?Cada cu¨¢nto tiempo deber¨ªas llamar a tu madre?
La relaci¨®n con las madres a menudo cae en la vertiente de la infantilizaci¨®n o la del desapego. Ninguno de los dos polos es el acertado para construir una relaci¨®n sana.
El viejo dicho de que ¡°cada familia es un mundo¡± se materializa a la perfecci¨®n cuando pregunto a varios grupos de personas sobre cada cu¨¢nto tiempo suelen hablar con sus madres. Se pueden extraer algunas conclusiones fijas: muchas de las personas a las que pregunto me cuentan que suelen ser ellos quienes llaman porque sus madres, quiz¨¢s cansadas de los tonos de espera antes del buz¨®n de voz o de las conversaciones de menos de un minuto y con prisas, ¡°no quieren molestar¡±. Alfredo M., de 33 a?os, reconoce que con su padre charla entre dos o tres veces por semana y con su madre...
El viejo dicho de que ¡°cada familia es un mundo¡± se materializa a la perfecci¨®n cuando pregunto a varios grupos de personas sobre cada cu¨¢nto tiempo suelen hablar con sus madres. Se pueden extraer algunas conclusiones fijas: muchas de las personas a las que pregunto me cuentan que suelen ser ellos quienes llaman porque sus madres, quiz¨¢s cansadas de los tonos de espera antes del buz¨®n de voz o de las conversaciones de menos de un minuto y con prisas, ¡°no quieren molestar¡±. Alfredo M., de 33 a?os, reconoce que con su padre charla entre dos o tres veces por semana y con su madre solo una, pero las conversaciones suelen ser m¨¢s profundas: ¡°Mi padre se percata enseguida de si tengo mucho trabajo o estoy malo, pero mi madre percibe mejor otros detalles, como notarme bajo de ¨¢nimos¡±. Las nuevas tecnolog¨ªas han mejorado el contacto r¨¢pido: Laura S., de 28 a?os, suele hablar v¨ªa WhatsApp con su madre todos los d¨ªas, igual que Elena R., de 31 a?os. Ambas reconocen que estas son conversaciones rutinarias donde preguntan qu¨¦ tal y hablan de su d¨ªa a d¨ªa. Las dos suelen llamar por tel¨¦fono una vez por semana, en una llamada en la que dedican m¨¢s tiempo para ponerse al d¨ªa de todo lo acontecido y tambi¨¦n, como ambas reconocen, ¡°para rajar¡±.
Como en todo, calidad y cantidad no son equivalentes. Iv¨¢n G., de 44 a?os, charla con sus padres una vez a la semana durante bastante tiempo. ¡°A veces creo que deber¨ªa llamarles m¨¢s a menudo durante menos tiempo, porque termino poni¨¦ndome un poco nervioso: hablamos poco y mi madre tiende a enrollarse en temas circulares y, ¨²ltimamente, el tema predominante son sus dolencias¡±. Las personas que reconocen charlar todos los d¨ªas a menudo tienen a sus madres cerca ¨Cviven en la misma ciudad y se ven con mayor asiduidad¨C pero charlan de temas m¨¢s rutinarios u organizan cu¨¢ndo ser¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa en que se vean.
Los millennials tienen una mejor relaci¨®n con sus padres que las generaciones anteriores, seg¨²n un estudio de la Sociedad Gerontol¨®gica de Estados Unidos. Un 87% de ellos ven a sus padres como una buena influencia y un 77% admiten buscarles para pedir consejo o ayuda en su d¨ªa a d¨ªa. Este cambio tiene que ver con el momento hist¨®rico que les ha tocado vivir: cada vez se vuela del nido m¨¢s tarde y, por mucho que un millennial eche a volar, los contratos basura, la precariedad laboral o el excesivo precio de los alquileres, a menudo siguen fomentando una relaci¨®n dependiente con los progenitores. En ¨²ltima instancia, el proceso de maduraci¨®n e independencia de los j¨®venes llega m¨¢s tarde. Y este hecho genera conflicto entre las personas que ahora se sienten culpables por no llamar a sus madres lo suficiente o se preguntan si, quiz¨¢s, dependen de ellos demasiado. En palabras de la psicoterapeuta Lola S¨¢nchez Lebrato, del Centro de Integraci¨®n Psicosocial Aplicada a las Relaciones Humanas (CIPARH): ?Este conflicto viene de una historia laboral complicada que ha provocado que las personas no se puedan independizar tan pronto como quisieran y, probablemente, hayan tenido que bregar con los padres m¨¢s tiempo del que era necesario, as¨ª que la ruptura del cord¨®n umbilical ha sido tard¨ªa?.
?Cada cu¨¢nto deber¨ªas llamar a tu madre?
