Oda al aburrimiento: la ruta m¨¢s eficaz para potenciar la creatividad
En este mundo supers¨®nico es importante parar, perder el tiempo y no hacer nada. Tambi¨¦n llegar al tedio: el aburrimiento es un poderoso mecanismo para activar el cerebro, relajarse y practicar la introspecci¨®n.
¡°El aburrimiento de la ostra produce la perla¡±, sentenci¨® el escritor Jos¨¦ Bergam¨ªn, adelant¨¢ndose a los recientes estudios en el campo de la neurolog¨ªa, que empiezan a ver esta ¡®no actividad¡¯ con tan mala prensa como un excelente potenciador de la capacidad cerebral.
¡°Imaginemos que una persona est¨¢ en una situaci¨®n ap¨¢tica, que le resulta desagradable y que no le aporta nada¡±, se?ala Pablo Irimia, neur¨®logo del departamento de Neurolog¨ªa de la Cl¨ªnica Universidad de Navarra y presidente de la Sociedad Navarra de Neorolog¨ªa, ¡°en este contexto hay dos ¨¢reas del cerebro que disminuyen su...
¡°El aburrimiento de la ostra produce la perla¡±, sentenci¨® el escritor Jos¨¦ Bergam¨ªn, adelant¨¢ndose a los recientes estudios en el campo de la neurolog¨ªa, que empiezan a ver esta ¡®no actividad¡¯ con tan mala prensa como un excelente potenciador de la capacidad cerebral.
¡°Imaginemos que una persona est¨¢ en una situaci¨®n ap¨¢tica, que le resulta desagradable y que no le aporta nada¡±, se?ala Pablo Irimia, neur¨®logo del departamento de Neurolog¨ªa de la Cl¨ªnica Universidad de Navarra y presidente de la Sociedad Navarra de Neorolog¨ªa, ¡°en este contexto hay dos ¨¢reas del cerebro que disminuyen su actividad: el l¨®bulo frontal, involucrado en los procesos de atenci¨®n; y la ¨ªnsula, que responde a est¨ªmulos de naturaleza emocional. Ambas partes se ralentizan, pero si la persona busca un est¨ªmulo para salir de ese estado y lo encuentra, logra que esas zonas vuelvan otra vez a estimularse y se produce un cambio en esa ¨¢rea cerebral. Es pues importante tener ratos de inactividad y hasta de aburrimiento, porque as¨ª el cerebro se est¨¢ entrenando. Y, por supuesto, el est¨ªmulo ser¨¢ mayor, cuanto m¨¢s creativa sea la soluci¨®n para paliar la apat¨ªa¡±.
Aquellos que van en busca del entretenimiento r¨¢pido (llamar a un amigo, encender la tele, ver las redes sociales) para abortar el primer signo de desidia, est¨¢n impidiendo que el cerebro se beneficie de este interesante ejercicio. ¡°Para llevar una vida feliz es esencial una cierta capacidad de tolerancia al aburrimiento. Una generaci¨®n que no soporta el aburrimiento ser¨¢ una generaci¨®n de hombres de escasa val¨ªa¡± dijo Bertrand Russell.
Como apunta Ana Roa, psicopedagoga, profesora de educaci¨®n infantil y miembro del Colegio Profesional de Educaci¨®n a Medida y del COPOE (Confederaci¨®n de Organizaciones de Psicopedagog¨ªa y Orientaci¨®n de Espa?a), ¡°los espacios vac¨ªos, libres de tareas, actividades y juegos, son imprescindibles en el desarrollo de los m¨¢s peque?os, ya que en ellos se descubren los propios intereses, las motivaciones y est¨¢n muy vinculados a la creatividad. El famoso pensamiento divergente, que consiste en dejar que la mente y la emoci¨®n fluyan sin premisas, el aprendizaje cooperativo y colaborativo, la gamificaci¨®n (aprendizaje a trav¨¦s del juego), son las nuevas t¨¦cnicas did¨¢cticas que se est¨¢n aplicando en los mejores colegios del mundo, y en Espa?a empiezan a usarse, t¨ªmidamente, en infantil¡±.
