?He mentido diciendo que estaba haciendo ejercicio para no conectarme?: el estr¨¦s de las videollamadas
Cada vez son m¨¢s los expertos que alertan sobre un aumento de los episodios de angustia y agotamiento provocados a ra¨ªz del auge y proliferaci¨®n de las reuniones virtuales durante la cuarentena.
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Antes de que anochezca, Sof¨ªa Madrigal, profesora de secundaria de 29 a?os, ya acumula m¨¢s de siete horas de videollamadas en una sola jornada. Tres con sus alumnos, dos con los compa?eros del posgrado que cursa, una m¨¢s hablando con su hermana y otra con su grupo de amigos. ...
Desc¨¢rgate?aqu¨ª el PDF?completo del nuevo n¨²mero de?S Moda.
Antes de que anochezca, Sof¨ªa Madrigal, profesora de secundaria de 29 a?os, ya acumula m¨¢s de siete horas de videollamadas en una sola jornada. Tres con sus alumnos, dos con los compa?eros del posgrado que cursa, una m¨¢s hablando con su hermana y otra con su grupo de amigos. ¡°Ahora vivo y me organizo los d¨ªas seg¨²n las videollamadas pendientes, intentando hacer las tareas en los ratos libres que tengo entre una y otra¡±, confiesa la joven a S Moda. Tiene la agenda tan llena que ha decidido quitarse la hora de conexi¨®n de su perfil de WhatsApp para que nadie sepa si est¨¢ o no disponible. Lo hace, sobre todo, para evitar conflictos, tras haber tenido que mentir a su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo, alegando que estaba haciendo ejercicio, con tal de poder descansar. No est¨¢ sola. Su mejor amiga, que celebraba hace unos d¨ªas su cumplea?os, le pidi¨® posponer la llamada de felicitaci¨®n al no dar abasto para atender tantas peticiones. Madrigal tiene la sensaci¨®n de no poder rechazar las quedadas porque, al estar confinada, se ha quedado sin ¡®excusas¡¯. ¡°Hay d¨ªas que enlazo una con otra porque¡ ?c¨®mo voy a decir que no? No quiero parecer borde rechaz¨¢ndolas y no queda cre¨ªble que, con todo el tiempo que tenemos ahora, vaya a estar siempre ocupada¡±, a?ade.
Skype, Zoom, Houseparty, Whatsapp, Facebook Messenger, Facetime, Hangouts¡ La mayor¨ªa de las m¨¢s de 2.500 millones de personas confinadas alrededor del mundo han usado alguna o varias de estas aplicaciones en las ¨²ltimas semanas. Unas plataformas convertidas en herramientas fundamentales a la hora de paliar el hast¨ªo y soledad producida por la cuarentena forzada por la crisis del coronavirus. Su utilidad es evidente, pero con el paso de las semanas su implantaci¨®n y popularidad est¨¢ provocando efectos secundarios en aquellos que se sienten abrumados por el n¨²mero y la duraci¨®n de estos encuentros digitales. El trasvase social a la webcam ha sido tan s¨²bito como integral: reuniones de trabajo, cumplea?os familiares, cervezas con amigos, citas de peli compartida o noches de fiesta desenfrenada. Hasta nuestras relaciones ¨ªntimas, con gobiernos como el argentino recomendando practicar sexo virtual durante la cuarentena obligatoria. La situaci¨®n ha alcanzado tal grado de cotidianeidad que algunas marcas ya publicitan en televisi¨®n sus productos (pizzas congeladas, por ejemplo) recreando este tipo de escenas. Pero que las videoconferencias sean ya un pilar de esta ¡®nueva normalidad¡¯, no significa que todos abracen y disfruten del cambio.
¡°Estamos viviendo un momento importante de estr¨¦s digital¡±, explica a S Moda Silvia Garc¨ªa Graullera, psic¨®loga cl¨ªnica del centro Psicia. ¡°La sensaci¨®n que nos hemos creado de tener que dar una respuesta inmediata est¨¢ generando bastantes problemas de ansiedad por el hecho de no poder ¡®desconectar¡¯, tanto a nivel psicol¨®gico como f¨ªsico¡±. A Madrigal, el gran n¨²mero de citas virtuales que requer¨ªan de su presencia ineludible le han provocado episodios de ansiedad, un trastorno que ha sufrido en el pasado. ¡°El simple hecho de saber que a una hora concreta hab¨ªamos quedado en conectarnos ya me hac¨ªa sentir ansiedad anticipatoria, incluso sin estar conectada. Tambi¨¦n el hecho de querer colgar, porque ya no estamos hablando de nada interesante o por simple cansancio, pero no saber c¨®mo hacerlo por no querer parecer antip¨¢tica. No consigo tener tiempo para dedic¨¢rmelo a m¨ª misma¡±, sostiene.
