¡®Kos¡¯, la filosof¨ªa noruega para ser feliz que necesitas compartir con otros
As¨ª es el estilo de vida que basa la felicidad en bonitos peque?os momentos de intimidad compartida con otros.
Vivimos en un mundo en el que las tendencias pueden durar apenas una temporada, un mes o las horas de un trending topic. Pocas modas tienen tiempo para madurar, evolucionar. El dise?o escandinavo es una excepci¨®n. Da igual si dan¨¦s, finland¨¦s, noruego o sueco, pero la forma de entenderlo en Escandinavia sigue maravillando desde hace m¨¢s de medio siglo all¨¢ donde alguna de sus firmas aterriza, por muy peque?a que esta sea.
Este gusto por lo racional, lo pr¨¢ctico y lo bonito en un mismo elemento no es m¨¢s que el reflejo de un estilo de vida que fascina tanto o m¨¢s que sus colecci...
Vivimos en un mundo en el que las tendencias pueden durar apenas una temporada, un mes o las horas de un trending topic. Pocas modas tienen tiempo para madurar, evolucionar. El dise?o escandinavo es una excepci¨®n. Da igual si dan¨¦s, finland¨¦s, noruego o sueco, pero la forma de entenderlo en Escandinavia sigue maravillando desde hace m¨¢s de medio siglo all¨¢ donde alguna de sus firmas aterriza, por muy peque?a que esta sea.
Este gusto por lo racional, lo pr¨¢ctico y lo bonito en un mismo elemento no es m¨¢s que el reflejo de un estilo de vida que fascina tanto o m¨¢s que sus colecciones de decoraci¨®n e interiorismo. Una idiosincrasia en la que la clave es mirar a la vida con optimismo. ?Hay que tener mucho coraje y una personalidad muy fuerte para que pa¨ªses que est¨¢n seis meses al a?o a oscuras sigan siendo los m¨¢s felices del mundo?, se asombra la ensayista Helen Russell (The Year of Living Danishly). En Oslo, por ejemplo, la noche dura 16 horas en diciembre¡ y est¨¢ a cientos de kil¨®metros al sur de las regiones m¨¢s septentrionales.
Precisamente de Noruega llega la ¨²ltima filosof¨ªa escandinava que quiere cristalizar m¨¢s all¨¢ de sus fronteras: el kos. Ya conocimos el hygge dan¨¦s (la exaltaci¨®n de la sencillez) y muchos se apuntaron al lagom sueco (basado en ?evitar la pomposidad, mantener los pies en la tierra, celebrar lo que aporta cada uno en lugar de la imagen, preocuparse por las historias personales y no por los productos?, seg¨²n sus creadores). Los noruegos adoptan ambos conceptos y lo llevan al exterior bajo una premisa: ?Poner el foco en uno mismo?, explica Anette Barstad, profesora de yoga en ?lesund, el pueblo Art Nouveau del centro de Noruega.
Traducible como ?lo c¨®modo y acogedor, pasar un buen rato hasta crear un momento de placentera intimidad?, el kos se ha convertido en objeto culto. Incluso en invierno. ?Apreciamos y disfrutamos al m¨¢ximo la naturaleza, por lo que un buen rato para un noruego siempre incluir¨¢ un paseo por las monta?as con amigos. En invierno no existe mejor plan que salir a esquiar, comer naranjas y una barrita de chocolate Kvikk, seguir esquiando y finalizar la jornada en una caba?a de madera sentados junto al fuego?, explica Patricia Pitarch desde la oficina espa?ola de Innovation Norway.
Aunque todas las filosof¨ªas escandinavas de estilo de vida tienen puntos en com¨²n ¨Cla felicidad a partir de la sencillez, la falta de barroquismo, la huida del consumismo sin sentido o del embellecimiento porque s¨ª¨C hay diferencias. Al contrario del hygge dan¨¦s, por ejemplo, el kos no se entiende en soledad. ?Es todo aquello que te hace sentir bien, un bienestar mental, pero siempre relacionado con la socializaci¨®n, que ese buen rato sea con amigos o familiares?, prosigue Pitarch.
La capacidad de los escandinavos para ¡®darle la vuelta a la tortilla¡¯ y tratar de ver las cosas que a otros pueden parecerles malas como una oportunidad es el arranque para encontrar estos ratos de pasarlo bien sin importar la temperatura exterior. Carpe diem: ?En su origen, el t¨¦rmino se entend¨ªa como sin¨®nimo de supervivencia, un fuego encendido y una comida en torno a este en los inviernos largos, fr¨ªos y oscuros?, explica el periodista Arve Uglum.
Kos se relaciona con una palabra que solo existe como tal en noruego: koselig, que no es otra cosa que la sensaci¨®n de bienestar en plena naturaleza, enamor¨¢ndonos del paisaje y sinti¨¦ndonos como en casa. No es necesario sufrir un ataque cual s¨ªndrome de Stendhal ante un fiordo o atravesando un bosque, sino una genuina comuni¨®n con lo que nos rodea.
Que la gente se una para crear momentos de intimidad es el objetivo del kos. Practicarlo es tan sencillo como positivo. No hay recetas maestras, cada uno encuentra esa felicidad en acciones diferentes. No hace falta nieve, ni chimeneas, ni fiordos¡ Incluso los festivales de m¨²sica se organizan ?no solo teniendo en cuenta el cartel, sino tambi¨¦n las oportunidades de socializaci¨®n que tendr¨¢n quienes asistan?, explic¨® la cr¨ªtica musical Katrine Sviland en un estudio que hizo Turismo de Noruega al respecto.
Exportarlo a otros pa¨ªses, compartir su estilo de vida, pasa tambi¨¦n por adoptar costumbres ajenas. En su b¨²squeda de momentos de kos, los escandinavos experimentan ¨Ca su manera, todo hay que decirlo¨C incluso con la comida. Se ha convertido en todo un cl¨¢sico en Suecia y Noruega el reunirse los viernes para cenar tacos, que tienen poco o nada que ver con los tex-mex originales. A estas cenas se apuntan j¨®venes y mayores; e incluso los supermercados tienen descuentos especiales para los que no se pierden un Taco Fredag (viernes).
Como explica Patricia,??el kos es un estilo de vida menos pretencioso, el placer ante lo simple, las peque?as alegr¨ªas que te hacen sentir bien. ?Por qu¨¦ no intentar centrarnos en los momentos que nos hacen realmente felices??.