La mente es como una sala de estar, en la que tan importante es el mobiliario como el espacio vac¨ªo. Una habitaci¨®n atiborrada de muebles no es ¨²til ni pr¨¢ctica. Se necesitan los objetos precisos pero tambi¨¦n que haya espacio entre ellos; de esta forma, uno puede moverse y ¨¦stos lucen mejor, pero el verbo parar vive sus horas m¨¢s bajas en una sociedad basada en la conexi¨®n 24 horas y la filosof¨ªa del esfuerzo aunque, por otro lado, vemos que las personas m¨¢s exitosas o m¨¢s ricas no son siempre las m¨¢s inteligentes ni las que han trabajado m¨¢s duro.
En opini¨®n de Marisol Delgado, psic¨®loga y especialista en psicoterapia por la European Federation of Psychologists Associations (EFPA), con consulta en Avil¨¦s, ¡°existen unos conceptos err¨®neos, a nivel social, pero que todos reproducimos sistem¨¢ticamente y que deber¨ªamos desterrar. A saber: identificar la val¨ªa personal con lo que hacemos o producimos, creer que ser responsable es sin¨®nimo de no tener cinco minutos libres o caer en la tiran¨ªa del ¡®deber¨ªa¡¯ o ¡®tendr¨ªa que estar haciendo¡¯, que ensombrece nuestros ratos de ocio. La filosof¨ªa del esfuerzo ha calado tan hondo que todav¨ªa se oye la frase ¡®no consigue nada pero al menos se esfuerza¡¯, un sinsentido del desperdicio energ¨¦tico¡±.
La filosof¨ªa del esfuerzo ha calado tan hondo que todav¨ªa se oye la frase ¡®no consigue nada pero al menos se esfuerza¡¯, un sinsentido del desperdicio energ¨¦tico¡±.
Para esta psic¨®loga, nuestra mente es como un ordenador al que, de vez en cuando, hay que apagar y resetear porque si no acabar¨¢ estrope¨¢ndose. ¡°Tener momentos de no hacer nada y hasta de aburrimiento es excelente para la creatividad, el conocimiento de uno mismo, el libre pensamiento, la reflexi¨®n. Porque parar es reparar, cogiendo este t¨¦rmino en su doble sentido; por un lado reparar es fijarse en algo, y por otro significa arreglar¡±.
Dejar espacios en blanco y desconectarse
Los budistas sostienen que la mente es el mono loco que convierte nuestra vida en un torbellino; de ah¨ª la necesidad de la meditaci¨®n, de no hacer nada, de buscar espacios en blanco, para apaciguar y calmar a ese animal desbocado.
¡°La mente nos enga?a mucho. Es como un ni?o caprichoso al que nunca se le han puesto normas y que tiraniza a sus padres¡±, comenta Elena Alfaya, miembro del personal docente e investigador de la Universidad de A Coru?a, especializada en mindfulness y creadora del Centro Karuna, en esa misma ciudad gallega. ¡°Un ejercicio que pongo el primer d¨ªa a mis alumnos es coger una botella llena de agua, echarle arena y agitarla. Mientras est¨¢ turbia, es imposible ver nada tras ella, pero si dejamos de moverla y esperamos a que repose, la arena se ir¨¢ al fondo y el agua recuperar¨¢ su estado transparente. Lo mismo ocurre con nuestra mente, que puede dividirse en dos partes: el observador, que somos nosotros, y la corriente subyacente, ese barullo mental de ideas que puebla nuestras cabezas. El problema es que nos identificamos con esta segunda parte y no con la primera, y perdemos el control¡±, comenta Elena.
El mindfulness busca recuperar los mandos. Nadie nos ha dicho nunca c¨®mo hacerlo e incluso pensamos que esa tarea es imposible, pero hay t¨¦cnicas para convertirse en un observador y ver pasar todo ese torbellino de pensamientos sin involucrarse en ellos, sin que perturben nuestro estado de ¨¢nimo. La ¨²nica condici¨®n es pararse, no hacer nada.
