As¨ª funciona el joven (y exitoso) negocio de los calcetines espa?oles
O c¨®mo casi una decena de marcas de j¨®venes emprendedores facturan centenares de miles de euros y se han hecho con un hueco m¨¢s que notable en el mercado.
Elena P¨¦rez estaba comiendo en un restaurante cuando vio por primera vez a una persona ?que no era amiga ni familiar? con uno de los calcetines de su marca. Se emocion¨® tanto que no pudo ni acabarse el plato. ?Estaba tentada de levantarme a darle un abrazo, pero al final me contuve?, cuenta esta arquitecta reconvertida en emprendedora de ¨¦xito. Hoy probablemente se morir¨ªa de hambre si tuviese que apartar su comida cada vez que divisase alguno de sus calcetines. Su firma, UO Estudio, fabrica...
Elena P¨¦rez estaba comiendo en un restaurante cuando vio por primera vez a una persona ?que no era amiga ni familiar? con uno de los calcetines de su marca. Se emocion¨® tanto que no pudo ni acabarse el plato. ?Estaba tentada de levantarme a darle un abrazo, pero al final me contuve?, cuenta esta arquitecta reconvertida en emprendedora de ¨¦xito. Hoy probablemente se morir¨ªa de hambre si tuviese que apartar su comida cada vez que divisase alguno de sus calcetines. Su firma, UO Estudio, fabrica 200.000 pares al a?o. Una producci¨®n bastante alejada de los 600 pares con los que empez¨®.
Fue en verano de 2012 cuando, harta de ver c¨®mo la crisis hab¨ªa afectado a los estudios de arquitectura, lanz¨® con 100 euros una marca de productos de uso diario ?pero con un toque especial que transmitiera buena energ¨ªa?. Lo decidi¨® en la terraza de su piso compartido con su amiga, y tambi¨¦n arquitecta, Marta C¨®rcoles. Ahora las dos lideran una firma que fabrica en Espa?a y Portugal y emplea a un equipo de 16 personas. ?Empezamos haciendo pulseras de una manera un tanto artesanal. Nos dimos a conocer a trav¨¦s de las redes sociales e ¨ªbamos reinvirtiendo todo lo que gan¨¢bamos?, explica. De las pulseras pasaron a las cojines, agendas y calcetines. Todo con un denominador com¨²n: incluir mensajes optimistas. Su f¨®rmula, paralela al ¨¦xito de Mr. Wonderful, funciona. ?A d¨ªa de hoy contamos con m¨¢s de 500 puntos de venta y estamos en cadenas como Fnac o Natura?.
El caso de UO Estudio no es un fen¨®meno aislado. En solo cinco a?os, el negocio del calcet¨ªn espa?ol se ha convertido en una realidad de ¨¦xito. M¨¢s all¨¢ de empresas arraigadas en el imaginario tradicional como Punto Blanco, un nutrido grupo de j¨®venes ha decidido emprender y sacudirse el halo negativo de la crisis vendiendo este accesorio. Por ahora, ninguna de ellas puede igualar al gigante sueco Happy Socks ¨Cen 2014 factur¨® 12 millones de euros¨C, pero s¨ª han conseguido crear un pujante mercado nicho espa?ol con algo tan f¨¢cil como vender este accesorio. Estas son las marcas que han propiciado su ¨¦xito:
Socketines, calcetines para #feetichistas
Es el hashtag que se ha inventado Jorge Santigosa, que todav¨ªa no llega a la treintena, pero ha creado una de las firmas de calcetines m¨¢s interesantes a nivel art¨ªstico y creativo del panorama patrio. Los ha vestido la cantante Zahara en su gira, han desfilado para Mois¨¦s Nieto o Etxeberr¨ªa (con los que ha firmado dos colaboraciones) y condiciona su filosof¨ªa a que la producci¨®n y fabricaci¨®n sea de algod¨®n org¨¢nico 100% hecho en Espa?a.? ?Mi intenci¨®n es humanizar el capitalismo salvaje que nos rodea. Podr¨ªa irme a Portugal o Turqu¨ªa, pero yo prefiero conocer el nombre de la mujer que trabaja en la f¨¢brica donde se producen y la de la tienda en la que se comercializan. No quiero vender por vender?, asegura.? La suya es una historia de pasi¨®n y casualidades certeras. Licenciado en derecho, fund¨® Socketines hace tres a?os, cuando su novia le aconsej¨® que dejase su trabajo en un start up para dedicarse lo que siempre hab¨ªa so?ado (?llevaba dise?ando calcetines desde los 17 a?os?). Solo ten¨ªa 500 euros, pero de tanto hablarle a su traumat¨®logo de la cl¨ªnica Ruber, Carlos Mart¨ª L¨®pez-Amor, de la idea que le rondaba por la cabeza lo convenci¨®. Este, a su vez, intermedi¨® para que se asociase al proyecto a Javier Sanz-Bustillo (ex directivo de Cortefiel) y apostaron por incluir en el equipo a Carlos Garc¨ªa-Esquinas, abogado amigo de Santigosa y compa?ero de promoci¨®n.
