Del alquiler a la reparaci¨®n: la ropa usada es el nuevo objeto de deseo de la moda
Frente a la emergencia clim¨¢tica, tirar ya no es la primera opci¨®n. Lo desechable puede convertirse en un aut¨¦ntico tesoro. El consumo de segunda mano gener¨® casi 5.000 millones de euros en 2022 y crece a un ritmo del 19% anual. Tras este boom se encuentran apps e iniciativas que apuntan a una nueva era dorada de las prendas usadas.
Prolongar la vida ¨²til de las prendas, reducir la cantidad de ropa que se desecha y, en consecuencia, mitigar el impacto medioambiental. Son los grandes objetivos que persigue la industria en su transformaci¨®n hacia la moda circular y, para Pilar Olmedo, fundadora de Pantala, el alquiler de ropa est¨¢ demostrando ser una forma muy efectiva para alcanzarlos. ¡°Adem¨¢s, nos permite ofrecer a nuestras clientas una opcio?n ma?s sostenible y asequible para vestirse bien sin tener que comprar constantemente ropa nueva¡±.
Impactada por las cifras que persiguen a la industria ¡ªseg¨²n la Uni¨®n Europa, se producen 92 millones de toneladas de residuos textiles al a?o¡ª, esta joven emprendedora espa?ola decidi¨® lanzar, junto a su socio Francisco S¨¢nchez, una plataforma de alquiler de moda sostenible y espa?ola, en donde sus usuarias pagaran en funci¨®n del uso de la prenda. Conoc¨ªan casos de ¨¦xito, como la estadounidense Rent to Rent que, a base de pr¨¦stamos mensuales, ha alcanzado un valor en el mercado de mil millones de d¨®lares. ¡°Requiere una inversi¨®n significativa en prendas de calidad, tecnolog¨ªa de lavado y reparaci¨®n, as¨ª como en la capacitaci¨®n del personal, lo que puede ser costoso para empresas que comienzan; sin embargo, una vez que se establece el inventario y se optimiza la log¨ªstica, el negocio es rentable y escalable¡±, apunta Olmedo, que se?ala c¨®mo la conciencia medioambiental y el auge del comercio electr¨®nico ha permitido conectar con m¨¢s consumidores.
¡°Ahora es muy normal encontrarte en una boda con varias invitadas que han alquilado sus looks y cada vez m¨¢s marcas se est¨¢n dando cuenta de que el cliente est¨¢ cambiando y que cada vez somos m¨¢s conscientes¡±, coincide Polo Villaamil, CEO de La M¨¢s Mona, una de las primeras empresas que apost¨® por este modelo en Espa?a, con el objetivo de aprovechar esa ropa de invitada y grandes eventos que, por cuestiones de protocolo o el estigma de repetir, tan solo utilizamos una o dos veces. De hecho, seg¨²n la Fundaci¨®n Ellen MacArthur, tan solo usamos un 20% de nuestro armario.
Villaamil reconoce que los inicios no fueron f¨¢ciles: algunas mujeres aseguraban que jam¨¢s lo har¨ªan y a otras, el miedo a que les quedara mal o a manchar y estropear las prendas, les produc¨ªa reticencias. Barreras que han logrado disolver con la apertura de tiendas f¨ªsicas o seguros de accidentes y de cancelaci¨®n. En la actualidad, incluso sus clientas ¡ªsus principales usuarias son mujeres en torno a los 35 a?os¡ª, se han animado a alquilar su propio armario. ¡°Aproximadamente el 15% de nuestro cat¨¢logo lo componen estas prendas y muchas de sus due?as han podido recuperar gran parte (a veces incluso m¨¢s) del precio que pagaron¡±, calcula el experto, convencido de que en el futuro una peque?a porci¨®n de nuestros armarios estar¨¢ en constante rotaci¨®n.
