen par de pulmones¡± con los que gritar y se parece a su madre. Kate no est¨¢ segura de que sea as¨ª.
Desaparecen y vuelven a salir con el pr¨ªncipe metido en una silla de coche. Con Guillermo al volante de un reluciente Range Rover dejan el hospital camino al palacio de Kensington. Cuidar¨¢n a su hijo sin ni?era.
As¨ª es la monarqu¨ªa moderna.
Cordon Press
Cordon Press
Cordon Press