Con una inversi¨®n inicial de 25.000 euros en 2013, la firma se ha expandido hasta los 50 puntos de venta en Espa?a y vendi¨® unos 70.000 pares de calcetines las pasadas navidades. ?Es un negocio muy competitivo, hacemos malabares continuamente pero en el equipo trabajamos seis personas, que adem¨¢s son amigos, y podemos vivir de esto?, definde orgulloso. Su filosof¨ªa podr¨ªa explicarse como el anti Happy Socks. ?Al principio me obsesion¨¦ con hacer algo parecido, pero despu¨¦s entend¨ª que no era lo m¨ªo.? Sus dise?os tienen desde est¨¦tica vintage, a modelos de espiga o colores neutros. ?Nosotros no vendemos calcetines de animalitos, para eso ya hay otros, aqu¨ª buscamos la calidad. Y es lo que quiere el cliente?.
Pacific and Co., dise?o original barcelon¨¦s
?Una ma?ana en Castelldefels antes de salir a hacer una rutita en bici, me par¨¦ en una cafeter¨ªa a tomar un caf¨¦. En la terraza hab¨ªa un grupo de chicos con sus bicis y (c¨®mo no) me fij¨¦ en sus calcetines, todos llevaban puestos calcetines unos Pacific and Co.! Me puse a hablar con uno de ellos y hasta que no pasaron unos minutos no me di cuenta de que con quien estaba hablando era el actual entrenador del Bar?a, ?Luis Enrique!?. La que habla es Lidia Ansio, fundadora junto a Aixa Sanuy de una firma de calcetines originales para ?aquellos que se quieren diferenciar y huir de los cl¨¢sicos calcetines negros o de rombos?.
Su firma naci¨® en diciembre de 2013, cuando estas dos amigas (Lidia estudi¨® Magisterio pero se declara fan¨¢tica de las tendencias y Aixa sale del mundo de la comunicaci¨®n audiovisual y el dise?o de Motion Graphics) decidieron en su terraza innovar con el ¡®made in Spain¡¯ y la creatividad en moda. Lanzaron su firma con poco m¨¢s de 2.000 euros y ahora ya han conseguido tener puntos de venta en pa¨ªses comoAustralia, Singapur, Alemania, Reino Unido, Taiw¨¢n, Jap¨®n, B¨¦lgica o Italia; adem¨¢s de un buen surtido de tiendas en Espa?a,donde tambi¨¦n se ha convertido en una marca de culto para los amantes de las bicicletas fixie (sus modelos son un best seller en la web de Santa Fixie). Las cosas no les van mal. El a?o pasado doblaron las cifras de facturaci¨®n de 2015, y han alcanzado los 100.000 euros. Fabrican en Espa?a y todos los modelos se dise?an desde su estudio de Barcelona. ?Nos encanta el arte, el dise?o y somos unas viajeras natas. ?La imagen es primordial en nuestra marca, podemos recorrer miles de kil¨®metros hasta llegar a ese lugar que nos inspira para dar vida a una colecci¨®n y a nuestros estampados?.
