Chus Bur¨¦s, el lenguaje de los metales
En cada rinc¨®n asaltan obras de artistas y prendas que guardan recuerdos y sus reconocibles joyas, las mismas que lo han convertido en un referente.
Cita a sus amigos en la cocina. Con ¨¦l est¨¢ desayunando Andrea Caruso, del estudio Ciszac Dalmas, un joven dise?ador industrial que le ha tra¨ªdo una sencilla mesa blanca realizada con material reciclado. Frente a un caf¨¦ conversan sobre las prendas de la colecci¨®n de Jil Sander para Uniqlo que logr¨® rescatar del almac¨¦n de la tienda de Nueva York. ?Para lo que tuve que hacerle chantaje emocional al encargado?. Coge su m¨®vil, es Ouka Leele, con la que decide quedar para cantar y bailar en la puerta de la casa de Correos, como hicieron el pasado dos de abril cuando a la fot¨®grafa le entregaron...
Cita a sus amigos en la cocina. Con ¨¦l est¨¢ desayunando Andrea Caruso, del estudio Ciszac Dalmas, un joven dise?ador industrial que le ha tra¨ªdo una sencilla mesa blanca realizada con material reciclado. Frente a un caf¨¦ conversan sobre las prendas de la colecci¨®n de Jil Sander para Uniqlo que logr¨® rescatar del almac¨¦n de la tienda de Nueva York. ?Para lo que tuve que hacerle chantaje emocional al encargado?. Coge su m¨®vil, es Ouka Leele, con la que decide quedar para cantar y bailar en la puerta de la casa de Correos, como hicieron el pasado dos de abril cuando a la fot¨®grafa le entregaron la Medalla al M¨¦rito de la Comunidad de Madrid. Apura su caf¨¦ y se despide de Andrea. ?Mi casa es un lugar de encuentro de artistas, es mi forma de seguir aprendiendo?.
Se mueve con rapidez, cualquiera dir¨ªa que apenas ha dormido cuatro horas. ?Por la noche recibo las llamadas de mis compradores de Nueva York, y a las seis de la ma?ana las de Jap¨®n. As¨ª que mis horarios de sue?o son a intervalos?, asegura el joyero.
Esta ma?ana lleva un pantal¨®n de campesino tailand¨¦s de algod¨®n blanco y una camisa en el mismo tono de YSL por Tom Ford. ?Es antiqu¨ªsima y me la ha zurcido mil veces la madre de mi vida [como se refiere a Inma Marcos, su asistente y cuidadora]. ?Arregla las prendas que ni Comme des Gar?ons!?. Un aspecto impoluto que nada tiene que ver con sus looks de finales de los 70, cuando con 17 a?os se march¨® a Londres y form¨® parte de la pandilla de Duran Duran, Sigue Sigue Sputnik y Steve Strange. ?Era una ¨¦poca muy loca. Recuerdo la primera vez que vi a Boy George en un local que se llamaba Berl¨ªn, ¨¦l trabajaba en el guardarropa. Aquel d¨ªa llevaba una peluca hasta el suelo, una t¨²nica blanca y mucho maquillaje?.
Bajo las molduras originales de la casa se encuentra parte de su vestidor. La chaqueta negra ¨Ccolgada en la puerta¨C la compr¨® en Laos; en el suelo, zapatillas de Marc Jacobs, Comme des Gar?ons y Margiela. Al fondo, abrigo de Blanc de Chine.
Germ¨¢n S¨¢iz
En esos a?os su familia no entend¨ªa su determinaci¨®n por dedicarse a las joyas. ?Ellos son payeses, de Barcelona, y ser dise?ador era todo un esc¨¢ndalo?. A principios de los 80 regres¨® a Espa?a, pero eligi¨® Madrid frente a su ciudad natal. En la capital comenz¨® a colaborar con Manuel Pi?a. ??l siempre me dec¨ªa: ¡°Chus, eres tan catal¨¢n¡±, en el sentido de disciplinado. Creo que eso es lo que me salv¨®, esa conciencia del trabajo. Ellos sal¨ªan mucho y el trabajo de la ma?ana se resent¨ªa?. M¨¢s tarde llegaron sus joyas para Almod¨®var, la horquilla asesina de la pel¨ªcula Matador (1986) o el casco de fantasma para ?tame (1990). Tambi¨¦n las piezas que luci¨® Mathilda May en La teta y la luna (1994), de Bigas Luna. Su prestigio fue en aumento y sedujo a todo tipo de clientes, quienes le siguen comprando. ?Mis piezas las lleva Alaska, Carmen Alborch ¨Cdos de mis grandes embajadoras¨C Mar¨ªa Barranco, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega y Te¨®fila Mart¨ªnez?.
