?Es Stella McCartney m¨¢s popular que su padre?
Las famosas llevan sus dise?os aunque tengan que repetir modelo o coincidir con otras. Es la dise?adora del momento. Diseccionamos su ¨¦xito.
Hace unos d¨ªas en la boutique Stella McCartney de Los ?ngeles se celebr¨® uno de esos saraos de flashes, famoseo y photo call. Con Gwyneth Paltrow, Miranda Kerr, Gwen Stefani y? Reese Witherspoon luciendo encantad¨ªsimas prendas de la dise?adora. Otro evento m¨¢s de la agenda de festejos del Olimpo de la moda. Pues no: en realidad la fiesta era para otro McCartney. Para Paul, el Beatle, la leyenda viva que presentaba el v¨ªdeo del sencillo My Valentine, en la tienda de uno de sus reto?o. Cualquiera lo dir¨ªa.
Stella McCartney? es ya algo m¨¢s que la hija de Paul....
Hace unos d¨ªas en la boutique Stella McCartney de Los ?ngeles se celebr¨® uno de esos saraos de flashes, famoseo y photo call. Con Gwyneth Paltrow, Miranda Kerr, Gwen Stefani y? Reese Witherspoon luciendo encantad¨ªsimas prendas de la dise?adora. Otro evento m¨¢s de la agenda de festejos del Olimpo de la moda. Pues no: en realidad la fiesta era para otro McCartney. Para Paul, el Beatle, la leyenda viva que presentaba el v¨ªdeo del sencillo My Valentine, en la tienda de uno de sus reto?o. Cualquiera lo dir¨ªa.
Stella McCartney? es ya algo m¨¢s que la hija de Paul. Gracias a una combinaci¨®n de cuna, capacidad para relacionarse y tenacidad se ha posicionado como una de las mujeres m¨¢s influyentes de la industria de la moda. Su firma incluye colecciones para mujer, ni?os, l¨ªnea deportiva y de accesorios, lencer¨ªa y cosm¨¦tica. Vende online y prepara una expansi¨®n que empieza por una boutique en Barcelona.? Stella McCartney forma parte del conglomerado de lujo PPR dirigido por Fran?ois-Henri Pinault.? Eso significa que ocupa un gran espacio en la industria del lujo. Y siendo fiel a su compromiso de no utilizar cuero.
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Liv Tyler y Kate Winslet comparten gustos
Gtresonline
A los 40 a?os, la creadora vive un momento especialmente bueno. Ha dise?ado el uniforme ol¨ªmpico del equipo brit¨¢nico. En su cena-presentaci¨®n de la colecci¨®n c¨¢psula durante la semana de la moda de Londres demostr¨® que con un chasquido de dedos es capaz de un gran poder de convocatoria y de convencer a las tops para que participen en una coreograf¨ªa de danza contempor¨¢nea.
Maduras o novatas, estrellas oscarizadas o presentadoras televisivas: todas quieren ser chicas McCartney.? Kate Winslet se pasea cual reinona con vestidos muy similares dos temporadas seguidas. Kate Moss y Yasmin Le Bon acudieron pr¨¢cticamente iguales a una fiesta. Poco importa si otra famosa se haya puesto el modelito antes. El caso es llevar un McCartney. La dise?adora ha conseguido que lo que antes se consideraba una metedura de pata ahora sea un gal¨®n.
Gwen Stefani, con el guapo subido en la presentaci¨®n de ¡®My Valentine¡¯
Getty
Una popularidad sorprendente sobre todo si se tiene en cuenta que sus vestidos no son de los m¨¢s fotog¨¦nicos de la alfombra roja. Haciendo memoria llegamos hasta 2001, cuando Stella le chaf¨® la nominaci¨®n a los Oscars a? Kate Hudson. El culpable fue un indigesto vestido gris con capa de flecos. La actriz, en lugar de gozar de un momento de gloria, encabez¨® la lista de las peores vestidas Hudson, once a?os m¨¢s tarde, perdona p¨²blicamente a su amiga.
El ¨¦xito de McCartney no se entiende sin valorar su carisma personal y ese antojo que colea desde el colegio de formar parte de la pandilla de las elegidas. Su imagen de madre trabajadora con cuatro hijos peque?os, vegetariana, con vida glamurosa y con casa en el campo es su mejor publicidad. Apela como nadie a esa fantas¨ªa tan contempor¨¢nea de la vida familiar con conciencia ecol¨®gica que hace hueco a las copas de champ¨¢n.?
Aunque nunca le faltaron medios econ¨®micos o contactos la dise?adora brit¨¢nica no ha presumido de buena reputaci¨®n durante toda su carrera. ¡°Han contratado a un nombre conocido en la m¨²sica, no en la moda¡± solt¨® un viperino Karl Lagerfeld cuando McCartney fue nombrada a los 25 a?os directora creativa de Chlo¨¦ (el responsable fue Mounir Moufarrige el mismo que estrell¨® a Lindsay Lohan en Ungaro).
Su colecci¨®n de debut bajo su propio nombre, repleta de camisetas con esl¨®ganes y vestidos provocativos fue un clamoroso fracaso de cr¨ªtica. ¡°Claramente no cumple los m¨ªnimos requisitos t¨¦cnicos y creativos que se esperan de una firma del grupo¡± dispar¨® Style.com en 2001.
La modelo Liberty Ross con uno de los vestidos de esta temporada primavera-verano
Getty
En su tienda de Londres es evidente que McCartney ha aprendido mucho. Es un espacio luminoso y? como su ropa, chic ligero y con sentido del humor. Turistas italianos toquetean gafas de sol, las paredes est¨¢n cubiertas con un papel de monos haciendo moner¨ªas y diversos colgantes, amuletos o recortables.; El vestido de ilusi¨®n ¨®ptica favorito de Kate Winslet est¨¢ colgado sobre la caja y la colecci¨®n de este verano -esa que trae de cabeza a las famosas- ocupa un lugar de honor.??
All¨ª est¨¢ colgado uno de los vestidos m¨¢s fotografiado: estampado, corto, estrecho y con transparencias.? Casi nada. Su precio, unos desmedidos 3.300 euros. Encima, promete ser un modelo despiadado. En el probador las cosas mejoran. La tela se pega en los lugares justos: m¨¢s que apretar, realza y arca con tanta gracia la uni¨®n entre cadera y cintura que hasta se le perdona que delate tripa. Las aberturas est¨¢n en lugares estrat¨¦gicos que no se deforman con el movimiento. Es un vestido (relativamente) c¨®modo, sexy pero no vulgar y desenfadado sin caer lo excesivamente juvenil.
¡°Todo est¨¢ muy bien pensado¡± comenta la dependienta.¡±Esta colecci¨®n es cara pero est¨¢ fabricada con muchos detalles. Contiene pantalones, chaquetas vestidos de manga larga o con encajes discretos. Se la llevan mujeres de todas las edades.¡±
Ese es el secreto de Stella McCartney. Ser¨¢ una ni?a de pap¨¢, no llegar¨¢ a genio de la aguja, pero no cabe duda que sabe lo que desean las mujeres.
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