Frente a la duda no existe una receta milagrosa, pero s¨ª algunos consejos para tener un buen caldo de base: ?Con una madre hay que hablar cuando alguien siente las ganas y el deseo?, explica Lola S¨¢nchez Lebrato, ?la madre, cuando somos adultos, no es alguien a quien necesitemos, sino que es alguien de quien podemos disfrutar. Dicho esto, es preferible que hables con tu madre una vez al mes y te explayes a que hables tres minutitos diarios como si fuera la visita del m¨¦dico. Construir relaciones verdaderas es importante para ser adultos completos y con las madres es exactamente igual. As¨ª que lo ideal ser¨ªa relacionarse con una madre de verdad, no por obligaci¨®n?.
Ver a las madres como personas completas y no solamente en su faceta maternal es un trabajo que deben hacer los hijos para no generar relaciones de dependencia o de total desapego. Como explica la psicoterapeuta, dos errores comunes por parte de los hijos son, por un lado, el de infantilizarse y, en el lado opuesto, el de ponerse por encima: ?Muchos adultos caen en alguno de los dos polos: o bien el ¡®mam¨¢, soy adulto, ya no te necesito, d¨¦jame en paz¡¯ o el de usarla como madre todav¨ªa. Esto ¨²ltimo es muy ego¨ªsta, puesto que hacemos uso de la madre a medida: cuando nos sentimos solos, tenemos problemas en la pareja o nos peleamos con amigos, recurrimos a ella. Tambi¨¦n se da mucho el fen¨®meno de la madre tupper: hijos que solo llaman a su madre cuando no les queda nada en el congelador.?Todo ese tipo de asuntos hace que fomentemos una relaci¨®n donde no vemos a la madre como una persona entera: solo la usamos para llorarle y cuando estamos bien nos olvidamos. No es justo para ellas?.
Las relaciones son cosa de dos
Tampoco ser¨ªa justo cargar a los hijos con toda la responsabilidad de la comunicaci¨®n entre dos personas. A menudo una madre puede sentirse sola y reclamar a su hijo porque cree que est¨¢ en su derecho. O puede suceder que una madre sea demasiado absorbente porque ha pensado que su hija siempre va a estar en su vida de la misma manera y la hija siente la necesidad de mostrarse disponible porque es lo que ha aprendido: ?Lo que hay que tener claro es que a nuestra madre le debemos siempre el hecho de habernos dado la vida, pero no le debemos nada m¨¢s. Uno no est¨¢ obligado a cuidarla ni a tenerla en cuenta. Otra cosa es que a uno le nazca?, recalca la psicoterapeuta, ?el problema es que en nuestra cultura muchas hijas se ten¨ªan con la convicci¨®n de que cuidar¨ªan de sus padres y eso pesa ancestralmente. Por eso muchas madres se sienten con derecho a reclamar de sus hijas constantemente?. Sin embargo, la psicoterapeuta recuerda: ?Un v¨ªnculo sano es cuando una madre no reclama al hijo, sino que le deja volar. Y el hijo a su vez vuela, y tiene la confianza de poder hacerlo frente a una madre?.
Cuesti¨®n de l¨ªmites
Muchas de las personas interrogadas tienen su forma de poner l¨ªmites a llamadas interminables: ¡°Mi madre se enrolla much¨ªsimo, as¨ª que suelo llamarla de camino al metro para tener una excusa para cortar¡±, me cuenta Miguel S., de 26 a?os. Otras personas han puesto sus l¨ªmites de manera m¨¢s clara: ¡°Hace tiempo le ped¨ª a mi madre que me mandase un WhatsApp antes de llamarme, porque muchas veces me llamaba con la excusa de decirme algo r¨¢pido y empezaba con algo pr¨¢ctico ¨Cun recado¨C pero luego quer¨ªa charlar, y yo ten¨ªa cosas que hacer o hab¨ªa interrumpido algo por esa llamada que iba a ser un minuto. No siempre me pillaba en un buen momento, y cuando suced¨ªa, me sent¨ªa culpable por haber tenido que colgar¡±, cuenta Ana P., de 30 a?os.
?Como adultos tenemos que aprender a decirle a la madre ¡®no, mam¨¢'?, explica Lola S¨¢nchez Lebrato, ?decirles claramente: ¡®no te puedo llamar cada d¨ªa y hablar contigo una hora porque, sinceramente, no me da la vida¡¯. Hay que invertir en una relaci¨®n real y, aunque la conversaci¨®n pueda costar al principio, es un paso en una buena relaci¨®n. Porque al final, como adultos, deber¨ªamos llamar a nuestra madre cuando nos saliera, y nuestra madre hacer lo mismo con nosotros?.?