Su caso cuenta con cada vez m¨¢s r¨¦plicas alrededor del mundo y los expertos se afanan en alertar a la sociedad sobre los efectos colaterales del uso indiscriminado de este tipo de herramientas. ¡°Estoy teniendo muchas consultas relacionadas con la ansiedad que produce el no saber desconectar¡±, ratifica a esta revista la psic¨®loga Garc¨ªa Graullera, que explica c¨®mo la suma del cansancio tecnocerebral por estar tantas horas delante de una pantalla y la falta de tiempo libre est¨¢n provocando la aparici¨®n de s¨ªntomas como irritabilidad, dolores de cabeza o insomnio.
La profesora de la Universidad de Northern Illinois, Suzanne Degges-White, ha acu?ado en Psychology Today la expresi¨®n ¡®Zoom anxiety¡¯, en referencia a la ansiedad que puede provocar el uso abusivo de este tipo de plataformas. Degges-White sostiene que uno de los h¨¢ndicaps de estas videollamadas son las carencias comunicativas que presentan, teniendo en cuenta que el lenguaje corporal representa hasta el 85% del mensaje que enviamos a nuestro interlocutor: ¡°Tenemos m¨¢s dificultades a la hora de conversar o seguir la pista de lo que se est¨¢ diciendo porque perdemos una cantidad significativa de comunicaci¨®n no verbal que aporta contexto y profundidad a la hablada¡±.
The Washington Post pone el foco en otra de las variables que m¨¢s influyen a la hora de generarnos angustia y desaz¨®n: nuestra propia imagen. Ellen Hendriksen, psic¨®loga cl¨ªnica, aduce en el diario que en los episodios de ansiedad social tendemos a poner el foco en nosotros mismos, cuestionando y monitorizando cada cosa que decimos o hacemos. ¡°Las videollamadas, en las que nos vemos obligados a mirarnos a nosotros mismos, imita ese enfoque interior. En una conversaci¨®n a tiempo a real no tenemos disponible esa visi¨®n¡±.
Madrigal se ve reflejada en el diagn¨®stico: ¡°El v¨ªdeo me estresa mucho m¨¢s que una llamada telef¨®nica, no me llego a sentir natural del todo. Me siento observada todo el tiempo, no s¨¦ qu¨¦ cara poner ni a d¨®nde mirar. Por no hablar de todas las veces que se entrecorta y no nos entendemos o las veces que hay que colgar y volver a llamar porque la conexi¨®n falla¡±. Para Garc¨ªa Graullera, es imprescindible aprender a ¡®protegerse¡¯ del bombardeo continuo al que estamos sometidos. ¡°Es bueno fijarse unos horarios de desconexi¨®n, para dedicar ese tiempo a otras actividades personales, no digitales. Tambi¨¦n hay que entender que el hecho de estar en casa y conectados no significa que tengamos que estar disponibles al 100%. Esta protecci¨®n la tendremos que gestionar para no generarnos m¨¢s estr¨¦s del que ya tenemos, ni sentimientos de culpa, ni presiones irracionales¡±, corrobora.
Antes de concluir la charla con S Moda, preguntamos a Sof¨ªa Madrigal si en lo que queda de noche tiene alguna conferencia pendiente. ¡°Ninguna, afortunadamente¡± concluye, no sin antes se?alar otra problem¨¢tica de nuevo cu?o: ¡°Lo que me toca ahora es grabarme en v¨ªdeo para un cumplea?os. Como no se pueden celebrar en persona, todo el mundo quiere hacer algo especial y te piden cosas concretas: cantar, decir unas palabras de cari?o, hacer algo divertido, buscar fotos antiguas¡ Durante la cuarentena llevo ya cinco v¨ªdeos de este estilo, por no hablar de los que tengo que hacer para mis clases¡±, concluye. Su jornada virtual todav¨ªa est¨¢ lejos de acabar.