Las perspectivas son optimistas: seg¨²n el ¨²ltimo informe de la consultora GlobalData, el mercado gener¨® casi 5.000 millones de euros en 2022 y se prev¨¦ que siga aumentando en los pr¨®ximos a?os, con un crecimiento anual del 19% hasta 2026. Las firmas tampoco han dudado en sumarse a la tendencia: H&M ha empezado a incorporar espacios de alquiler en sus flagship de Estocolmo y Londres, y el pasado mes de marzo, Mango se convert¨ªa en inversor de La M¨¢s Mona y anunciaba su nuevo servicio de renting. ¡°Para las marcas es un nuevo canal de distribuci¨®n que les permite testar colecci¨®n, revalorizar stocks, empezar a apostar por modelos circulares¡±, enumera Ra¨²l Gonz¨¢lez, cofundador de Ecodicta, otra de las empresas fuertes de alquiler de ropa en Espa?a, cuya principal v¨ªa de negocio es la ropa de diario mediante suscripci¨®n. Las usuarias reciben mensualmente un paquete con una serie de prendas, cuidadosamente seleccionadas por una estilista seg¨²n sus gustos. ¡°Lo que proponemos es un servicio de estilismo, con el que se puede vestir bien y acorde a tus valores, respetando al planeta. Al final, el alquiler es un complemento m¨¢s: cubres el gusanillo de estrenar o, en el caso de mujeres expuestas al escrutinio, la necesidad de cambiar de ropa, combin¨¢ndolo con tu armario¡±.
La era dorada de la ropa usada
¡°La ropa vieja es la nueva tendencia¡±, ironizaba la reputada editora de moda de The New York Times, Vanessa Friedman, a ra¨ªz del lanzamiento de Display Copy en 2020, la primera publicaci¨®n de moda cuyo ¨²nico requisito es no incluir ninguna novedad en sus p¨¢ginas. Sus cr¨¦ditos se reducen a vintage, segunda mano, reciclado o reacondicionado, con el objetivo de hacer deseable la ropa usada. ¡°Todos me dijeron que nunca obtendr¨ªa ning¨²n anunciante, ni que nadie escribir¨ªa sobre ello¡±, le confesaba su editor Bryan Hemingway que, contra todo pron¨®stico, ha logrado capturar el momento que vive de la industria.
La compraventa de ropa de segunda mano ha propiciado la reutilizaci¨®n de unos 6,65 millones de prendas en todo el mundo, evitando la emisi¨®n de unas 52 millones de toneladas de CO2 a la atm¨®sfera. As¨ª lo recoge el informe Consumer Trends 2022, elaborado por la compa?¨ªa de marketing y comunicaci¨®n Sally Aliance, en el que augura que la segunda mano duplicar¨¢ a las grandes cadenas de moda en 2030. Para Albert Alberich, director de Moda re-, la cooperativa social impulsada por C¨¢ritas para la gesti¨®n circular de la ropa usada, su popularidad se debe a la conjunci¨®n de varios fen¨®menos: ¡°El importante aumento de la concienciaci¨®n social en todos los temas medioambientales, al que ha ayudado la aparici¨®n de las noticias sobre el impacto ambiental de la ropa o el posicionamiento de la Uni¨®n Europea, junto con la creciente implicaci¨®n de toda la cadena productiva textil, y muy especialmente de las grandes marcas, han contribuido a que el sector textil empiece a dar respuestas al reto de la circularidad¡±.
La segunda mano ha recuperado 6,65 millones de prendas en 2022, reduciendo un total de 52 millones de toneladas de carbono
Porque, tanto en el sector del lujo como en las grandes cadenas de moda, ninguna marca ha querido dejar pasar esta oportunidad. El grupo Kering es propietario del 5% de la plataforma de lujo de segunda mano Vestiaire Collective y, en los ¨²ltimos a?os, firmas de su cantera, como Gucci o Balenciaga, han lanzado e-commerces paralelos, desde donde animan a sus clientes a devolver al mercado las prendas que ya no quieren. Es una forma de seguir teniendo el control de su ropa ¨Cla trazabilidad suele romperse en cuanto se vende¨C. pero sobre todo, de reforzar su papel activista ante unos clientes dispuestos a invertir en valores. Independientemente de sus intenciones, para Alberich este posicionamiento es una oportunidad para mejorar los puntos d¨¦biles del sistema y contribuir a romper el estigma de la ropa usada.
El auge de la segunda mano tambi¨¦n est¨¢ cambiando el rol del consumidor. ?Est¨¢ claro que esto afecta a la hora de relacionarnos con la ropa: a la hora de comprar algo nuevo, pensamos en la posibilidad de venderlo a medio plazo?, explica Iker V¨¦lez de Mendiz¨¢bal, CEO de Micolet, una de las plataformas espa?olas de compra y venta de moda con mayor crecimiento. ?Esto tiene su parte positiva, ya que las prendas que son reintroducidas en el mercado r¨¢pidamente no pierden tanto valor y est¨¢n en buen estado. Son un activo valioso para el sector¡±, se?ala el experto que, tan solo en un mes, pueden llegar a procesar alrededor de 150.000 prendas.
