De Liz Taylor a Beyonc¨¦: los mensajes ocultos que esconde el estampado de leopardo
Dior lo introdujo en la moda y de ah¨ª no se ha movido en 70 a?os. Una exposici¨®n da cuenta de todos las vertientes del estampado m¨¢s irreductible.
Elizabeth Taylor, Jayne Mansfield, Mel B, Donnatella Versace, Peggy Bundy de Matrimonio con hijos, la nanny, Debbie Harry, Roc¨ªo Jurado, Bettie Page, Kate Moss¡si algo tienen en com¨²n las mujeres que m¨¢s r¨¢pidamente asociamos con el estampado de leopardo es que no se arredran f¨¢cilmente. Cierto que hay im¨¢genes de Jackie Kennedy con abrigo de motitas, Audrey Hepburn con el sombrero-pastillero en Charada y hasta una ...
Elizabeth Taylor, Jayne Mansfield, Mel B, Donnatella Versace, Peggy Bundy de Matrimonio con hijos, la nanny, Debbie Harry, Roc¨ªo Jurado, Bettie Page, Kate Moss¡si algo tienen en com¨²n las mujeres que m¨¢s r¨¢pidamente asociamos con el estampado de leopardo es que no se arredran f¨¢cilmente. Cierto que hay im¨¢genes de Jackie Kennedy con abrigo de motitas, Audrey Hepburn con el sombrero-pastillero en Charada y hasta una foto poco vista de la reina Isabel II con abrigo de leopardo, pero ellas jam¨¢s se meter¨ªan en una piscina con pendientazos de oro y brillantes ni vestir¨ªan a su beb¨¦ a juego, de leopard¨ªsimo, como hizo en su d¨ªa la Taylor.
La fot¨®grafa de origen haitiano-canadiense ?milie Regnier ha dedicado a?os a fotografiar a amantes del leopardo en una serie de retratos que se expone ahora en el Bronx Documentary Center de Nueva York bajo el t¨ªtulo De Mobutu a Beyonc¨¦. Tras toparse con una mujer con un ropaje africano en Par¨ªs, Regnier se dio cuenta de la universalidad del leopardo y decidi¨® salir a cazarlo, desde Texas hasta Johannesburgo. Los textos de la exposici¨®n subrayan que en los pa¨ªses donde los felinos han vagado libremente, sus pieles siempre han tenido una marca de poder¨ªo. En Sur¨¢frica, la piel de leopardo distingu¨ªa a la aristocracia Zul¨² y, aunque en Occidente el estampado se asocia con una sexualidad femenina explosiva, en varias regiones africanas tiene que ver sobre todo con el poder masculino. Joseph Mobutu, que da t¨ªtulo a la muestra, domin¨® y aterr¨® al Congo durante m¨¢s de 30 a?os y en sus retratos oficiales el leopardo ten¨ªa un papel fundamental. Regnier encontr¨® en la Kinshasa actual a un imitador de Mobutu que se pasea por la ciudad con un gorro de leopardo.
Recorrer el mundo en busca de amantes del leopardo le permiti¨® a la fot¨®grafa dar con personajes de lo m¨¢s colorido, como Arielle Dombasle, la artista francesa de cabaret casada con el fil¨®sofo Bernard Henry-L¨¦vi, que pos¨® sobre una piel animal en el Museo de la Caza y la Naturaleza de Par¨ªs, a Larry, un nativo de Texas que ha tatuado todo su cuerpo con motas de leopardo en un intento de fundirse con el reino animal.
Para algunas mujeres y no pocos hombres, el estampado de leopardo es ¡°un b¨¢sico neutral¡±, como dice Caitlin Moran en C¨®mo ser mujer (Anagrama), cachonde¨¢ndose de los art¨ªculos que peri¨®dicamente recomiendan tener ¡°una camisa blanca, un par de mocasines, un jersey de cashmere y un vestidito negro en el armario¡±. Pero su introducci¨®n en el vestuario femenino occidental no se produjo hasta 1947, cuando un inspirado Christian Dior ide¨® ese dibujo en la tela para su colecci¨®n de primavera/verano. Antes, Jeanne Paquin hab¨ªa creado abrigos de verdadero leopardo en los a?os 20 y 30 y las m¨¢s osadas flappers se hab¨ªan atrevido con ellos, pero Monsieur Dior lo dom¨¦stic¨® y lo alej¨® de la peleter¨ªa con dos vestidos de esa colecci¨®n hist¨®rica a los que puso nombres algo colonialistas: Jungle y Africa.
En el rapto animal¨ªstico de Dior tuvo mucho que ver su estilista y principal colaboradora, Mitzah Bricard, una de esas mujeres de or¨ªgenes, edad e ingresos indescifrables ¨Ccomo tantas, dec¨ªa ser una princesa rusa, aunque pod¨ªa ser h¨²ngara o austr¨ªaca¨C que se dejaban caer por Par¨ªs a mediados de siglo pasado, y a la que llamaban ¡°la mujer pantera¡± por su afici¨®n al animal print. Raf Simons era consciente de esa parte del legado de Dior y en 2015, mientras era director creativo de la casa, convirti¨® el estampado de leopardo en algo casi abstracto, con las manchas convertidas en amebas, y lo alej¨® as¨ª del vocabulario habitual que suele utilizar este estampado, el del sexy sin paliativos de Dolce & Gabbana y Roberto Cavalli. Como Simons, tambi¨¦n Acne Studios, la marca que mejor encarna el cool escandinavo, ha sabido darle otros usos al estampado.
La met¨¢fora es facilona pero irresistible: el leopardo usa sus manchas para camuflarse temporada tras temporada. Le sirve lo mismo a Alexa Chung, que hace un par de temporadas puso a toda la industria de la fast fashion a copiar a toda prisa su abrigo de Shrimps, que a Beyonc¨¦, que en la gira de Lemonade ha llevado en varias actuaciones un abrigo de leopardo de Tom Ford (todo power dressing) encima de un body de pit¨®n, dejando claro que las normas del tipo ¡°no mezclar animal con animal¡± no est¨¢n hechas para ella. Transicion¨® tranquilamente del abrigo de Anne Bancroft en El graduado, donde el leopardo significaba poder pero tambi¨¦n vieja guardia, a las mallas de Debbie Harry y siempre habr¨¢ mujeres que se opongan a ¨¦l en todas sus versiones. El leopardo es vers¨¢til, pero no para todo el mundo.