Sockaholic, los pioneros
?No quer¨ªamos calcetines ejecutivos ni blancos. Quer¨ªamos calcetines divertidos y, como no los encontr¨¢bamos, decidimos lanzarnos al mercado?. Era octubre de 2011 cuando Jaime de la Puente y Jaime Terceiro para lanzar Sockaholic. Despu¨¦s llegar¨ªa Rafa Lobato, encargado del marketing y del d¨ªa a d¨ªa. Su firma de calcetines de dise?o de algod¨®n org¨¢nico fue la primera en sumarse a este boom por los calcetines. Dise?an en Madrid y fabrican en Portugal y han conseguido expandir su negocio de los 12.000 euros de inversi¨®n inicial a facturar cerca del 200.000 euros en 2016. ?Su modelo m¨¢s requerido entre las pr¨¢cticamente infinitas posibilidades de estampados? El Overlook Hotel, homenaje a la celeb¨¦rrima moqueta de la pel¨ªcula El Resplandor de Kubrick.
Jimmy Lion, la firma de los cachorros de la aristocracia empresarial
Felipe Cortina (hijo del empresario Alfonso Cortina, vicepresidente de Rothschild Europa) y ?lvaro Gomis (hijo de Jos¨¦ Gomis, vicepresidente de Isolux Corsan) estudiaban juntos en Nueva York y compart¨ªan piso en Manhattan cuando en 2014 se les ocurri¨® la idea de lanzar una de las firmas que m¨¢s ¨¦xito cosecha desde EEUU. Lo suyo fue una estrategia empresarial estudiada. ?Gracias al feedback de profesores, alumnos y otros emprendedores nuestra idea se fue depurando. Vimos que exist¨ªa una buena oportunidad de negocio en el segmento de calcetines?, apuntan por correo electr¨®nico.
Con una estrategia creativa muy similiar a la de Happy Socks (?no podemos competir contra eso porque centramos todos nuestros recursos y esfuerzos en desarrollar productos de mejor calidad y dise?o?) , Jimmy Lion ha conseguido tripilicar ventas en 2016. ?Nuestra producci¨®n inicial fue de 8.000 pares y cuando los recibimos nos llevamos un buen susto. Nos dijimos: ?a ver c¨®mo vendemos todo esto!?. Lo consiguieron. A d¨ªa de hoy, aseguran haber vendido 250.000 pares en un mercado muy competitivo en precios ¨Clos suyos se venden a unos 10 euros¨C. ?Una de nuestras caracter¨ªsticas para diferenciarnos es que utilizamos el hand-linked, un m¨¦todo costoso y lento pero que permite evitar que el cierre se endurezca y moleste al rozar con los dedos?. Su mercado principal es EEUU y Europa y justo este a?o han empezado a trabajar con un distribuidor en Italia para entrar en unos 100 puntos de venta.
Mr. L¨®pez, los calcetines andaluces en frasco
?Los dos socios de Mr. L¨®pez somos disc¨ªpulos del marketiniano Paco Coss¨ªo de la facultad de econ¨®micas de Sevilla. De ¨¦l aprendimos que Ferraris baratos los vende hasta su hijo chico, as¨ª que nos anim¨® a diferenciarnos de verdad y no en precio?. Qui¨¦n habla es Javier Mesa Costa, un gaditano que en el verano de 2013 se mir¨® los pies con su socio, Manuel Solano Bautista, y se propusieron ?hacer calcetos chulos de verdad?. En las Navidades de 2014 naci¨® la firma Mr. L¨®pez, una marca que se rige bajo el hashtag #elegantementediferentes, la fabricaci¨®n en Espa?a y tener el valor a?adido de un packaging diferente: sus calcetines se reconocen porque se venden en tarros de cristal. Mesa asegura que empezaron con 3.000 euros y han acabado 2016 con un 200% incremento de ventas sobre 2015, llegando a los 5.000 pedidos ¨Cest¨¢n presentes en m¨¢s de 40 puntos de venta, la mayor¨ªa en Espa?a¨C y m¨¢s de 25.000 pares vendidos a trav¨¦s de su web. ?El canal online era perfecto para el negocio porque el producto no se prueba, no hay devoluciones y es f¨¢cil de comprar?.
