El hombre que pone la banda sonora de los desfiles
Michel Gaubert es el gran desconocido de la industria. Sin embargo, no hay marca famosa que no haya contado con sus remezclas en las pasarelas.
Hubo un tiempo en que las pasarelas eran una fiesta en sentido literal. Una ¨¦poca, los ochenta, en la que dise?adores como Thierry Mugler vend¨ªan miles de entradas para desfiles que se parec¨ªan m¨¢s a conciertos que al espect¨¢culo de celebridades al que hoy estamos acostumbrados. El Paris de Mugler, de Montana o Kenzo era tambi¨¦n el de las juergas infinitas, el del auge de los DJ¡¯s y el del ascenso de Karl Lagerfeld.
Estos dos ¨²ltimos hechos, aparentemente inconexos, dieron lugar a una de las pocas alianzas duraderas que se establecen en la industria de la moda. En uno de los miles de...
Hubo un tiempo en que las pasarelas eran una fiesta en sentido literal. Una ¨¦poca, los ochenta, en la que dise?adores como Thierry Mugler vend¨ªan miles de entradas para desfiles que se parec¨ªan m¨¢s a conciertos que al espect¨¢culo de celebridades al que hoy estamos acostumbrados. El Paris de Mugler, de Montana o Kenzo era tambi¨¦n el de las juergas infinitas, el del auge de los DJ¡¯s y el del ascenso de Karl Lagerfeld.
Estos dos ¨²ltimos hechos, aparentemente inconexos, dieron lugar a una de las pocas alianzas duraderas que se establecen en la industria de la moda. En uno de los miles de saraos celebrados a finales de los 70 en Le Palace (algo as¨ª como el Studio 54 a la francesa), el modisto alem¨¢n conoci¨® a Michel Gaubert, un joven coleccionista de vinilos que trabajaba importando piezas para la tienda Champ Disques y hac¨ªa sus pinitos en el ¨¢mbito de las remezclas. Lagerfeld, mel¨®mano reconocido, le pidi¨® consejo y acudi¨® en repetidas ocasiones al establecimiento para seguir sus recomendaciones. Poco tiempo despu¨¦s, eran amigos. Hoy Gaubert pone la m¨²sica a los desfiles de Chanel. Lleva dos d¨¦cadas haci¨¦ndolo. En ese tiempo, su eclecticismo a la hora de mezclar sonidos industriales, voces, m¨²sica cl¨¢sica o rock de los setenta le ha un asiduo a las presentaciones de Balenciaga, Viktor & Rolf, ?scar de la Renta, Louis Vuitton y casi todas las firmas que puedan nombrarse. Lagerfeld es famoso, entre muchas otras cosas, por cambiar su pandilla de colaboradores y musos en muy breves lapsos de tiempo. Este DJ, o como el dise?ador le llama, ¡°estilista del sonido¡±, es la excepci¨®n.
¡°Como dise?ador de sonidos, me interesa m¨¢s la m¨²sica en tanto que crea un estado de ¨¢nimo o subraya una imagen, m¨¢s que como algo capaz de hacer a la gente bailar. La m¨²sica da pistas del concepto de una colecci¨®n¡±, afirm¨® en una ocasi¨®n en la revista Interview. Y, como dise?ador de sonidos, no tiene reparos en dejar sus preferencias al margen y ce?irse a la identidad de cada pasarela. Salta de Phillip Glass a Bowie, los ruidos de la maquinaria, Rufus Wainwright, drum and bass, remezclas de electr¨®nica para m¨ªtica tienda Colette o incluso una enorme orquesta sinf¨®nica, como aquella que organiz¨® para el desfile de Chanel del verano de 2011. Su capacidad para enlazar ritmos y prendas es tal que el nombre de Gaubert en la nota de prensa de una colecci¨®n se ha convertido en una garant¨ªa de que la marca en cuesti¨®n juega en la primera divisi¨®n de la industria. Al fin y al cabo, es el ¨²nico DJ que aparece en la lista de los 500 personajes m¨¢s influyentes de la moda que realiza anualmente la web Business of Fashion.
Tambi¨¦n es el ¨²nico en haber dise?ado una colecci¨®n c¨¢psula (lo hizo junto a Longchamp en 2007) gracias a su fama profesional y no a su perfil medi¨¢tico. Porque, curiosamente, Gaubert es est¨¦tica y personalmente lo opuesto a la moda. No lleva piezas estridentes ni se adorna para ir a un desfile, tampoco ofrece declaraciones pol¨¦micas ni opina sobre el sector. En su lugar, prefiere ironizar con este ¨¢mbito a trav¨¦s de su Instagram, que suma 97.000 seguidores. ¡°Sobre anoche #estoesMil¨¢n¡± escribi¨® hace unos d¨ªas bajo la imagen cortada de una modelo tumbada en la carretera. Aunque parezca incre¨ªble, en la moda no hace falta ser medi¨¢tico para ser imprescindible. Y Gaubert es el claro ejemplo.
Gaubert, en un desfile de Lacoste en 2011.
Cordon Press