Dior, cuando la alta costura se hace joya
La creadora Victoire de Castellane deconstruye los c¨®digos cl¨¢sicos de la maison francesa para crear su ¨²ltima colecci¨®n de joyas, Dear Dior.
R¨ªos de diamantes [¡], collares preciosos, decorados con perlas negras e intrincados dise?os?. As¨ª describ¨ªa el maestro Christian Dior las joyas que adornaban las siluetas del desfile de su segunda colecci¨®n, Corolla, en 1947, en la maison de Avenue Montaigne, en Par¨ªs. En realidad, las maniqu¨ªes no llevaban piedras preciosas, ni siquiera perlas aut¨¦nticas. Eran modelos de bisuter¨ªa. Accesorios de moda que hoy, como en un cuento de hadas, Victoire de Castellane convierte en aut¨¦nticas joyas de oro y platino, con turmalinas, diamantes blancos, amarillos y verdes, ¨®palos ¨Csu ...
R¨ªos de diamantes [¡], collares preciosos, decorados con perlas negras e intrincados dise?os?. As¨ª describ¨ªa el maestro Christian Dior las joyas que adornaban las siluetas del desfile de su segunda colecci¨®n, Corolla, en 1947, en la maison de Avenue Montaigne, en Par¨ªs. En realidad, las maniqu¨ªes no llevaban piedras preciosas, ni siquiera perlas aut¨¦nticas. Eran modelos de bisuter¨ªa. Accesorios de moda que hoy, como en un cuento de hadas, Victoire de Castellane convierte en aut¨¦nticas joyas de oro y platino, con turmalinas, diamantes blancos, amarillos y verdes, ¨®palos ¨Csu piedra favorita¨C, esmeraldas, zafiros, tsavoritas¡ Una colecci¨®n multicolor de 20 piezas ¨²nicas (dos brazaletes, 11 anillos y siete pares de pendientes) y 10 dise?os reproducibles, de los que puede existir m¨¢s de una copia ¨Csiempre por encargo¨C.
Victoire es una cuentacuentos en Place Ved?me, un mundo reacio a so?ar con f¨¢bulas fant¨¢sticas. Los mismos joyeros tradicionales que en 1932 exigieron que Chanel desmontara sus piezas de joyer¨ªa, en 1998, cuando Arnaud cre¨® la divisi¨®n de joyas de Dior, tampoco entendieron la visi¨®n on¨ªrica de Victoire. ?El punto de partida para crear una colecci¨®n es siempre una historia?, defiende la dise?adora desde su estudio parisino, rodeada de libros, fotos curiosas, ilustraciones, mu?ecos de peluche, rotuladores de colores, piruletas, fashion toys de vinilo¡ Sus musas son infinitas: ?Exposiciones, pel¨ªculas, arte, la calle, el universo femenino, el amor, la sexualidad, el psicoan¨¢lisis, la vida misma¡?.
Cada joya es un personaje, con nombre y vida propios. Unas veces inspirados en las flores del jard¨ªn de Christian Dior en Milly-la-Flor¨ºt; otras, en los tejidos de sus colecciones o en la trama de las sillas de la maison¡ La ¨²ltima, la primera desde que Simons es director art¨ªstico de la casa francesa, se llama Dear Dior (?querido, Dior?, en espa?ol) y ?podr¨ªa ser el inicio de una carta al creador?, insin¨²a Victoire. ?El primer desfile de alta costura de Simons fue sorprendente, po¨¦tico e inteligente?, asegura la dise?adora. Para ella, el proceso creativo siempre es el mismo. ?Cuando tengo la imagen de una joya en mi cabeza, hago un esbozo r¨¢pido en un Post-it y lo env¨ªo al atelier?. As¨ª se inicia un di¨¢logo entre la creadora y el taller que puede durar hasta 24 meses desde que nace la idea hasta que la pieza est¨¢ terminada y se presenta en la Bienal de Anticuarios de Par¨ªs.
Victoire hered¨® su fascinaci¨®n por la joyer¨ªa de su abuela, Sylvia Hennessy. ?Llevaba joyas a juego con la ropa; y pod¨ªa llegar a cambiarse hasta tres veces en un mismo d¨ªa. Iba siempre impecable. Barra de labios. Laca de u?as, omnipresente en manos y pies. Era hermosa y fascinante. No era una abuela en el sentido cl¨¢sico. Era m¨¢s bien como una hero¨ªna de Hollywood. Buena amiga de Barbara Hutton, una millonaria estadounidense casada con Cary Grant, que llevaba tiaras de esmeraldas durante el d¨ªa y resid¨ªa en un palacio de T¨¢nger. Viv¨ªa en un mundo totalmente exc¨¦ntrico, en el que habitaban escritores, estrellas de Hollywood y dise?adores de moda, incluido el propio Christian Dior. Aquella era la aut¨¦ntica jet-set?, recuerda. Aquellas memorias de infancia dieron forma a su visi¨®n de la moda. Embelesada por el brillo de las joyas de su abuela, admite: ?A trav¨¦s de los ojos de una ni?a, aquellas piedras parec¨ªan enormes?.
Dise?ar siempre ha sido un juego para ella. ?No quiero trabajar, solo quiero divertirme con mis amigos?, le dijo a Lagerfeld cuando ¨¦l le propuso trabajar para Chanel. ?Al final trabaj¨¦ en Chanel 14 a?os?. A la hora de comer, se escapaba de la oficina para ir a joyer¨ªas vintage en busca de piezas ¨²nicas que pudiera personalizar. ?La verdad es que nunca encontr¨¦ ninguna joya que me gustara del todo. Todas me parec¨ªan demasiado peque?as. As¨ª que encargu¨¦ un anillo gigante en un peque?o taller parisino. Y ah¨ª empez¨® todo?, asegura. ?Cuando est¨¢s aburrida y te sientes sola, una joya te protege?, cree. ?Por eso dise?o joyas?.