Enric Puig Punyet, adem¨¢s de fil¨®sofo pertenece a la nueva tribu de los ¡®desconectados¡¯. No est¨¢ en las redes sociales y utiliza un tel¨¦fono m¨®vil que solo sirve para recibir y hacer llamadas, aunque en casa tiene ordenador y navega por Internet. Su libro La gran adicci¨®n (Arpa), alarma de una realidad limitada a lo que ocurre en las pantallas y presenta casos de personas que han optado por la desconexi¨®n, con ¨¦xito.
Uno de los peligros del constante enganche es, seg¨²n Enric, ¡°la eliminaci¨®n de esos momentos de vac¨ªo, aburrimiento, en los que no se hace, aparentemente, nada pero que son muy importantes porque nos invitan a la introspecci¨®n, la reflexi¨®n. Son un descanso para nuestro cerebro y, a menudo, son el germen de las buenas ideas, ya que la sobreestimulaci¨®n es lo que nos mantiene, muchas veces, bloqueados¡±. ¡°El aburrimiento, despu¨¦s de todo, es una forma de cr¨ªtica¡±, dijo el abogado estadounidense abolicionista, Wendell Phillips (1811-1884).
Cada vez m¨¢s expertos aconsejan que una excelente medida para prevenir el estr¨¦s y la ansiedad es concederse una hora cada d¨ªa para no hacer nada, estar con uno mismo, aburrirse o dejar que el cuerpo o la mente nos hablen. Algunos la utilizan para meditar, pero este espacio admite todo tipo de planes: asomarse a un balc¨®n y ver la vida pasar, dar un paseo sin rumbo fijo o sentarse en un parque.
Todos los d¨ªas hay que dedicar una hora a no hacer nada, o hacer algo desde la no planificaci¨®n, manejamos muy mal la incertidumbre.
La fil¨®sofa Teresa Gaztelu, que hacen lo que se llama praxis filos¨®fica (consultas individuales en las que, como en una terapia psicol¨®gica, el fil¨®sofo trata con su consultante los temas y cuestiones que le preocupan), pone diferentes ejercicios a sus alumnos, basados siempre en la b¨²squeda de esa inacci¨®n. ¡°Todos los d¨ªas hay que dedicar una hora a no hacer nada, o hacer algo desde la no planificaci¨®n, porque manejamos muy mal la incertidumbre. Podemos decir que el sufrimiento es la no aceptaci¨®n de lo que ocurre y esa aceptaci¨®n se da cuando paramos y nos escuchamos a nosotros mismos¡±.
La sana costumbre de so?ar despierto
En el ¨¢mbito laboral, aburrirse es un estado cada vez m¨¢s ins¨®lito, en un entorno en el que generalmente faltan horas para realizar todas las tareas, pero deber¨ªan ser deseables peque?os momentos sin hacer nada, ya que como apunta Olga Cubillas, coach laboral y de vida, certificado PCC y practitioner en PNL, ¡°nuestro cerebro es como un coche, si se tienen encendido mucho tiempo, el motor se recalienta y eso a la larga estropea el veh¨ªculo. Con nuestra mente pasa lo mismo. Hay que darle p¨¢ginas en blanco, para que descanse¡±.
En opini¨®n de Cubillas, el aburrimiento en peque?as dosis es muy necesario y tiene excelentes propiedades. ¡°Reduce el estr¨¦s y los niveles de cortisol, nos ayuda a conocernos y tomar mejores decisiones. Pero adem¨¢s, cuando estamos aburridos puede activarse el mecanismo de so?ar despierto, que es algo as¨ª como un boceto de nuestras metas y anhelos, que se sustenta en el pensamiento creativo. Otra consecuencia ben¨¦fica del tedio es el bostezo, actividad que oxigena y relaja el cerebro. No hacer nada es reparador y nos hace m¨¢s eficaces y productivos¡±. Como dijo Unamuno, ¡°hay algo de dulce y sosegado, y sobre todo de sabio, en eso que los hombres del mundo llaman aburrirse¡±.
Nuestro cerebro es como un coche, si se tienen encendido mucho tiempo, el motor se recalienta y eso a la larga estropea el veh¨ªculo.