?Se ha convertido lo artificial en el nuevo canon?
?Si todo est¨¢ operado, llegar¨¢ un d¨ªa en el que no nos creamos que algo sea natural. Hace unos a?os era cosa del sector del espect¨¢culo, hoy es de todos?, afirma un experto.
Unos 700 kilos de pelo natural para extensiones importados solo en Australia en los ¨²ltimos cinco a?os; m¨¢s de mil millones de euros anuales ingresados en concepto de b¨®tox por Allergan (su fabricante); un 356% m¨¢s de tratamientos de medicina est¨¦tica en EE?UU desde 1997 y cerca de 20.000 liposucciones realizadas en Espa?a en 2011. Son datos de la Sociedad Internacional de Cirug¨ªa Pl¨¢stica de EE?UU, de la marca Allergan y de la Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa Pl¨¢stica, Reparadora y Est¨¦tica. ?Demuestran que el canon ha entrado en la consulta?, asegura Estrella de Diego, historiadora de arte y e...
Unos 700 kilos de pelo natural para extensiones importados solo en Australia en los ¨²ltimos cinco a?os; m¨¢s de mil millones de euros anuales ingresados en concepto de b¨®tox por Allergan (su fabricante); un 356% m¨¢s de tratamientos de medicina est¨¦tica en EE?UU desde 1997 y cerca de 20.000 liposucciones realizadas en Espa?a en 2011. Son datos de la Sociedad Internacional de Cirug¨ªa Pl¨¢stica de EE?UU, de la marca Allergan y de la Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa Pl¨¢stica, Reparadora y Est¨¦tica. ?Demuestran que el canon ha entrado en la consulta?, asegura Estrella de Diego, historiadora de arte y escritora. ?El mercado ha explotado el t¨¦rmino ¡°est¨¦tica¡±. Anta?o alud¨ªa a lo trascendente, a la relaci¨®n con los dem¨¢s y a la naturaleza. Hoy la belleza ya no es mutua, ha mutado. No se construye el paradigma entre la gente, sino frente a una pantalla?, a?ade Oscar Scopa, fil¨®sofo y experto en arte y belleza.
Suena a ciencia ficci¨®n. Una sociedad donde todos hayan esculpido su cuerpo a golpe de bistur¨ª o de jeringuilla. Pero la perspectiva no es tan lejana. ?Las nuevas generaciones aceptan el artificio. Photoshop est¨¢ asimilado; la medicina y la cirug¨ªa est¨¦tica tambi¨¦n. La distinci¨®n entre realidad y artificialidad est¨¢ desapareciendo, lo natural se difumina; ya no es un valor. Envejecer sin ayuda de la medicina no se lleva?, sentencia Javier Garc¨¦s, presidente de la Asociaci¨®n de Estudios Sociales y Psicol¨®gicos. Otros piensan como ¨¦l. ?Los ni?os crecen con im¨¢genes distorsionadas del envejecimiento¡ Lo peor es que estos avances m¨¦dicos han logrado que dudemos al conocer a alguien de 20 a?os: es dif¨ªcil saber si tiene 20 o 40 a?os. Todos se ¡°retocan¡± y todos terminan con un rostro artificial?, opina Alex Kuczynski, periodista y autora del ensayo Beauty Junkies. La medicina est¨¦tica y la cirug¨ªa pl¨¢stica han saturado la cultura. ?Un ejemplo es Eva al desnudo [1950], donde Bette Davis encarna a una estrella en decadencia; ten¨ªa 42 a?os, uno menos que Jennifer Aniston. Es impensable imaginar a la actriz de Friends en un papel como el de Davis. La sociedad espera que las mujeres no envejezcan tanto, de ah¨ª el abuso de sustancias de relleno?, explica Kuczynski. Y a?ade: ?La crisis no va a frenar el impulso de la vanidad. Las operaciones de cirug¨ªa han disminuido levemente, pero el l¨¢ser o el b¨®tox crecen?. ?A qu¨¦ se debe este nuevo paradigma? ?Y, sobre todo, c¨®mo nos afecta?
