?Puritana o sexy? As¨ª sobrevive la combinaci¨®n, la prenda interior de nuestras abuelas se resiste a desaparecer
Aunque su uso masivo est¨¦ asociado a un tiempo pasado y lejano, las combinaciones siguen presentes en las marcas lenceras del momento. Y, adem¨¢s de sensuales, son muy ¨²tiles.
En tiempos de ch¨¢ndal como uniforme para casi todo, una tendencia aupada por el auge del athleisure y potenciada por el confinamiento, pensar en ponernos combinaci¨®n resulta tan disparatado como anacr¨®nico. Esa especie de camis¨®n de tirante fino que sol¨ªamos verle a nuestras abuelas bajo la bata o el vestido parece carecer de sentido en un mundo que reclama ropa c¨®moda. Sin embargo, esta prenda en su versi¨®n contempor¨¢nea, muy alejada de ?las enaguas almidonadas que al caminar sonaban con aquel inconfundible frufr¨²?, como cuenta Laura Manzanera en su libro ...
En tiempos de ch¨¢ndal como uniforme para casi todo, una tendencia aupada por el auge del athleisure y potenciada por el confinamiento, pensar en ponernos combinaci¨®n resulta tan disparatado como anacr¨®nico. Esa especie de camis¨®n de tirante fino que sol¨ªamos verle a nuestras abuelas bajo la bata o el vestido parece carecer de sentido en un mundo que reclama ropa c¨®moda. Sin embargo, esta prenda en su versi¨®n contempor¨¢nea, muy alejada de ?las enaguas almidonadas que al caminar sonaban con aquel inconfundible frufr¨²?, como cuenta Laura Manzanera en su libro Del cors¨¦ al tanga,?se sigue usando en ocasiones como garant¨ªa de confort. Evita que ciertos vestidos se peguen al cuerpo debido a la electricidad est¨¢tica, nos libra de transparencias indeseadas y garantiza un tacto suave ¨Cy m¨¢s abrigado¨C bajo prendas de tejidos ¨¢speros. A pesar de las ventajas, dej¨® de formar parte oficial del armario femenino con la liberaci¨®n de la mujer en los 60 y, desde entonces, su uso ha quedado relegado a ocasiones puntuales asoci¨¢ndose a una vestimenta puritana y pasada de moda.
Pero del mismo modo que la faja ha vuelto por todo lo alto convirti¨¦ndose en centro de la oferta de firmas como Skims, capitaneada por Kim Kardashian, la combinaci¨®n podr¨ªa recuperar cierto esplendor auspiciada por marcas de lencer¨ªa como la mencionada. Tambi¨¦n Zara, am¨¦n de ense?as especializadas como la exitosa Savage x Fenty, Women¡¯secret o Etam, incluyen combinaciones en su cat¨¢logo: desde aquellas puramente ornamentales y lenceras ¨Ccomo la de Zara, roja y cuajada de encaje¨C hasta las moldeadoras con vocaci¨®n puramente pr¨¢ctica. ?Es una prenda que estaba asociada al decoro y al pudor y que qued¨® relegada por la propia inercia hist¨®rica en la indumentaria femenina. La incorporaci¨®n definitiva de los pantalones al guardarropa femenino tuvo mucho que ver en su desaparici¨®n?,?contextualiza M¨®nica Soler, profesora de Workshop Granada, plataforma dedicada a la formaci¨®n de moda. ?Adem¨¢s, la enagua en su momento tambi¨¦n tuvo una funci¨®n higi¨¦nica, se usaba para evitar que los tejidos exteriores tocaran la piel, algo que dej¨® de ser necesario tras la aparici¨®n de nuevas telas y la mayor limpieza de la ropa?, a?ade.
Su uso actual, seg¨²n la experta, o bien obedece a cuestiones pr¨¢cticas o est¨¢ relacionado con la sensualidad y el erotismo. ?Sigue siendo un elemento de lencer¨ªa y por tanto es sexy, de hecho, tenemos en la cabeza pel¨ªculas donde la liga, la media y la enagua son las protagonistas. La moda es c¨ªclica y hemos pasado del tanga a la braga mucho m¨¢s amplia, as¨ª que perfectamente podr¨ªa volver?, opina Soler. Anne Bancroft en El graduado, Patty Duke en El valle de las mu?ecas o Janet Leigh en el cartel de Psicosis son buenos ejemplos de la vertiente cinematogr¨¢fica de esta prenda. En los tres casos, por cierto, las actrices lucen una media combinaci¨®n o media enagua, una versi¨®n que replica la forma de una falda y que tambi¨¦n est¨¢ disponible en la actualidad en firmas como Skims.
En Espa?a, las combinaciones, cuyo nombre responde a la fusi¨®n de dos prendas: el cubrecors¨¦ y la enagua y por tanto no son sin¨®nimo de la segunda, se hicieron populares en los a?os veinte a medida que se relajaban las siluetas y se empezaron a ense?ar las piernas, seg¨²n recoge Manzanera en su libro. ?Las prendas interiores se simplificaron. La faja el¨¢stica y los sujetadores ayudaron a disimular las curvas y se llev¨® mucho la combinaci¨®n de una pieza, que sustituy¨® a las capas de enaguas almidonadas?, cuenta, puntualizando que en la Espa?a rural se segu¨ªa usando ?falda oscura fruncida sobre enaguas y refajos?. En las d¨¦cadas de los cuarenta y los cincuenta empezaron a comercializarse las combinaciones de nailon y en los sesenta se pusieron de moda los modelos de colores.
Fue a partir de entonces, con la llegada masiva del pantal¨®n tambi¨¦n para ellas y el ¨¦xito de la minifalda, cuando esta prenda fue cayendo poco a poco en el olvido. Al menos, como parte de la lencer¨ªa diaria, simplificada a sujetador y braga, aunque en las d¨¦cadas siguientes ir¨ªa transform¨¢ndose en una prenda exterior. El punk de los ochenta, as¨ª como el grunge y el minimalismo noventeros, apostaron por superponer suntuosos vestidos de inspiraci¨®n lencera sobre todo tipo de jers¨¦is o incluso los convirtieron en vestidos por derecho propio. Lo que los angloparlantes bautizar¨ªan como slip dresses no son otra cosa que una adaptaci¨®n de esas combinaciones ¨Cde hecho, se llaman slip o half slip en ingl¨¦s¨C pensada para ense?arse. ?Creo que la combinaci¨®n como la conocemos tiene pocas posibilidades de introducirse en el ropero femenino. Otra cosa bien distinta es que se use como vestido, igual que pasa con los sujetadores, que se han convertido en una prenda exterior similar a los corpi?os?, opina Cristina Soto, experta en historia de la indumentaria.
Hace cinco veranos, los slip dresses volvieron a estar muy de moda gracias a las propuestas ¨Ccon encaje incluido¨C de Phoebe Philo para el a?orado C¨¦line o Calvin Klein, replicadas despu¨¦s por las grandes cadenas de moda r¨¢pida. Los motivos de ¡®sacar¡¯ estas prendas de la intimidad a la calle pasan por ?la carga er¨®tica y sexy que conllevan. La sociedad actual ha revalorizado estos dos componentes, lo er¨®tico y lo sexy, de manera exagerada?, en palabras de Soto. M¨¢s all¨¢ de tendencias veraniegas pasajeras, este tipo de vestidos se han establecido como una categor¨ªa m¨¢s que, como la combinaci¨®n en el sentido m¨¢s ¨ªntimo, no llegar¨¢n a desaparecer del todo.