Paleodieta: comer como el hombre de las cavernas
Algunos nutricionistas recomiendan volver a los or¨ªgenes del hombre y comer como en el Paleol¨ªtico.
Los hombres del Paleol¨ªtico no com¨ªan nuggets de pollo, macarrones gratinados o leche en brick y, sin embargo, viv¨ªan muy sanos. Pocos a?os s¨ª, pero eso depend¨ªa no solo de la alimentaci¨®n, sino tambi¨¦n del entorno. La paleodieta propone recuperar esos h¨¢bitos alimenticios de los hombres que habitaban el planeta antes de la era agr¨ªcola.
Habr¨¢ quien piense que recolectar ra¨ªces y frutos silvestres o descarnar bisontes previamente cazados para prepararlos asados al aire libre no parecen tareas f¨¢ciles de ejecutar para el hombre moderno. En realidad, ...
Los hombres del Paleol¨ªtico no com¨ªan nuggets de pollo, macarrones gratinados o leche en brick y, sin embargo, viv¨ªan muy sanos. Pocos a?os s¨ª, pero eso depend¨ªa no solo de la alimentaci¨®n, sino tambi¨¦n del entorno. La paleodieta propone recuperar esos h¨¢bitos alimenticios de los hombres que habitaban el planeta antes de la era agr¨ªcola.
Habr¨¢ quien piense que recolectar ra¨ªces y frutos silvestres o descarnar bisontes previamente cazados para prepararlos asados al aire libre no parecen tareas f¨¢ciles de ejecutar para el hombre moderno. En realidad, el planteamiento es m¨¢s sencillo. Hay nutrientes que llevan con el ser humano desde hace 76.000 generaciones, como son carne, pescado, huevos, frutos del bosque, verduras o frutos secos. Otros, llevan apenas 300 generaciones y son los alimentos procesados, az¨²cares refinados o aceites vegetales, ¡°y todos coinciden en que no son nutrientes de calidad¡±, explica a S Moda Carlos P¨¦rez, especialista en medicina natural y m¨¢ster en psiconeuroinmunolog¨ªa cl¨ªnica, autor del manual Paleodieta (Ediciones B).
El creador de la corriente paleodiet¨¦tica es el cient¨ªfico estadounidense Loren Cordain, quien sostiene que la dieta ¨®ptima es aquella para la que estamos preparados gen¨¦ticamente, y defiende la necesidad de recuperar la sensibilidad a unas necesidades vitales que se han perdido en la vida moderna: Hay que comer con hambre y beber con sed, hacer ejercicio y recuperar la l¨ªbido.
?Qu¨¦ comer entonces (y qu¨¦ no) para seguir una paleodieta? Carbohidratos, prote¨ªnas animales y grasas. Est¨¢n permitidas todas las verduras, frutas, frutos secos y algas comestibles. Entre seis y ocho veces por semana, pescado, a ser posible cuatro o cinco veces azul y el resto blanco. Marisco tambi¨¦n se puede, pero nada frito. L¨¢cteos, legumbres y cereales no son imprescindibles, aunque se pueden tomar de manera puntual. ¡°El cuerpo necesita hidratos de carbono, pero no de los refinados ni los de alta carga gluc¨¦mica, sino los que contienen frutas y verduras¡±, apunta P¨¦rez. Todo debe ser de alta calidad biol¨®gica, de granjas y cultivos responsables (por ejemplo, para saber si un huevo tiene calidad biol¨®gica, hay que fijarse que su numeraci¨®n empiece por 0). La pasta, el arroz, los cereales, el pan y el az¨²car son todos nutrientes nuevos desde un punto de vista evolutivo y considerados carbohidratos refinados. Hay que comer solo tres veces al d¨ªa y, por supuesto, no picar. Que en el Paleol¨ªtico no hab¨ªa barritas energ¨¦ticas bajas en calor¨ªas.
Sobre las bebidas, fundamentalmente agua, pero solo cuando se tenga sed. Eso de ir a cuestas con el botell¨ªn o dejarlo en la mesa de la oficina para ir dando sorbitos hasta completar los dos litros por obligaci¨®n no es nada paleol¨ªtico. ¡°Hay que beber de tal manera que, al final del d¨ªa, la ingesta de agua haya ganado por goleada al resto de l¨ªquidos que se hayan tomado¡±, dice P¨¦rez, quien sostiene que m¨¢s que una dieta se trata de cambiar h¨¢bitos y adoptar un nuevo estilo de (paleo) vida.
La leche tampoco est¨¢ bien vista una vez pasada la etapa del amamantamiento y, de hecho, el ser humano es el ¨²nico mam¨ªfero que contin¨²a bebi¨¦ndola una vez que pasa la ni?ez, con el planteamiento de que todo lo que aporta un vaso se puede encontrar entre esos alimentos que llevan con el ser humano desde hace 76.000 generaciones. ¡°Si los huesos se mantuvieron saludables durante dos millones de a?os, hay que plantearse que dif¨ªcilmente dependen de la leche para ello¡±, subraya Carlos P¨¦rez, quien a?ade por qu¨¦ es m¨¢s f¨¢cil adelgazar con una paleodieta. ¡°Si comes la misma cantidad de pl¨¢tano o pasta, por ejemplo 100 g, debido al contenido en agua tendr¨¢s menos hidratos de carbono en el pl¨¢tano que en la pasta, y de esa manera en 100 gramos de pl¨¢tano habr¨¢ 90 calor¨ªas frente a las 360 calor¨ªas en los 100 gramos de pasta. As¨ª, a igual cantidad de comida, habr¨¢ una diferencia cal¨®rica significativa¡±.
Sin embargo, este r¨¦gimen cavern¨ªcola tiene detractores. Para el doctor Albert Lecube, coordinador del grupo de obesidad de la Sociedad Espa?ola de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n, la l¨®gica de la paleodieta es ¡°de lo m¨¢s peregrino¡±, defiende una alimentaci¨®n variada y en las proporciones adecuadas y, aunque admite que la sociedad actual tiene sus peros, ¡°volver a 100.000 a?os atr¨¢s es una aberraci¨®n¡±.
Alfredo Mart¨ªnez, catedr¨¢tico de Nutrici¨®n Humana de la Universidad de Navarra, aboga por aplicar el sentido com¨²n. Los hombres que viv¨ªan entre 50.000 y 100.000 a?os atr¨¢s ten¨ªan una dieta basada en un 35% de grasas, 35% de hidratos y 30% de prote¨ªnas. Hace 35.000 a?os, el consumo de grasa era el 22% y el de hidratos y prote¨ªnas un 40% respectivamente. En la actualidad, la recomendaci¨®n pasa por ingerir un 50-60% de hidratos, 30-35% de grasas y 15-25% de prote¨ªnas. ¡°No es m¨¢s sano el modo en el que com¨ªan en el Paleol¨ªtico. Entre otras cosas porque com¨ªan lo que pod¨ªan, y depend¨ªan de si cazaban un mamut o encontraban bayas. La alimentaci¨®n era m¨¢s oportunista¡±. Sin embargo, reconoce que el problema del hombre actual radica en el sedentario y la falta de ejercicio.
Con respecto a la leche, el profesor Mart¨ªnez, primer espa?ol que va a presidir la Uni¨®n Internacional de Ciencias de la Nutrici¨®n, a?ade que ¡°no es esencial, pero s¨ª conveniente¡± porque, si bien el calcio puede encontrarse en otros alimentos como los frutos secos o las espinas de determinados pescados, ¡°es m¨¢s f¨¢cil beber dos o tres vasos de leche que comerse dos latas de sardinas al d¨ªa¡±.