?Por qu¨¦ es tan delicado hablar de la regla en el trabajo?
Algunas empresas empiezan a aprobar medidas para que sus trabajadoras se queden de baja por menstruaci¨®n. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si la regla dejase de ser un arma machista?
De la regla se habla poco y, cuando se habla, suele ser para hacer chanzas sobre los efectos que supuestamente tiene el controvertido S¨ªndrome Premenstrual (SPM) en el car¨¢cter de las mujeres. Decimos controvertido, porque no suelen cuestionarse los efectos f¨ªsicos que pueden tener lugar los d¨ªas previos y durante la regla (hinchaz¨®n, dolores, calambres, problemas de est¨®mago¡) y de hecho, estas dolencias han llevado a la empresa Coexist de Bristol a aprobar el ...
De la regla se habla poco y, cuando se habla, suele ser para hacer chanzas sobre los efectos que supuestamente tiene el controvertido S¨ªndrome Premenstrual (SPM) en el car¨¢cter de las mujeres. Decimos controvertido, porque no suelen cuestionarse los efectos f¨ªsicos que pueden tener lugar los d¨ªas previos y durante la regla (hinchaz¨®n, dolores, calambres, problemas de est¨®mago¡) y de hecho, estas dolencias han llevado a la empresa Coexist de Bristol a aprobar el derecho de baja por menstruaci¨®n para sus trabajadoras.
Sin embargo, el SPM ha generado r¨ªos de tinta en lo que a sus supuestos efectos ps¨ªquicos se refiere (tristeza, agresividad, problemas de sue?o y concentraci¨®n, irritabilidad¡). Efectos que se han asumido como ciertos, que un gran n¨²mero de mujeres admite padecer y que en otras culturas como las orientales se reconocen desde hace tiempo y no se distinguen de los f¨ªsicos.
En Jap¨®n la legislaci¨®n laboral atribuye d¨ªas libres a la menstruaci¨®n desde los a?os cincuenta; en Taiw¨¢n existen desde 2013 tres d¨ªas adicionales por la regla a la baja pagada; en Rusia, la medida se plante¨® recientemente en la Duma pero fue condenada por colectivos feministas; en Corea del Sur se aprob¨® en 2001 y en Indonesia las mujeres tienen derecho a dos d¨ªas al mes por los efectos generales (no se distingue entre f¨ªsicos o ps¨ªquicos) de la menstruaci¨®n.
Quiz¨¢ porque supondr¨ªa aceptar diferencias tan determinantes entre mujeres y hombres, en las ¨²ltimas d¨¦cadas la regla ha sido objeto de reflexi¨®n en, al menos, las tres direcciones que simplificamos a continuaci¨®n:
a) Se ha interpretado como una r¨¦mora machista aceptada socialmente y, en ese sentido, ha sido negado por distintas corrientes feministas.
b) Desde otras teor¨ªas se ha revelado como argumento para subvertir las normas culturales que tradicionalmente se les imponen a las mujeres (¡°estar¡± bajo los efectos de la menstruaci¨®n permitir¨ªa a la mujer comportarse de forma col¨¦rica o desganada, por ejemplo).
c) Se ha negado, o al menos cuestionado, gracias a avances cient¨ªficos que sugieren que sus s¨ªntomas del SPM podr¨ªan no estar relacionados con el ciclo menstrual femenino sino con la fluctuaci¨®n hormonal que pueden sufrir todos los seres humanos¡ Tambi¨¦n los varones.
A principios de los a?os 80, el SPM se admiti¨® como atenuante en un pol¨¦mico caso en el que una mujer, Christine English, de 27 a?os, se hab¨ªa declarado culpable de homicidio en Inglaterra y al final, qued¨® libre. Poco despu¨¦s, el abogado de Sandie Smith, una camarera estadounidense acusada de amenazar a un polic¨ªa con un cuchillo logr¨® rebajar la pena de su defendida asegurando que se deb¨ªa a una ¡°transformaci¨®n salvaje debida a un problema hormonal relacionado con la menstruaci¨®n¡±.
En un mundo que ya discrimina a la mujer sin necesidad de argumentos biol¨®gicos es una aberraci¨®n insinuar que todos los meses las mujeres sufrimos un desequilibrio emocional tan severo que puede llevarnos incluso a delinquir. Sin embargo, el mito de que la regla nos hace m¨¢s agresivas e inestables sigue vivo.
