La maldici¨®n de los Khaleesi: c¨®mo un buen amigo se convierte en un d¨¦spota
Hasta hace nada era una bell¨ªsima persona, pero ahora disfruta haci¨¦ndotelo pasar mal. Los psic¨®logos advierten: puede haber maltrato psicol¨®gico en una amistad.
Es una tragedia cotidiana bastante frecuente: tienes un amigo o amiga del alma. De esos que son amigos para siempre, y contigo, al fin del mundo. Un buen d¨ªa se va de vacaciones, entra en la universidad o cambia de trabajo y, de la noche a la ma?ana, se vuelve un d¨¦spota contigo. Es capaz de mofarse de tu manera de vestir, de lo que comes o de los sitios por los que mueves. Incluso puede que participe en bromas?pesadas...
Es una tragedia cotidiana bastante frecuente: tienes un amigo o amiga del alma. De esos que son amigos para siempre, y contigo, al fin del mundo. Un buen d¨ªa se va de vacaciones, entra en la universidad o cambia de trabajo y, de la noche a la ma?ana, se vuelve un d¨¦spota contigo. Es capaz de mofarse de tu manera de vestir, de lo que comes o de los sitios por los que mueves. Incluso puede que participe en bromas?pesadas o en acciones contra ti o los tuyos.
Mientras intentas esquivar los ataques te planteas c¨®mo es posible que alguien cambie en tan poco tiempo. ¡°Lo primero que habr¨ªa que definir es qu¨¦ es ser un ¡®buen amigo¡¯. Ante un cambio tan dr¨¢stico conviene revisar su comportamiento en el pasado, porque seguro que veremos algunas banderas rojas previas que quiz¨¢ hemos ignorado¡±, se?ala Pilar Guerra Escudero, psic¨®loga cl¨ªnica. ¡°Tal vez haya cosas que no te han gustado, pero, en vez de? hacer caso a la intuici¨®n, las has llevado al raciocinio para justificarlas. No se cambia de la noche a la ma?ana, somos nosotros que nos hemos auto enga?ado¡±.
Reconducir o dar por perdida la amistad
Todav¨ªa te acuerdas de cuando os intercambiabais las sudaderas o aquellas meriendas compartiendo una palmera de chocolate porque no ten¨ªais dinero para m¨¢s. Ahora tiene una n¨®mina generosa y se burla de quienes como t¨², no encuentran trabajo. O mantiene actitudes hostiles contra las minor¨ªas, record¨¢ndote con asco que tu hermano es una desgracia por ser gay. Llegas a plantearte que lo mismo Jon Nieve hizo bien retirando de la circulaci¨®n a Khaleesi cuando se le va la cabeza y borra del mapa Desembarco del Rey.
Para Guerra Escudero? las reacciones normales ante ese cambio a peor se plasman en una escala de grises. ¡°Apu?alar como Jon Nieve, por m¨¢s ganas que nos puedan surgir, es una conducta que conecta con la rabia y la venganza. Y es m¨¢s propio de un psic¨®pata. La reacci¨®n m¨¢s normalizada es la que emana de la perplejidad y el bloqueo, aunque se puedan tener pensamientos vengativos?, se?ala.
En cuanto a reconducir la relaci¨®n, habr¨ªa que si esa persona te ha tenido enga?ada desde el principio y ya era un bicho desde mucho antes. Porque no se pasa de un d¨ªa para otro de ser una bell¨ªsima persona a la frialdad afectiva y la nula conciencia del mal. En ese caso, lo mejor es darla por perdida para no salir da?ada. ?Desde mi punto de vista, lo mejor es la extinci¨®n, la retirada total de atenci¨®n, el contacto cero o m¨ªnimo. Ir retir¨¢ndonos, utilizando t¨¦cnicas como la llamada piedra gris: tener una relaci¨®n con ausencia total de emociones¡±.
