El ¡®boom¡¯ de la fotograf¨ªa de moda
Durante d¨¦cadas fue considerado un g¨¦nero comercial perteneciente a una disciplina menor. Pero ahora se toma la revancha: los precios se disparan y su prestigio aumenta sin descanso.
?Asiste la fotograf¨ªa de moda a una edad dorada? Todos los indicios apuntan a esta suposici¨®n. Museos e instituciones se abren a los grandes nombres del g¨¦nero con un ¨¦xito inaudito de visitantes y las galer¨ªas de las capitales del arte sacan partido al brillo adquirido por sus jefes de filas, mientras ferias especializadas y casas de subastas registran ingresos de r¨¦cord que, hace tan solo unos a?os, habr¨ªan resultado pura ciencia ficci¨®n. Desde hace media d¨¦cada, las im¨¢genes de estilo han adquirido un nuevo estatus. En la pasada edici¨®n de Paris Photo, encuentro de referencia para el sect...
?Asiste la fotograf¨ªa de moda a una edad dorada? Todos los indicios apuntan a esta suposici¨®n. Museos e instituciones se abren a los grandes nombres del g¨¦nero con un ¨¦xito inaudito de visitantes y las galer¨ªas de las capitales del arte sacan partido al brillo adquirido por sus jefes de filas, mientras ferias especializadas y casas de subastas registran ingresos de r¨¦cord que, hace tan solo unos a?os, habr¨ªan resultado pura ciencia ficci¨®n. Desde hace media d¨¦cada, las im¨¢genes de estilo han adquirido un nuevo estatus. En la pasada edici¨®n de Paris Photo, encuentro de referencia para el sector celebrado a mediados de noviembre en la capital francesa, los pasillos del Grand Palais acogieron una inesperada invasi¨®n de creaciones pertenecientes a esta disciplina, desde?ada durante d¨¦cadas por su vocaci¨®n comercial.
Espacio de la galer¨ªa Camera Work en la misma feria, donde pudieron verse creativos primeros planos de Jeff Koons y Michael Douglas, inmortalizados por Martin Schoeller.
Bastaba observar las ventas cerradas durante la cita para entender que este ramo hab¨ªa dejado de ser menor. Los precios no siempre trascendieron, por exigencia de galeristas y compradores, pero los insiders incluyeron el portfolio que Versace encarg¨® a Richard Avedon en 1992 entre las piezas m¨¢s codiciadas. Esa serie, un suntuoso trabajo en color protagonizado por todas las supermodelos de la ¨¦poca ¨Call¨ª estaban Naomi Campbell, Christy Turlington o Shalom Harlow, pero tambi¨¦n la reci¨¦n descubierta Kate Moss¨C, habr¨ªa sido una de las mejores transacciones de la semana. No demasiado lejos del r¨¦cord registrado en la feria, una imagen de Diane Arbus, quien trabaj¨® como fot¨®grafa para Vogue antes de obtener un pleno reconocimiento como artista. Por uno de sus m¨¢s c¨¦lebres retratos, un coleccionista pag¨® cerca de 400.000 euros en el stand de la galer¨ªa neoyorquina Howard Greenberg.
Hasta hace muy pocos a?os, nadie hubiera abonado cantidades similares por una instant¨¢nea de moda. ?Esa percepci¨®n ha cambiado profundamente?, opina la directora de la Gagosian Gallery en Par¨ªs, Serena Cattaneo Adorno. ?En estas fotos ya no vemos la voluntad de vender vestidos, sino una cualidad mucho m¨¢s abstracta, as¨ª como el genio de quien las cre¨®?. Nada que ver con aquella funcional ?fotograf¨ªa de la vestimenta? que describi¨® Roland Barthes en los 60.
Fotograf¨ªa de Giovanni Gastel, realizada en Roma, en 2008. Fue una de las im¨¢genes destacadas del ¨²ltimo Paris Photo.
Paris Photo
El caso de Richard Avedon resulta paradigm¨¢tico. En los 12 meses que sucedieron a su muerte en 2004, el precio de su obra se multiplic¨® por 10. Al llegar a 2011, el coste medio de sus instant¨¢neas hab¨ªa aumentado un 89%. En 2010, la venta de sus fotograf¨ªas gener¨® casi 6 millones de euros. El a?o anterior, solo hab¨ªa sumado 2 millones.
Entre la lista de nombres que asisten a una inesperada revaloraci¨®n tambi¨¦n se encuentra Irving Penn, otro legendario fot¨®grafo de Vogue que falleci¨® en 2009, ultracotizado gracias a sus series de moda, pero tambi¨¦n a sus naturalezas muertas. Por una de ellas, se desembolsaron en julio 380.000 euros en una subasta neoyorquina. El valor total de las obras de Penn vendidas supera este a?o los 4 millones y lo sit¨²a como el tercer fot¨®grafo m¨¢s cotizado de 2014, tras Richard Prince y Cindy Sherman. Aunque puede que Helmut Newton, desaparecido en 2004, fuera el primero en romper la barrera de precios que demostraba el desd¨¦n por el g¨¦nero. En 2008, un coleccionista pag¨® 535.000 euros por Sie Kommen, un d¨ªptico de 1981 donde sus modelos aparec¨ªan desnudas y vestidas en dos im¨¢genes id¨¦nticas. Newton, portaestandarte de un erotismo elegante y digerible, sigue bien posicionado. Hace unos meses, su serie Private Property se comercializ¨® por m¨¢s de 314.000 euros.