En menos de un siglo hemos cambiado de estilo de vida y de discurso. A finales del siglo XIX, las mujeres se negaban a usar labiales. No estaba bien visto. Seg¨²n la historiadora Lois Banner, las feministas y los progresistas defend¨ªan una belleza pura: para ser hermosa bastaba con tener ingenio, vivir bien, comer sano y pensar correctamente. La ciencia, el desarrollo de las tecnolog¨ªas, la aparici¨®n del marketing y de la publicidad, y el fomento del consumo les hizo cambiar de opini¨®n. El broche lo puso Vogue en 1930: la revista eligi¨® maquillarse los labios como uno de los gestos de la centuria. El ¡®boom¡¯ de la est¨¦tica fue una revoluci¨®n econ¨®mica: muchas mujeres accedieron al mercado laboral. Seg¨²n la revista Woman Beautiful, en 1890 hab¨ªa 9.000 peluqueras; 17 a?os despu¨¦s, eran 36.000. Otras ventajas: los salones de belleza lograron que las mujeres se respetaran m¨¢s, seg¨²n la escritora Elinor Glyn. Despu¨¦s de los labiales, les lleg¨® el turno a las operaciones. La Primera Guerra Mundial las populariz¨®. ?Los peri¨®dicos publicaban casi a diario noticias sobre reconstrucciones faciales. La sociedad se dio cuenta de que los milagros de la cirug¨ªa reparadora se pod¨ªan trasladar a la calle, de que serv¨ªan para embellecer. As¨ª naci¨® la cirug¨ªa est¨¦tica?, afirma Federico P¨¦rez de la Romana, cirujano del Instituto P¨¦rez de la Romana.
El colof¨®n lleg¨® en 1921. As¨ª lo ve, al menos, Elizabeth Haiken, autora de Venus Envy: A History of Cosmetic Surgery: ?Dos sucesos inconexos a primera vista coincidieron en el verano de 1921. Dos doctores quedaron en agosto para organizar una reuni¨®n, los asistentes de ese encuentro formaron la Asociaci¨®n de Cirug¨ªa Est¨¦tica. Al cabo de un mes, se celebr¨® el primer concurso de Miss America?. Es decir, la belleza se convirti¨® en fama, en recurso econ¨®mico. ?Al mercantilizarse, la belleza natural se degrad¨®?, remata Scopa.
Varios artistas han denunciado ese derrape. Quiz¨¢ la m¨¢s extrema haya sido Orlan, una obra de arte hecha mujer. La francesa convirti¨® su cuerpo en una ¡®performance¡¯: se someti¨® a nueve operaciones de cirug¨ªa pl¨¢stica en un quir¨®fano abierto al mundo entre 1990 y 1993: se puso la frente de Leonardo da Vinci, la barbilla de Botticelli, los ojos de Diana¡ ?Mi obra cuestiona las presiones religiosas, pol¨ªticas y sociales que se ejercen sobre la carne femenina?, afirmaba Orlan el pasado marzo en el Centro de Arte Contempor¨¢neo de Sevilla.
?Si todo est¨¢ operado, llegar¨¢ un d¨ªa en el que no nos creamos que algo sea natural. Hace unos a?os, era cosa del sector del espect¨¢culo, pero hoy no. Lo normal es entrar en la consulta?, opina Garc¨¦s. ?La dicotom¨ªa natural/artificial cada vez parece m¨¢s cuestionada en todos los ¨®rdenes: est¨¦tico, ¨¦tico, m¨¦dico, antropol¨®gico¡, porque los avances cient¨ªficos y tecnol¨®gicos est¨¢n desdibujando las fronteras?, insiste Jos¨¦ Luis S¨¢nchez Noriega, catedr¨¢tico del Departamento de Arte Contempor¨¢neo de la Universidad Complutense de Madrid.
Varios expertos trazan una l¨ªnea entre salud y est¨¦tica; entre las intervenciones destinadas a la imagen y las necesarias para la salud. S¨¢nchez Noriega ahonda en esta distinci¨®n: ?Las actuaciones sobre el cuerpo tienen sentidos dispares: por un lado, est¨¢n las t¨¦cnicas capaces de construir una utop¨ªa, la del cuerpo eterno. Por otro, los tatuajes, el bronceado, los piercings que buscan expresar la personalidad. En ambos casos existen riesgos, lo que deber¨ªa ser el l¨ªmite?.
Ese peligro siempre ha estado ah¨ª, es nuestro legado. ?La belleza nunca ha estado establecida a priori. Como toda experiencia humana, est¨¢ condicionada por factores subjetivos, culturales, sociales¡ No existe una belleza natural incontaminada. Se ha construido la belleza f¨ªsica con medios radicales, como las deformaciones craneanas en ni?os, los alargamientos del cuello o la reducci¨®n de pies, m¨¢s extremas que las actuales. La cirug¨ªa no busca crear nuevos c¨¢nones, sino adaptar al paciente al paradigma?, razona Gerardo Mosquera, comisario e historiador de arte.
Alex Kuczynski, la periodista, se enganch¨® a la medicina est¨¦tica. ?Ya no me pongo casi, solo un poco de b¨®tox alrededor de los ojos; paso bastantes horas fuera; si no lo hiciera, tendr¨ªa muchas patas de gallo. Pero nada de rellenos. El resultado es artificial. Acabo de entrevistar a Diane von Furstenberg, no se ha hecho nada, tiene 65 a?os y est¨¢ espl¨¦ndida. Aun as¨ª, su aspecto ¨Ccon arrugas, pero bien llevadas¨C es cada vez m¨¢s dif¨ªcil de ver. Es una rara avis?.