La emodiversidad (o por qu¨¦ sentirse mal puede llegar a ser positivo)
Aunque no parezca, entrar en contacto con las emociones negativas, aceptarlas, y sobrellevarlas, mejora la calidad de vida y la inteligencia emocional.
En el mundo del wellness no parecen existir las emociones negativas, en cambio florecen las teor¨ªas de expertos, coachs, celebrities, etc., para cultivar las positivas y alcanzar con ello las propias metas, el ¨¦xito, o la felicidad. Pero encarar los sentimientos negativos es bueno para nuestra creatividad, productividad e inteligencia emocional.
¡°Es una locura que basemos nuestra plenitud s¨®lo en los momentos de emociones positivas¡±, afirma Mabel Moreno, educadora emocional y medioambiental de la Emogranja de Santa Mar¨ªa del Cam¨ª, en Mallorca:...
En el mundo del wellness no parecen existir las emociones negativas, en cambio florecen las teor¨ªas de expertos, coachs, celebrities, etc., para cultivar las positivas y alcanzar con ello las propias metas, el ¨¦xito, o la felicidad. Pero encarar los sentimientos negativos es bueno para nuestra creatividad, productividad e inteligencia emocional.
¡°Es una locura que basemos nuestra plenitud s¨®lo en los momentos de emociones positivas¡±, afirma Mabel Moreno, educadora emocional y medioambiental de la Emogranja de Santa Mar¨ªa del Cam¨ª, en Mallorca: ¡°Si lo hacemos, nos estamos perdiendo parte del potencial de la vida. Sea lo que sea que se sienta, permit¨¢monos que el movimiento emocional se exprese, escuchemos lo que la emoci¨®n nos dice a trav¨¦s del pensamiento, y dej¨¦mosla ir cuando sintamos que es el momento.¡±, aconseja.
Diversos estudios de los ¨²ltimos a?os muestran que las emociones negativas contribuyen a configurar seres humanos m¨¢s completos, el concepto se llama emodiversidad (o diversidad emocional), algo as¨ª como el abanico de sentimientos que somos capaces de percibir. Cuando se oscila entre muchos, experimentando a lo largo del d¨ªa desde la felicidad radical hasta el aburrimiento total, se experimenta una alta emodiversidad, mientras que la baja emodiversidad se manifiesta en personas cuyos estados de ¨¢nimo, positivos o negativos, rara vez var¨ªan.
Curiosamente, son las primeras las que pueden lograr un mayor equilibrio emocional y satisfacci¨®n. El estudio de 2014 Emodiversity and the Emotional Ecosystem, realizado en 37.000 personas, encontr¨® que las de alta emodiversidad ten¨ªan menos probabilidades de estar deprimidas que las de baja emodiversidad. Tambi¨¦n apunta que estar abierto a sentimientos como la ira, hace que se valoren m¨¢s los momentos de felicidad. Por ello, la baja emodiversidad, incluso en un espectro positivo, puede ser contraproducente.
Porque, aunque la idea de sentirse constantemente feliz sea id¨ªlica, esa investigaci¨®n muestra que es menos probable ser creativos e innovadores cuando se est¨¢ contento porque, en ese estado, lo ¨²ltimo que se desea es cambiar las cosas.
La experta Mabel Moreno (para la que la inteligencia emocional no es otra cosa que ¡°sentido com¨²n¡±) nos tranquiliza: ¡°M¨¢s vale la calidad que la cantidad. Sea mucho o poco lo que seamos capaces de sentir, que sea verdadero¡±, apunta.
Por ello, en lugar de centrarse en alcanzar la felicidad, es m¨¢s interesante prestar atenci¨®n a la gama completa de emociones, y lo que las provoca, porque nos ense?a m¨¢s sobre nosotros mismos. Y una vez se est¨¢ en sinton¨ªa con las propias reacciones y los factores desencadenantes, es m¨¢s probable detectarlas en otras personas, algo clave en la inteligencia emocional, una capacidad que mejora la comunicaci¨®n y las relaciones.
Para sacar lo mejor de las emociones desde la infancia, Esther Zarrias Ruiz, directora del centro educativo Rosa dels Vents, y autora de Un cambio de mirada. Los inicios de una escuela p¨²blica activa, aconseja: ¡°Generar espacios donde los ni?os y ni?as puedan expresarse libremente, sin juicios, ni tapujos, sin hacerles sentir mal y sobre todo siendo aut¨¦nticos. Los adultos aprendemos a reprimir las emociones y fingir, con ello les damos a entender que no est¨¢ bien lo que sentimos, o que es l¨ªcito mentir sobre ello¡±.
Y recalca: ¡°Es importante saber conectar con las necesidades aut¨¦nticas. A veces nos encontramos con infantes que lo han olvidado y s¨®lo satisfacen a los adultos, muchas veces desconectados de lo que de verdad desean. Debemos dejar que experimenten con sus emociones, si no viven su enfado o su tristeza en plenitud, no van a ser capaces de conocerlas, ni reconocerlas en s¨ª mismos y, mucho menos, adoptar una actitud ajustada de autoregulaci¨®n emocional¡±, detalla.
¡°Estoy cansada de escuchar cuando un ni?o se cae y se hace da?o: ¡®Eso no es nada, no llores¡¯. Ense?a a que cuando sientan dolor, no deben de expresar tristeza aunque la sientan, porque parece que no hay que hacerlo, quien sabe por qu¨¦¡±, reflexiona Zarrias: ¡°?Y c¨®mo se traduce eso cuando son mayores? Por ejemplo, en ser incapaces de llorar, o de expresar aflicci¨®n porque se averg¨¹enzan¡±, responde.
Como explica la experta: ¡°Los ni?os aprenden a autoregular sus emociones acompa?¨¢ndoles a experimentar las reacciones y las posibles consecuencias que se derivan de ellas¡±, detalla Zarrias: ¡°As¨ª lograr¨¢n tener una buena inteligencia emocional, y no s¨®lo ser¨¢n m¨¢s felices, sino que tomar¨¢n decisiones m¨¢s acertadas, tendr¨¢n m¨¢s ¨¦xito y ser¨¢n mejores l¨ªderes¡±.
Mabel Moreno reconoce que existe una gran presi¨®n social para estar siempre bien, negar las emociones, o encubrirlas: ¡°Vivimos inducidos de tal manera que hemos normalizado lo anormal, y anormalizado lo normal. El sentido com¨²n es de lo menos com¨²n. Estamos bien amaestrados¡±, opina.
Pero pens¨¦moslo bien ?El ¨¦xito o la felicidad ser¨ªan tan dulces sin algunos fracasos y decepciones? Realmente las emociones negativas, si se gestionan adecuadamente, nos ayudan a crear un contexto adecuado para la vida.