Charles Jourdan Fall (1977), de la exposici¨®n Guy Bourdin: Image Maker. En la Somerset House hasta el 15 de marzo
Somerset House, Guy Bourdin
Entre los profesionales vivos, solo el alem¨¢n Peter Lindbergh roza ese mismo estatus estelar. Por sus series en un reconocible blanco y negro de textura bruta, fechadas entre 1990 y 2002, se pagaron entre 12.500 y 40.000 euros en Paris Photo. Se trataba de cifras destacables, aunque alejadas de su marca personal: 120.000 euros por un retrato de Amber Valletta. Sus im¨¢genes de los 90 son especialmente perseguidas, al estar protagonizadas por personalidades tan reconocibles como las supermodelos y remitir a un tiempo pasado idealizado en el imaginario estil¨ªstico. ?La fotograf¨ªa de moda permite observar un cuadro sociol¨®gico de cada momento hist¨®rico. No solo se refiere a un momento en el tiempo, sino tambi¨¦n a un est¨¢ndar sobre el gusto de la ¨¦poca?, ha expresado el jefe de fotograf¨ªa de Christie¡¯s, Alexander Montague-Sparey.
Una compra (relativamente) asequible. A pesar de la espectacularidad de las cantidades, este g¨¦nero es en realidad un mercado tirando a barato. ?Los precios son dispares. Pese a las apariencias, se trata de un sector que seduce a los coleccionistas j¨®venes o con presupuestos limitados, que persiguen el valor de una imagen a largo t¨¦rmino? , apunta David Peckman, director de la Hamiltons Gallery, que representa el legado de Penn, Newton y Horst P. Horst, pero tambi¨¦n a Annie Leibovitz, Herb Ritts, Albert Watson y valores pujantes como Cathleen Naundorf y Erwin Olaf. Algunos resultan prohibitivos, aunque no toda su obra lo sea. El ¨²ltimo informe de Artprice sobre el estado del arte contempor¨¢neo, aparecido en septiembre, apuntaba a la fotograf¨ªa como un ?hervidero de trabajo asequible?. En comparaci¨®n, por una obra de Jeff Koons se han pagado este a?o 39 millones de euros. Es decir, cerca de 40 veces m¨¢s que el valor m¨¢ximo registrado por una imagen de moda: en 2010, Dior pag¨® 1 mill¨®n de euros por Dovima with Elephants, m¨ªtica composici¨®n firmada por Avedon en 1955. ?Incluso los profesionales m¨¢s c¨¦lebres cuentan con im¨¢genes de menos de 5.000 d¨®lares [4.040 euros], incluidos Man Ray, Helmut Newton e Irving Penn?, afirmaba el estudio. La galer¨ªa berlinesa Camera Work, igualmente especializada en esta disciplina gr¨¢fica, representa a fot¨®grafos como Michel Comte (73.500 euros por su desnudo de Carla Bruni en 2008), Martin Schoeller (32.400 euros por un primer plano de Angelina Jolie en 2010) o Patrick Demarchelier, que suele sumar un m¨ªnimo de 20.000 euros por cualquiera de sus obras. ?La foto de estilo resulta accesible, logra seducir a p¨²blicos distintos y vende enso?aci¨®n en tiempos deprimidos. Casi todos los espectadores pueden interactuar con estos trabajos?, afirma su director, Benjamin J?ger, para justificar su ¨¦xito.
Dress by Hattie Carnegie (1939), presente en la muestra Horst: Photographer of Style del Victoria and Albert Museum (hasta el 4 enero).
Exposiciones que entran por los ojos. Incluso los museos, tradicionalmente reacios a abrir las colecciones p¨²blicas a la imagen de moda, empiezan a cambiar de opini¨®n. Instituciones estadounidenses como el Smithsonian de Washington dicen interesarse por ella por primera vez. ?Cada vez nos abrimos m¨¢s al g¨¦nero porque hemos pasado de un arte m¨¢s conceptual y abstracto a una cultura visual que lo absorbe todo?, afirm¨® su directora, Elizabeth Broun, al New York Times. Discretamente, el MoMA neoyorquino tambi¨¦n mueve ficha. Entre sus ¨²ltimas adquisiciones se encuentran obras de la estadounidense Collier Schorr, que empez¨® como fot¨®grafa para campa?as de Calvin Klein y luego trabaj¨® para Bottega Veneta, Comme des Gar?ons o Victoria¡¯s Secret, adem¨¢s de realizar editoriales de moda para revistas como Vogue, i-D o Dazed.
?Ser¨ªa falso decir que la foto de moda es nuestra prioridad, pero tampoco existe animadversi¨®n alguna. Grandes profesionales que han trabajado en este sector, de Man Ray a Juergen Teller, est¨¢n representados en nuestra colecci¨®n. Otros lo estar¨¢n en el futuro?, aclara el director de su departamento fotogr¨¢fico, Quentin Bajac, para quien la relaci¨®n que une a moda y fotograf¨ªa ?responde a una tradici¨®n hist¨®rica?, aunque el actual boom responda, en parte, ?a la nueva proximidad entre el arte y las marcas de lujo?. Basta con regresar al lugar donde empezamos el recorrido para demostrarlo: el patrocinador principal de Paris Photo no era otro que Giorgio Armani.
Deep Blue del espa?ol Manuel Outumuro, expuesta en Paris Photo el pasado noviembre.
Paris Photo
Erwin Olaf es uno de los valores en alza.