La historia de c¨®mo Guerlain invent¨® la barra de labios tal y como la conocemos
El primer pintalabios vio la luz en 1870. Guerlain lanz¨® ese a?o el primer tubo en la historia del maquillaje con pulsador y recargable.
Pintarse los labios se remonta a la Antig¨¹edad. Existe documentaci¨®n que sit¨²a los primeros colores ya en Mesopotamia, entre los griegos y los romanos. Cleopatra, por ejemplo, era una gran usuaria de los primeros pintalabios, una pasta que por entonces se fabricaba con piedras preciosas y pigmentos naturales como la arcilla, la henna o, para el tono carm¨ªn, la cochinilla.
De ese primigenio producto han pasado milenios, y su imagen ha evolucionado a pasos agigantados y se ha popularizado su uso, reservado durante mucho tiempo a las altas esferas. En 1870 lleg¨® el que ser¨ªa el germen de l...
Pintarse los labios se remonta a la Antig¨¹edad. Existe documentaci¨®n que sit¨²a los primeros colores ya en Mesopotamia, entre los griegos y los romanos. Cleopatra, por ejemplo, era una gran usuaria de los primeros pintalabios, una pasta que por entonces se fabricaba con piedras preciosas y pigmentos naturales como la arcilla, la henna o, para el tono carm¨ªn, la cochinilla.
De ese primigenio producto han pasado milenios, y su imagen ha evolucionado a pasos agigantados y se ha popularizado su uso, reservado durante mucho tiempo a las altas esferas. En 1870 lleg¨® el que ser¨ªa el germen de lo que hoy conocemos como la barra de labios. La firma Guerlain lanz¨® ese a?o Ne m¡¯oubliez pas (¡®No me olvides¡¯ en franc¨¦s), que ellos llaman el primer rojo en barra de la historia, si bien su tono se acercaba m¨¢s al rosa. Pero ?qu¨¦ es el rosa sino un tono de rojo con exceso de pigmento blanco? La marca se hab¨ªa dado cuenta de que el b¨¢lsamo labial se aplicaba mejor en forma de cilindro y las arist¨®cratas francesas (todav¨ªa la ¨²nica clase social que pod¨ªa permitirse este capricho cosm¨¦tico) lo compraban con m¨¢s asiduidad.
El invento se presentaba en el primer tubo de la historia del maquillaje moderno, que contaba con un pulsador que descubr¨ªa el secreto que guardaba esa promesa de un recuerdo imborrable. Pero, m¨¢s all¨¢ de innovaciones t¨¦cnicas precursoras de los sistemas modernos que permiten subir y bajar la barra, la casa se adelant¨® a la tendencia sostenible: era recargable, una exigencia de las generaciones actuales a los vendedores de cosm¨¦tica.
De esa primera aproximaci¨®n a la barra moderna se conserva poco m¨¢s que su recuerdo y alguna publicidad: en 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, el bombardeo de la f¨¢brica de B¨¦con-les-Bruy¨¨res, en Francia, ces¨® su producci¨®n y desapareci¨® por completo. Aun as¨ª, la barra de labios, cada versi¨®n mejorada, ha permanecido y se ha popularizado en gran medida gracias a medios como el cine o la publicidad, como escriben historiadores como Sarah Schaffer y Neville Williams. Guerlain, con el recuerdo de ese primer producto, ha creado aut¨¦nticos iconos para la boca, como KissKiss, de 1995, con 40 tonos ideados por Olivier Echaudemaison, su director creativo; o Rouge G, cuya versi¨®n con m¨²ltiples carcasas para combinar como se desee, a la venta por separado de la barra, se convirti¨® cuando se lanz¨®, en 2019, en el labial m¨¢s vendido. Apostaron por el rojo, y ganaron.