La mujer que card¨® el pelo a la d¨¦cada de los 60
Fallece Margaret Vinci Heldt, la inventora del peinado ¡®beehive¡¯, el s¨²per mo?o que lucieron desde Brigitte Bardot a Amy Winehouse.
Compart¨ªa con Vidal Sassoon y pocas personas m¨¢s el honor de haberse inventado un peinado ic¨®nico. Margaret Vinci Heldt, creadora oficial del beehive, el mo?o alto cardado que triunf¨® en los 60, falleci¨® el pasado viernes cerca de Chicago a los 98 a?os. All¨ª hab¨ªa nacido y all¨ª regent¨® durante d¨¦cadas su sal¨®n, el Margaret Vinci Coiffures.
En 1960, a Heldt se le ocurri¨® hacer un recogido inspirado en un peque?o bonete que ten¨ªa, similar a un fez. Quer¨ªa crear un mo?o que cupiese entero debajo del sombrero de manera que al quit¨¢rselo, el pelo quedase intacto. La idea consist¨ªa e...
Compart¨ªa con Vidal Sassoon y pocas personas m¨¢s el honor de haberse inventado un peinado ic¨®nico. Margaret Vinci Heldt, creadora oficial del beehive, el mo?o alto cardado que triunf¨® en los 60, falleci¨® el pasado viernes cerca de Chicago a los 98 a?os. All¨ª hab¨ªa nacido y all¨ª regent¨® durante d¨¦cadas su sal¨®n, el Margaret Vinci Coiffures.
En 1960, a Heldt se le ocurri¨® hacer un recogido inspirado en un peque?o bonete que ten¨ªa, similar a un fez. Quer¨ªa crear un mo?o que cupiese entero debajo del sombrero de manera que al quit¨¢rselo, el pelo quedase intacto. La idea consist¨ªa en cardar el pelo, apilarlo y sujetarlo tan alto como fuera posible con ayuda de horquillas y de tanta laca como hiciera falta. Cuando lo consigui¨®, envi¨® la foto a la revista para peluquer¨ªas Modern Beauty Shop, que al parecer buscaba un nuevo peinado para la nueva d¨¦cada, aburridos ya del estilo paje y del recogido franc¨¦s, a lo Grace Kelly. El mo?o se public¨® en el n¨²mero de febrero de aquel a?o y se puede decir que fue un ¨¦xito instant¨¢neo. En realidad, a finales de los 50 ya estaba de moda el bouffant, el pelo cardado a lo Jackie Kennedy o Doris Day, casi siempre acabado con las puntas hacia fuera, y el beehive supon¨ªa una evoluci¨®n natural de aquel estilo y un ahorro de tiempo: con un poco de pericia y paciencia, aguantaba hecho durante d¨ªas. Las mujeres dorm¨ªan con el mo?o hecho, sujeto por un pa?uelo, y por la ma?ana s¨®lo ten¨ªan que recolocar los mechones rebeldes. Resultaba especialmente pr¨¢ctico para todas las estadounidenses que se estaban incorporando al mercado de trabajo ¨Cpor algo lo llevaba Joan Holloway (Christina Hendricks) en Mad Men, ejemplo de se?ora que sabe usar las modas en su propio beneficio¨C. Aunque moderno para su ¨¦poca, aquel era definitivamente un peinado pre-liberaci¨®n femenina. Heldt, que al final de su vida recibi¨® varios homenajes, sol¨ªa contar el consejo que daba a sus clientas al salir de la peluquer¨ªa con su torre de pelo reci¨¦n hecha: ¡°Me da igual lo que haga tu marido de cuello para abajo, siempre y cuando no toque nada de cuello para arriba¡±.
El beehive lo ten¨ªa todo para ser el peinado de la era Eisenhower: transmit¨ªa el optimismo econ¨®mico de los ¨²ltimos 50 y cierta insolencia que anticipaba ya lo que estaba por venir. R¨¢pidamente lo asumieron famosas de la ¨¦poca que ten¨ªan poco en com¨²n entre si m¨¢s all¨¢ de su deseo de ganar hasta 10 cent¨ªmetros de altura gracias a su mo?o, empezando por Ronnie Spector, que lleg¨® a estar tan asociada a ese peinado que en 2012 titul¨® un espect¨¢culo que resum¨ªa su carrera M¨¢s all¨¢ del beehive. Ella y el resto de las Ronettes lo copiaron de Brigitte Bardot, otra early adopter del pelo XXL.
Aretha Franklin. Audrey Hepburn. Dusty Springfield. Barbra Streisand. Dolly Parton (que probablemente anticip¨® el dicho sure?o ¡°cu¨¢nto m¨¢s alto el pelo, m¨¢s cerca est¨¢s de Dios¡±). Todas, ya fueran jud¨ªas de pelo encrespado, afroamericanas o ?europeas de cabello lacio pod¨ªan poner sobre sus cabezas una colmena, traducci¨®n literal de beehive. El nombre, por cierto, no se lo puso la peluquera que lo invent¨®. Heldt hab¨ªa terminado su mo?o con una aguja en forma de abeja y un redactor de la revista se inspir¨®: ¡°parece un colmena ?te importa si le llamamos as¨ª?¡±.
En Espa?a tambi¨¦n se pasaron al beehive los iconos de la ¨¦poca, de Sarita Montiel a Conchita Velasco. El volumen en la parte trasera de la cabeza supon¨ªa una ruptura y un choque generacional con el peinado m¨¢s popular de la generaci¨®n anterior, la de la inmediata posguerra, m¨¢s partidaria del (tr¨¢gicamente bautizado) Arriba Espa?a, un mo?o con tup¨¦ o frontal alto. Aquel peinado, pensado para aguantar durante d¨ªas con el pelo sucio, tambi¨¦n entend¨ªa de clases sociales: las mujeres pudientes se enrollaban un postizo en el mo?o y las humildes, un rulo de algod¨®n.
El pelo-colmena rein¨® durante una larga d¨¦cada como estilo mainstream y despu¨¦s qued¨® relegado a las grandes ocasiones (Pen¨¦lope Cruz suele hac¨¦rselo para alfombras rojas y Adele era adicta hasta que se solt¨® el pelo recientemente) o se prest¨® para el revival ir¨®nico, tipo B-52s. Su ¨²ltima gran valedora, con permiso de Lana del Rey y de Michelle Mae del grupo punk The Make-up, fue por supuesto Amy Winehouse. La cantante hizo de su beehive una parte integral de su imagen y, seg¨²n se cuenta en el documental Amy, ten¨ªa una relaci¨®n peculiar con su pelo: cu¨¢nto peor estaba, m¨¢s alto se hac¨ªa el mo?o. En la c¨²spide de su fama, cuando la prensa se nutr¨ªa a diario de sus esc¨¢ndalos, se public¨® m¨¢s de una vez que Winehouse usaba el beehive para esconder drogas y tenerlas a mano en el escenario, un uso que Margaret Vinci Held probablemente nunca predijo. El sombrero que inspir¨® su creaci¨®n y el primer maniqu¨ª con el que practic¨® se conservan ahora en el Museo de Historia de Chicago, donde se la recuerda como la mujer que card¨® el pelo a los sesenta.