Peligro: maltrato emocional
Olvidar a un amigo es dif¨ªcil. Crees que si te esfuerzas por agradar, acabar¨¢s reconquist¨¢ndole. Que lo mismo es que t¨² no te sabes adaptar, que eres una mojigata o que no sabes estar a la altura. Puede que incluso justifiques sus desdenes o sus crueldades. ¡°Cuando una persona empieza a criticar, a dejar de lado, a buscar nuevas amistades, no da al amigo el valor que corresponde. A esto se le llama maltrato. Puede que alterne d¨ªas de tratarte bien y mal, en un refuerzo intermitente muy peligroso. Si no eres consciente de ello, la relaci¨®n puede desembocar en adicci¨®n emocional. Justificas el maltrato, al haber habido alguna conducta positiva, y sigues ofreciendo tu amistad, a la espera de una nueva conducta positiva?.
Esta psic¨®loga alerta de que, al igual que en las relaciones de pareja, con los amigos puede haber una relaci¨®n de dependencia que abre las puertas a que uno abuse emocionalmente del otro. Si tu ya ex amigo se ha pasado al lado oscuro, lo mejor es cerrar la puerta y marcharte. ?Es un error empe?arse en tolerar o justificar sus gestos desp¨®ticos porque pierdes el amor propio en pro del amor hacia esa persona. En estas situaciones, recuperar la amistad ya es dif¨ªcil. M¨¢s a¨²n, es un sitio donde se debe permanecer¡±.
Pero, ?no se da cuenta de su maldad?
Si le das un pisot¨®n a alguien en el metro te das cuenta. Si haces un chiste y alguien se ofende, te das cuenta. Por eso una de las cosas que te trae por la calle de la amargura es c¨®mo esa persona que antes era un amor disfruta haci¨¦ndote rabiar. Puede ser en tus propias carnes (con insultos o desprecios) o atacando tus valores o a aquellos a los que quieres (por ejemplo, mofarse de tu hermano autista o con obesidad). Quieres creer que en el fondo, se da cuenta de su maldad y que volver¨¢ atr¨¢s. ¡°Pues depende. Si esa perversi¨®n es consecuencia puntual de un estado de ¨¢nimo que le lleva a tener unos afectos negativos, s¨ª puede ser consciente e incluso puede pedir disculpas y reparar la relaci¨®n¡±, apunta la psic¨®loga Guerra Escudero.
En otras ocasiones, esa maldad viene a ser su gasolina emocional. ¡°Cuando esta perversi¨®n es un rasgo de la personalidad, estamos hablando de un trastorno afectivo, que puede englobar el trastorno narcisista de la personalidad, el trastorno de la personalidad psicop¨¢tica, o el trastorno de personalidad antisocial. A estas personas les falta oxitocina. Tienen una carencia ps¨ªquica que les lleva a comportamientos de ausencia total de empat¨ªa y de frialdad afectiva. Son conscientes de su actitud, pero las consecuencias y el refuerzo que adquieren con el sufrimiento del otro son tan grandes, que lo necesitan como suministro¡±.
Cuidado: es adicto a hacerte sufrir
Cuando Khaleesi se monta en el drag¨®n para castigar a Cersei, y, de paso, se lleva por delante a todos sus s¨²bditos, ?sufre aunque no lo exteriorice o va tan a tope de adrenalina que ni se daba cuenta de la escabechina? ¡°Lo segundo. En esos momentos la adrenalina es tan fuerte que es como una droga. Somos adictos emocionales cuando dependemos de la droga del maltrato, pero tambi¨¦n cuando necesitamos el dolor del otro como suministro para nuestro propio goce¡±, explica la psic¨®loga Guerra Escudero.
Para Laura Palomares, directora de Avance Psic¨®logos la cosa se complica si en la nueva vida de esa persona hay una situaci¨®n de poder. Ya sea tener tropas y un drag¨®n con malas pulgas, ser jefe de proyecto, futbolista de un equipo de primera, l¨ªder de un grupo o, simplemente, ser rico y con casopl¨®n. ¡°El poder puede llegar a desequilibrar mucho cuando uno no est¨¢ preparado para asumirlo. Se llega a perder la empat¨ªa con los dem¨¢s por mantener un poder. Llegado el momento algunas personas adictas a esa posici¨®n predominante pueden llegar a sacrificar lo que m¨¢s quieren con tal de mantenerlo¡±.