Cuando compramos algo nuevo, ahora pensamos en la posibilidad de venderlo a medio plazo
Para Mendiz¨¢bal, la raz¨®n de que plataformas como Micolet, Vinted, Depop o Vestiare Collective hayan tenido tan buena acogida entre el p¨²blico se debe a que, a pesar de la crisis econ¨®mica y medioambiental, permite continuar con sus h¨¢bitos de consumo. ¡°La inflaci¨®n ha hecho que la poblaci¨®n busque el ahorro y la segunda mano no solo ofrece la posibilidad de vender ropa y obtener ingresos extra, sino que tambi¨¦n aporta la opci¨®n de continuar vistiendo tendencias sin gastar demasiado¡±. El verdadero reto, para el experto, ¡°ser¨¢ que los consumidores no vean la segunda mano como una opci¨®n m¨¢s para quitarse la ropa usada de encima y comprar m¨¢s, sino que busquen en la segunda mano una opci¨®n para consumir moda de una manera sostenible, velando por la calidad y por el medio ambiente¡±.
Producciones contenidas y bajo demanda
La emergencia clim¨¢tica ha hecho que incluso la Uni¨®n Europa haya decidido intervenir en el universo fashion, revisando la forma de producir de la industria, para tratar de reducir el desperdicio textil. Una de las medidas del Plan de Acci¨®n para una Econom¨ªa Circular pone el foco sobre los excedentes para tratar de minimizarlos y evitar que se acaben destruyendo.
El dise?ador Mois¨¦s Nieto destaca los beneficios de la producci¨®n bajo demanda. ¡°Al trabajar con pre-order, solo se produce la cantidad de prendas que han sido solicitadas por los clientes, lo que ayuda a reducir el desperdicio de materiales y de ropa no vendidas. Adem¨¢s, nos ayuda a establecer una relaci¨®n m¨¢s cercana con esos clientes al permitirles participar en el proceso de dise?o y producci¨®n, y recibir retroalimentaci¨®n sobre las prendas antes de su producci¨®n¡±.
En un mercado con tantas alternativas, en donde todo est¨¢ a nuestro alcance, producir de forma limitada tambi¨¦n es una forma de garantizar la exclusividad y estimular el deseo. Raz¨®n por la que las colecciones c¨¢psula y los ¡®drops¡¯ despiertan tanto revuelo. Desde firmas emergentes como la catalana Lagaam a grandes portales, como Farfetch, est¨¢n apostando por este modelo de drops (del ingl¨¦s, gota o ca¨ªda), propio de streetwear de los 80, que consiste en lanzar en un d¨ªa determinado, a una hora concreta, una serie de prendas de tirada limitada que con el tiempo se revalorizan. La expectaci¨®n est¨¢ servida.
Arreglar y reinventar
Con la finalidad de alargar la vida ¨²til de las prendas, la moda tambi¨¦n reivindica el derecho a reparar, poniendo a disposici¨®n de sus clientes servicios de reparaci¨®n o gu¨ªas de cuidados para sus prendas. Dentro de esa cultura del aprovechamiento, el reciclaje creativo, tambi¨¦n conocido como upcycling, incluso ha trascendido de la categor¨ªa de manualidades para convertirse en la gran apuesta de muchas firmas. La pandemia abri¨® la veda, cuando dise?adores como JW Anderson o Prada recurrieron a los remanentes del almac¨¦n para orquestar sus colecciones: no es que sea una pr¨¢ctica nueva, pero nunca antes se ha alardeado de ello con tanto orgullo. Para muchos, incluso es la gran apuesta para doblegar el sistema usar-tirar.
En aquel momento, Mois¨¦s Nieto incluso lleg¨® a lanzar un servicio de co-dise?o artesanal, en el que animaba a sus clientes a rescatar las prendas que hab¨ªan significado algo para ellos y darles una vida. Una pr¨¢ctica com¨²n en sus colecciones, en las que ha rescatado antiguas manteler¨ªas, servilletas bordadas o pa?uelos antiguos que pertenec¨ªan a su familia. Para el dise?ador, es una forma de reducir la necesidad de producir nuevos tejidos y minimizar la huella de carbono. ?Adem¨¢s fomenta la creatividad y la innovaci¨®n en el dise?o de moda: al trabajar con materiales ya existentes, los dise?adores podemos experimentar con nuevas formas, colores y texturas para crear prendas ¨²nicas y originales?. Porque de eso trata todo esto: de reivindicar la historia y el valor de cada una de nuestras prendas.