Siete cosas que he aprendido (y recomiendo) en mi primer a?o trabajando desde casa
Sobre c¨®mo tratar de organizarse mejor tiempo y espacio y por qu¨¦ trabajar en pijama no es tan buena idea como parece.
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Teletrabajo y nomadismo digital quieren ser el futuro del mundo laboral. Poder trabajar desde cualquier lugar (con conexi¨®n a internet) al que decidamos llamar casa ahorrando tiempo, dinero y, en una hip¨®tesis id¨ªlica, ganando de verdad calidad de vida. Hace un a?o que decid¨ª intentarlo. Cambi¨¦ las dos horas diarias de ida y vuelta entre mi casa y la redacci¨®n por un escritorio y una silla en una casa compartida en otro pa¨ªs. Ya de vuelta y habiendo probado otras opciones como el cowork por el camino, abrazo de nuevo la idea de escribir desde mi propia casa, ahora s¨ª, con algunas ideas m¨¢s claras sobre c¨®mo hacerlo sin desesperar en el intento.
1.Empezar por un horario. La organizaci¨®n corre por tu cuenta y en esta cuesti¨®n m¨¢s vale ser aliado propio. Depender¨¢ del tipo de trabajo que se haga, pero lo ideal es delimitar una hora a la que empiezas y a la que terminas para no acabar pringando el d¨ªa entero con jornadas infinitas. La sensaci¨®n de estar todo el tiempo disponible o pensando que se podr¨ªa estar trabajando agota. Tener claro si rindes m¨¢s por la ma?ana, de tarde o eres de noches ayuda bastante (yo a¨²n no lo tengo claro) y lo ideal para organizarse el resto de la vida es mantener el mismo horario cada d¨ªa: desde el ocio a las citas con el m¨¦dico, tener clara cu¨¢l es tu disponibilidad.
Si en la oficina los descansos son m¨¢s espont¨¢neos porque paras a charlar con el de al lado, trabajando desde casa m¨¢s vale acotarlos. Aprovechar las paradas para hacer otras cosas tipo sacar a pasear al perro o bajar a hacer la compra elevan la organizaci¨®n a nivel experto. Algo que me sirvi¨® para empezar a concretar mi plan: cronometrar cu¨¢nto tardo?realmente en hacer cada cosa.
2.Pon¨¦rselo dif¨ªcil a tu yo procrastinador.?Lo que en mi caso se ha acabado traduciendo por desactivar las notificaciones de WhatsApp mientras trabajo. Este punto es complicado si se necesita estar disponible en internet, igual que el uso de otras redes sociales como Instagram o Facebook. Eso de que la voluntad es un m¨²sculo que se ejercita es una verdad como un templo y m¨¢s vale tenerla en forma, sobre todo si el trabajo es creativo -¡®que la inspiraci¨®n te pille trabajando¡¯, dice la manida frase de Picasso-. Saber en qu¨¦ tipo de cosas andas perdiendo el tiempo y ponerles soluci¨®n es clave.
3.Un espacio de trabajo bien definido.?Algo especialmente complicado en la era de las viviendas de 30 metros cuadrados a precios abusivos. Despu¨¦s de haber probado con un escritorio a apenas un metro de la cama, puedo decir que la frontera entre trabajar desde la silla o acabar haci¨¦ndolo sentada en la cama debajo de la manta es difusa y realmente compleja de gestionar. Cuanto m¨¢s separadas est¨¦n la zona de trabajo y la de descanso, mejor. Y si no te puedes permitir una habitaci¨®n en exclusiva para dedicar a esta tarea, un truco aprendido del teatro de Peter Brook: colocar una alfombra bajo el escritorio para delimitar el espacio. Algo as¨ª como decirle a tu cerebro: aqu¨ª es donde se viene a trabajar.
4.Sillas de escritorio, la inversi¨®n que no apetece pero que necesitas. Si algo me ha quedado claro es que m¨¢s vale prevenir males futuros pagando una buena silla. Pero poco se habla de la terrible relaci¨®n entre ergonom¨ªa, est¨¦tica y precios de este mercado. Encontrar una que se adapte a tus necesidades no es f¨¢cil ni barato. Menos a¨²n cuando quieres evitar por todos los medios que una suerte de armatoste espacial negro con ruedas invada tu sal¨®n carg¨¢ndose la armon¨ªa est¨¦tica que tanto te ha costado conseguir. Encontr¨¦ una que cumpl¨ªa los requisitos cuando asum¨ª que por menos de 100 euros poco hab¨ªa que hacer.
5.Trabajar en pijama no es tan buena idea.?Suena a fantas¨ªa no tener que desenfund¨¢rselo y? lo cierto es que lo es en esos d¨ªas de invierno en los que salir de debajo del n¨®rdico supone un esfuerzo sobrehumano. Pero una vez superado el fr¨ªo, cambiar de ropa?aunque sea para llevar algo c¨®modo o deportivo, ayuda a mejorar el modo y la disposici¨®n. Adem¨¢s facilita cumplir el siguiente punto: si est¨¢s vestida, salir de casa, aunque sea a comprar el pan, se hace menos cuesta arriba.
6.Actividades que te obliguen a salir de casa. Tan importante es el tiempo que pasas dentro como el que pasas fuera. Aprovechar que ir al trabajo no te quita horas para invertirlas en ir a otros sitios es una de las mejores partes de todo esto. Algo que despeje, que apetezca,? y que marque un antes y un despu¨¦s entre el trabajo y el descanso. Evitar el sedentarismo es una cuesti¨®n de salud f¨ªsica y mental. Un apunte: salir de casa para ir a la fisioterapeuta a que te arregle la espalda por el exceso de horas sentada no cuenta como actividad, pero ten a mano el tel¨¦fono de una buena por si acaso.
7.Culto a la vida social.?Ver a gente casi como una obligaci¨®n,?m¨¢s a¨²n si vives sola. De lo contrario tienes muchas papeletas para acabar sumando uno en ese 86% de los millennials que se reconocen solos y deprimidos. Salir a desayunar al bar de siempre, ir con amigos a cenar, que es cuando la gente suele estar m¨¢s disponible, o buscar planes apetecibles entre semana como un concierto para desconectar durante un rato. Si se comparte casa, tratar de coincidir con alg¨²n compa?ero en las comidas o cenas para tener un rato de conversaci¨®n, como har¨ªas en la oficina, es una buena idea.