Hace unos meses, el candidato a la presidencia de Estados Unidos Doland Trump atac¨® a una periodista cuyas preguntas hab¨ªa encontrado demasiado incisivas sugiriendo que la profesional seguramente ¡°estaba ovulando¡±. Que Donald Trump se pase la correcci¨®n pol¨ªtica por el arco del triunfo no es noticia. Lo que s¨ª deber¨ªa serlo es la creencia de que las mujeres somos m¨¢s volubles que los hombres por causas estrictametne fisiol¨®gicas. Se trata de una l¨ªnea roja que se lleva cruzando nada menos que desde la ¨¦poca de Hip¨®crates, dado que se le atribuye al griego el descubrimiento de algunos de los s¨ªntomas que con los siglos, en particular desde el XIX, han ido construyendo el relato m¨¦dico, cultural y social del SPM.
Seg¨²n Womens Health el 85% de las mujeres padece al menos alguno de los siguientes s¨ªntomas durante los 15 y 7 d¨ªas previos a su ciclo: dificultad para concentrarse o recordar, tensi¨®n, irritabilidad, cambios de ¨¢nimo, periodos de llanto, acn¨¦, hinchaz¨®n, cansancio, problemas del sue?o, est¨®mago descompuesto, diarrea, dolor de cabeza o de espalda, cambios de apetito o antojos de comida y dolor de articulaciones o m¨²sculos. Y seg¨²n esta organizaci¨®n entre el 3% y el 8% de las mujeres menstruantes padecen una versi¨®n m¨¢s aguda, conocida como S¨ªndrome Premenstrual Disf¨®rico, que concentra y amplifica los efectos an¨ªmicos. Una vez que llega la regla, adem¨¢s de esto, se puede experimentar un intenso dolor muchas veces incompatible con el trabajo o con cualquier actividad.
?Y qu¨¦ hay de las hormonas masculinas?
Por el momento, no se han encontrado causas ni soluciones a un problema que puede durar hasta 15 d¨ªas todos los meses. Y quiz¨¢ no se han encontrado causas ni soluciones porque se est¨¢ intentando asociar a la regla y, por tanto, a lo exclusivamente femenino, algo que algunas voces cient¨ªficas ya est¨¢n comenzando a cuestionar sin necesidad de negar que los cambios hormonales nos afectan y mucho, pero sin tantas diferencias entre sexos como pens¨¢bamos.
Porque adem¨¢s, desde hace una d¨¦cada autores como el psiquiatra Jed Diamond hablan de cuadro depresivo todav¨ªa poco estudiado que se denomina S¨ªndrome de Irritabilidad Masculina, y que tiene los siguientes s¨ªntomas: hipersensibilidad, cansancio, frustraci¨®n, angustia y c¨®lera y parece estar motivado por una bajada en los niveles de testosterona que puede tener lugar ?hasta 6 veces al d¨ªa!
Es decir, s¨ªntomas emocionales muy similares a los del supuesto SPM se dan en varones y cuya explicaci¨®n tambi¨¦n ser¨ªa hormonal. ?Por qu¨¦, entonces, la influencia de los ciclos hormonales en los varones no es tan urgente de estudiar como lo ha sido la influencia de las hormonas en las mujeres que, desde el siglo XIX cargamos con el estigma de sufrir en exclusiva su azote?
?Qu¨¦ pasar¨ªa si una mujer sugiera que, casi siempre que dice algo, Donald Trump est¨¢ bajo los efectos del s¨ªndrome de irritabilidad masculina? ?Y si lo sugiriera de todos los hombres cada vez que uno estalla, se frustra o no responde a su expectativa?
Pues quiz¨¢ no pasar¨ªa nada. O quiz¨¢ se extender¨ªa la idea de que los s¨ªndromes hormonales afectan al comportamiento humano tanto de hombres como de mujeres. Y de una vez por todas la regla, en tanto que acontecimiento biol¨®gico real y a menudo doloroso, dejar¨ªa de ser un arma ideol¨®gica y podr¨ªamos afrontar sus efectos laborales y sociales con la normalidad con la que lo ha hecho Coexist.