Su casa taller es una antigua escuela de idiomas. Cuando la compr¨® hace 20 a?os ten¨ªa 14 habitaciones, que derrib¨®; ahora la distribuci¨®n se compone de espacios di¨¢fanos. Dos grandes salones, uno dedicado a reuniones sociales y otro para trabajar y leer. Este ¨²ltimo est¨¢ repleto de obras de arte, como una litograf¨ªa de Calder, una fotograf¨ªa dedicada de Gilbert and George, dibujos de Dokoupil o una escultura de Lynda Benglis. Esta sala da paso a la cocina y a su dormitorio en suite con un gran vestidor. De las perchas cuelgan prendas que dan fe de su gusto ecl¨¦ctico. Modelos vintage de Mugler, Montana o Gucci conviven con nuevas creaciones de Margiela, Chalayan o Prada; adem¨¢s de trajes orientales comprados en el sudeste asi¨¢tico.
El pasillo de calzado da paso al dormitorio, en el que destaca una escultura dorada de Jiri Georg Dokoupil.
Germ¨¢n S¨¢iz
En 1996 una delegaci¨®n del gobierno tailand¨¦s lo seleccion¨® para que formara a las nuevas generaciones de joyeros del pa¨ªs. ?Una relaci¨®n que dur¨® 14 a?os. Cada mes iba hasta Bangkok. En estos viajes aprovech¨¦ para curiosear por los pa¨ªses del sur del continente. All¨ª se mantienen vivas las costumbres artesanales textiles?. Chus empez¨® a ser un rostro familiar en talleres de Delhi o Bombay. ?Conoc¨ª a gur¨²s de la manufactura de tejidos. En estas ciudades se produce el algod¨®n para Issey Miyake. Y todo este aprendizaje lo llev¨¦ al mundo de las joyas?. As¨ª surgieron colecciones de finas redes de metales o combinadas con tejidos. Piezas que se sumaron a las que ya vende en establecimientos como Bloomingdale¡¯s, Barneys, el Guggenheim de Nueva York o en sus tiendas de Madrid y Barcelona, que cerr¨® en 2008. ?Antes de que estallara la crisis decid¨ª centrarme en el mercado internacional y dejar los locales?. En el extranjero, su nombre est¨¢ ligado a figuras como Miquel Barcel¨®, Jes¨²s Soto, Antoni Miralda, Paul McCarthy, con quienes ha realizado l¨ªneas de joyas, o Louise Bourgeois. ?Con ella tuve una relaci¨®n muy especial. Cumplimos a?os el mismo d¨ªa, el 25 de diciembre, aunque yo soy mucho m¨¢s joven?. Su historia comenz¨® cuando Bur¨¦s recibi¨® el encarg¨® de reeditar un collar que la artista hizo en los 40. ?Produje 36 piezas en plata, y tengo guardadas seis en oro, aunque ahora no es momento de sacar a la venta un collar de semejante peso?.
De su primer encuentro la recuerda vestida de Helmut Lang y con botas Dr. Martens. ?Lo primero que hizo fue saludarme y preguntarme si le podr¨ªa responder a 30 preguntas sobre el Quijote. ?Era su manera de ponerme a prueba!?. Su nueva colaboraci¨®n es con la arquitecta Zaha Hadid. ?Llevamos casi tres a?os de trabajo y no s¨¦ cu¨¢ndo lo presentaremos. A veces disfrutas tanto con el proyecto que no quieres que finalice?.
?Me gusta el trabajo de Eileen Gray?, que firma la silla de uno de sus escritorios. Sobre ¨¦l, algunas de sus herramientas y jarr¨®n de cristal de Murano con perla
Germ¨¢n S¨¢iz
Guantes de Meret Oppenheim editado por Parkett Magazine.
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El dise?ador lleva chaqueta de Jil Sander para Uniqlo, camisa de Mugler, pantal¨®n de Miyake y botas de Marc Jacobs
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