Bakdrop, calcetines customizados de bamb¨² desde Silicon Valley
Andr¨¦s Douglas-Castroviejo se cri¨® en Tir¨¢n, un pueblo de la R¨ªa de Vigo, pero ha sido en EEUU donde se ha expandido laboralmente. Tras pasar por Google y Apple empez¨® Bakodo, uno de los esc¨¢neres de c¨®digos de barra m¨¢s populares de la Apple Store. Pero fue el kitesurf el que tuvo la culpa de que se metiese en el negocio de calcetines. Fue cuando una amiga le present¨® a Eric Kami, que trabajaba en Google en Silicon Valley. Los dos decidieron montar algo juntos. Tras reunirse durante meses en la oficina de Google de San Francisco decidieron lanzarse con la moda. Y as¨ª, hace dos a?os y medio, naci¨® Bakdrop. Una marca que empez¨® ?como un experimetno de subscripci¨®n de calcetines y una herramienta para dise?ar ropa a medida?, apunta Douglas. ?Vimos que la gente ped¨ªa calcetines costumizados y comprobamos que no hab¨ªa muchas opciones. Comenzamos con modelos impresos en alta definici¨®n para protectoras de animales. A la gente le encantaba poder contribuir a causas que les importaban y, adem¨¢s, poder llevarlas puestas?. Para hacerse a la idea, uno de sus modelos m¨¢s vendidos es de una protectora de cabras lisiadas llamada ¡®Goats of Anarchy¡¯.
De las protectoras saltaron a lanzar modelos de animales famosos de Instagram, YouTubers streamers (jugadores en l¨ªnea que retransmiten sus partidas) o a firmar colaboraciones con el mundo de la m¨²sica, como con LMFAO. Su sistema de negocio se sale de la norma. Sus calcetines est¨¢n hechos de fibras de bamb¨² (son m¨¢s suaves y c¨®modos) y en vez de ser cosidos, son impresos en alta definici¨®n para evitar las moletas rayas blancas al abrirse. Fabrican en China (?el ¨²nico sitio que nos ha ofrecido la tecnolog¨ªa que necesitamos?) y tienen su sede oficial en San Francisco, pero cuentan con trabajadores por todas las partes del mundo, desde Austin (Texas), pasando por Brasil o Rusia. Con una facturaci¨®n cercana al mill¨®n de d¨®lares en 2016, Douglas aplaude el boom del calcet¨ªn espa?ol por j¨®venes emprendedores. ?Creo que nos estamos empezando a dar cuenta del potencial que tienen como forma sutil de manifestar nuestra personalidad de forma divertida?.
Sockers, el calcet¨ªn para deportistas
Javier Carretero y sus socios son los ¨²ltimos en llegar ¨Cempezaron a operar hace unas semanas¨C, pero vienen con ganas. El suyo es un mercado todav¨ªa m¨¢s nicho, el del calcet¨ªn t¨¦cnico deportivo. En la primavera de 2016, con varios amigos del instituto con los que siempre hab¨ªa querido montar algo, decidi¨® lanzar Sockers. ?Nos gusta mucho el deporte y nos dimos cuenta de que exist¨ªa una necesidad en torno a una prenda tan importante para el rendimiento y la prevenci¨®n de lesiones como son los calcetines. Actualmente existen calcetines de muy buena calidad, pero los dise?os siempre van en la misma l¨ªnea, colores fluorescentes y poco m¨¢s. Nosotros quer¨ªamos ir un paso m¨¢s all¨¢ e introducir la moda y el dise?o m¨¢s casual y combinarlo con la mejor calidad?, apunta. Con una inversi¨®n inicial de 10.000 euros y con fabricaci¨®n en Espa?a, Sockers quiere ?llegar a diciembre de este a?o vendiendo 2.000 pares al mes, a partir de ah¨ª ya nos plantearemos la posibilidad de dar el salto al retail y en un plazo de 2 a?os incluso la internacionalizaci¨®n del negocio?.