?Por qu¨¦ la operaci¨®n de pecho es la m¨¢s demandada entre las espa?olas?
Mejorar la autoestima, poder vestir a la moda, corregir cuestiones de salud, los buenos profesionales, pero tambi¨¦n el auge del bistur¨ª ¡®low cost¡¯ explican el fen¨®meno.
Hasta hace poco menos de una d¨¦cada, la liposucci¨®n era la reina de los quir¨®fanos en cuanto a cirug¨ªas est¨¦ticas se refiere. En 2013 (¨²ltimo a?o del que hay estad¨ªsticas a nivel nacional) la cirug¨ªa de aumento de mamas protagonizaba uno de los mayores sorpassos de la especialidad: el 24,8% de las operaciones (16.111) eran de aumento de mamas frente al 18,1% de liposucciones (11.803). Si se suman las intervenciones de reducci¨®n, elevaci¨®n o correcci¨®n del busto nos encontramos con que la cirug¨ªa de la mama femenina supone un 38,9% de todas las operaciones. As¨ª lo revela el informe ...
Hasta hace poco menos de una d¨¦cada, la liposucci¨®n era la reina de los quir¨®fanos en cuanto a cirug¨ªas est¨¦ticas se refiere. En 2013 (¨²ltimo a?o del que hay estad¨ªsticas a nivel nacional) la cirug¨ªa de aumento de mamas protagonizaba uno de los mayores sorpassos de la especialidad: el 24,8% de las operaciones (16.111) eran de aumento de mamas frente al 18,1% de liposucciones (11.803). Si se suman las intervenciones de reducci¨®n, elevaci¨®n o correcci¨®n del busto nos encontramos con que la cirug¨ªa de la mama femenina supone un 38,9% de todas las operaciones. As¨ª lo revela el informe La realidad de la cirug¨ªa est¨¦tica en Espa?a 2014, realizado por la Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa Pl¨¢stica, Reparadora y Est¨¦tica (SECPRE), la asociaci¨®n que agrupa a la mayor¨ªa de los profesionales de esta especialidad.
La banalizaci¨®n televisiva de esta cirug¨ªa, con famosas embols¨¢ndose cifras astron¨®micas por acudir a un plat¨® a contar los pormenores de sus nuevos implantes, lleva a pensar err¨®neamente que se trata de un boom, de una moda absurda. Que todas las que se retocan el pecho lo hacen por absurda vanidad. Los profesionales del bistur¨ª matizan. ¡°A veces se presenta a la mujer que se somete a una cirug¨ªa mamaria como una caprichosa. O que lo hace porque est¨¢ de moda, que no eres nadie si no te operas. Existen, pero son una minor¨ªa. Hablamos de entrar en quir¨®fano, de asumir un riesgo, por peque?o que sea, y bregar con el miedo al bistur¨ª y la incomodidad del postoperatorio. No podemos frivolizar con esto solo porque se trate de la mujer. Tener un pecho escaso genera problemas de autoconfianza para algunas mujeres. En el polo opuesto, est¨¢n quienes se hacen una reducci¨®n porque tanto volumen les ocasiona dolor de espalda. No por el peso, sino porque para disimularlo tienden a caminar encorvadas y eso acaba causando problemas cervicales. O las que buscan corregir malformaciones cong¨¦nitas como unas mamas tuberosas, el s¨ªndrome de Poland o una importante asimetr¨ªa. No siempre que se opera es para poner m¨¢s volumen¡±, explica el doctor Antonio de la Fuente, director del Departamento de Cirug¨ªa Pl¨¢stica de Hospital Nuestra Se?ora del Rosario.
¡°Ya sea para aumentar, reducir o modificar su forma, la mujer que se opera el pecho lo hace porque se siente a disgusto con una anatom¨ªa que ve como defectuosa, inacabada o imperfecta. Desea sentirse m¨¢s segura, m¨¢s feliz con su cuerpo. Recuerdo a una paciente muy plana que hab¨ªa ideado un sistema de sujetador con tres copas, una encima de la otra, para lograr la apariencia de un pecho natural con algo de volumen. Otras confiesan que no quieren ir a la playa o ponerse en biquini porque les acompleja su pecho, bien por escaso o por muy voluptuoso. O que se niegan a cambiarse en el gimnasio porque tienen mamas asim¨¦tricas, de distinto tama?o o con unas areolas demasiado grandes. Y no hay que olvidar que vivimos en un entorno mediterr¨¢neo donde se da mucha importancia al f¨ªsico. M¨¢s aun, con todos esos meses de buen tiempo en los que se lleva ropa m¨¢s ligera. ?Es banal? En absoluto. No es muy diferente de quien se opera para corregir un estrabismo, una nariz con caballete o se arregla un api?amiento dental. O del var¨®n con alopecia que se somete a un trasplante capilar. Hay calvos que viven felices sin su pelo. A otros, les atormenta. Si hay posibilidad de cambiarlo, ?por qu¨¦ no hacerlo?¡±.
Cada sociedad impone unos c¨¢nones est¨¦ticos. Pero si hay algo que se repite desde que el mundo es mundo es el enaltecimiento de las formas femeninas asociadas a la maternidad. ¡°El pecho siempre ha sido la parte m¨¢s importante de la feminidad por ese componente maternal de la alimentaci¨®n de los hijos. Tambi¨¦n posee un innegable componente llam¨¦moslo er¨®tico o sexual¡±, destaca el doctor Julio Mill¨¢n, director del Instituto de Cirug¨ªa Est¨¦tica y Pl¨¢stica que lleva su nombre en la Cl¨ªnica Ruber de Madrid. ¡°La moda tambi¨¦n tiene mucho que ver en este auge. Se ha normalizado un estilo de vestir m¨¢s ce?ido, con m¨¢s escote o con formas marcadas para todas las edades. La mujer que no responde a esas medidas se encuentra con que la ropa ¡®no le queda bien¡¯. A muchas les da igual. A otras les hace sentir inseguras o les frustra no poder lucir cierto tipo de vestidos o de escotes. Buscan ese poquito m¨¢s que har¨¢ que un escote les quede perfecto, que la camisa no se mueva o que el biquini no muestre un cuerpo ani?ado¡±.
?Existe presi¨®n social por lograr esa perfecci¨®n est¨¦tica impuesta? ¡°No podemos negar que vivimos en una sociedad donde la est¨¦tica juega un papel muy importante. Siempre digo que antes los visitadores m¨¦dicos eran se?ores con bigote y ahora son se?oras estupendas. La belleza vende. Pero tambi¨¦n sucede en otras profesiones, tanto con hombres como con mujeres¡±. Desde presentadores de televisi¨®n, como Pablo Motos o Roberto Leal que no dudan en mostrar sus abdominales bien cincelados, a los futbolistas que se cortan el pelo justo antes de un partido para aparecer perfectos en las fotos o pol¨ªticos que se ponen b¨®tox para quitarse arrugas, la imagen capitaliza tambi¨¦n la vida cotidiana de los hombres. ¡°El talento cuenta mucho, pero la imagen, tambi¨¦n. A todos nos gusta gustar. De j¨®venes las mujeres se operan el pecho porque quieren competir, destacar, estar m¨¢s bellas con arreglo a los c¨¢nones est¨¦ticos del momento. Cuando son mayores, porque un pecho ca¨ªdo evoca vejez y es l¨ªcito querer cambiarlo, tanto como te?irse las canas o ponerse antiarrugas. Pero no quiere decir que lo hagan presionadas por nadie, ni por el novio, ni por el marido ni por la amiga. Lo hacen porque se sienten m¨¢s reconfortadas con esa silueta¡±. De hecho, los hombres tambi¨¦n se retocan el pecho: el 1,6% de todas las intervenciones de cirug¨ªa est¨¦tica corresponde a ginecomastias (la operaci¨®n a varones para quitarles las ¡®tetillas¡¯ demasiado prominentes, algo que afecta casi al 60% de los hombres pasados los 50 a?os y de la que no se salvan ni Sean Connery ni Harrison Ford).
Al var¨®n se le exigen pectorales duros, dignos de Thor, y sin tetillas. El ideal de belleza femenino tiene otras medidas. ¡°Se busca la talla 95, copa B. Por lo general, la mujer que se opera no se pone un busto exagerado. Como mucho, aumenta dos tallas hasta llegar a esa medida¡±, apunta el cirujano pl¨¢stico Rub¨¦n Fern¨¢ndez Garc¨ªa-Guilarte. Parad¨®jicamente, un movimiento surgido para reivindicar la libertad femenina ha derivado en un aumento de cirug¨ªas de pecho. ¡°El #freethenipple surgi¨® como un grito contra la doble moral norteamericana. Pero no todos los pezones son perfectos, enhiestos y alineados. Y esto ha generado un aumento de la mastopexia de reposici¨®n del pez¨®n, en el caso de estar descentrados. Tambi¨¦n hay intervenciones espec¨ªficas para problemas cong¨¦nitos, como los pezones invertidos o retra¨ªdos. Es un problema que sufre alrededor del 1% de las mujeres¡±.
Desde la Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa Pl¨¢stica, Reparadora y Est¨¦tica (SECPRE) se enorgullecen de que el nivel de los profesionales en Espa?a est¨¢ al nivel de Estados Unidos o Brasil, l¨ªderes en este tipo de cirug¨ªas. Un factor que tambi¨¦n incide a la hora de acercarse al quir¨®fano. La doctora Ainhoa Placer, su vocal para Comunicaci¨®n y Redes Sociales, reconoce que ¡°influye mucho en la decisi¨®n final de una mujer el ver a alguien, sobre todo de su c¨ªrculo m¨¢s cercano, que ha pasado una buena experiencia en el proceso y que ha obtenido un resultado bonito tras la cirug¨ªa mamaria¡±. ?Y los precios? ¡°La cirug¨ªa low cost tambi¨¦n redunda en este boom alcista. Pero es peligrosa: mientras los cirujanos pl¨¢sticos de este pa¨ªs s¨ª tienen una excelente cualificaci¨®n, nos encontramos con que en algunas cl¨ªnicas baratas las cirug¨ªas las acometen cirujanos generales sin la debida especializaci¨®n de cinco a?os como m¨¦dico interno residente en un hospital¡±, advierte el doctor Mill¨¢n. La SECPRE asume que actualmente solo hay 1.200 especialistas en Cirug¨ªa Pl¨¢stica, Est¨¦tica y Reparadora en Espa?a con la formaci¨®n acreditada. Y sacan pecho: sus miembros se encuentran entre los mejores n¨²meros en el examen MIR y las plazas de M¨¦dico Interno Residente correspondientes a esta especialidad son de las primeras en agotarse. Sin embargo, avisan: hay otros 9.000 cirujanos no especializados realizando operaciones de aumento porque es una t¨¦cnica relativamente sencilla y muy lucrativa. Cuando los resultados no son los esperados, la paciente acaba someti¨¦ndose a una nueva intervenci¨®n para reparar el desaguisado. ¡°En nuestra cl¨ªnica, el 23% de las cirug¨ªas de mama son secundarias, esto es, para reparar la mala praxis de anteriores intervenciones¡±, confiesa el doctor Mill¨¢n.