¡®Bitch¡¯, el ¨¦xito de Meredith Brooks que se reapropi¨® un insulto en clave pop mucho antes de ¡®Zorra¡¯
En 1997, cansada de ser ignorada por la industria, la artista hall¨® en la compositora Shelly Peiken su mejor aliada. Ambas volcaron su frustraci¨®n en un tema que, d¨¦cadas despu¨¦s, sigue m¨¢s vigente que nunca
La compositora Shelly Peiken no estaba pasando por un buen momento a mediados de los noventa. A pesar de que llevaba diez a?os escribiendo canciones para artistas como Tommy Page, Samantha Fox o C¨¦line Dion, jam¨¢s hab¨ªa conseguido un sencillo de ¨¦xito que sonara en la radiof¨®rmula. Desencantada de la industria, y con serios problemas para pagar las facturas, se plante¨® tirar la toalla y volver a trabajar de camarera. Pero justo antes de claudicar, canaliz¨® toda su frustraci¨®n en Bitch, el tema que en 1997 puso en el mapa a la tambi¨¦n estadounidense ...
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La compositora Shelly Peiken no estaba pasando por un buen momento a mediados de los noventa. A pesar de que llevaba diez a?os escribiendo canciones para artistas como Tommy Page, Samantha Fox o C¨¦line Dion, jam¨¢s hab¨ªa conseguido un sencillo de ¨¦xito que sonara en la radiof¨®rmula. Desencantada de la industria, y con serios problemas para pagar las facturas, se plante¨® tirar la toalla y volver a trabajar de camarera. Pero justo antes de claudicar, canaliz¨® toda su frustraci¨®n en Bitch, el tema que en 1997 puso en el mapa a la tambi¨¦n estadounidense Meredith Brooks.
¡°Regresaba a casa despu¨¦s de una sesi¨®n, en pleno s¨ªndrome premenstrual y an¨ªmicamente muy baja, y me dije: ¡®?Qu¨¦ estoy haciendo?¡¯. Mi pobre novio, con quien entonces viv¨ªa y ahora estoy casada, iba a tener que lidiar con todo eso cuando llegara. Me quiere tal como soy y pens¨¦: ¡®Incluso me ama cuando puedo ser una perra¡¯. Mi pensamiento, con ese ¨¢nimo, fue: ¡®Odio el mundo hoy¡¯. Esa fue la primera l¨ªnea. De inmediato me vino a la mente Meredith, una artista que me hab¨ªan presentado recientemente. Ella ten¨ªa mucho coraje y sab¨ªa que pod¨ªa relacionarse con esta idea¡±, relat¨® Peiken en 2018 al diario The Tennessean, donde adem¨¢s desvel¨® que la primera vez que hablaron por tel¨¦fono ya le plante¨® el controvertido t¨ªtulo: bitch, en espa?ol, puede traducirse como perra o zorra.
Ambas pensaron en la posibilidad de que ninguna radio se atreviera a reproducirla, pero aun as¨ª decidieron escribirla a cuatro manos ¡°porque as¨ª es c¨®mo nos sent¨ªamos¡±. Brooks no ten¨ªa nada que perder. Las dos bandas femeninas de las que hab¨ªa formado parte, Sapphire (activa de 1976 a 1982) y The Graces (entre 1987 y 1991), junto a la cantante Gia Ciambotti y la ex The Go-Go¡¯s Charlotte Caffey, nunca despuntaron. Y su primer ¨¢lbum hom¨®nimo en solitario, editado en 1986, hab¨ªa sido ninguneado por la cr¨ªtica y el p¨²blico. Como Peiken confes¨® tiempo m¨¢s tarde, esa retah¨ªla de fracasos la convirtieron en la candidata perfecta para interpretarla. Su futuro en la m¨²sica pend¨ªa de un hilo y, al igual que ella, su descontento con la industria no hab¨ªa hecho m¨¢s que agudizarse esos a?os.
¡°Meredith ten¨ªa un contrato de desarrollo con Interscope Records. Estaba escribiendo y presentando canciones, y ellos segu¨ªan desestim¨¢ndolas. Creo que le quedaba una m¨¢s y si la rechazaban ten¨ªa que irse. La escribimos juntas de principio a fin. Cogi¨® una guitarra ac¨²stica y, sinceramente, fue como jugar al ping-pong. As¨ª es como deber¨ªa ser: alguien dice una l¨ªnea y te hace pensar en otra. Cuando terminamos, est¨¢bamos emocionadas, pero nunca me gusta hacerme muchas ilusiones porque este negocio est¨¢ lleno de decepciones. Grab¨® una maqueta, la llev¨® a Interscope, ?y la rechazaron! Su m¨¢nager, enseguida, subi¨® al coche y se dirigi¨® a Capitol Records. Ese mismo d¨ªa la ficharon¡±.
Publicada el 25 de marzo de 1997 como primer adelanto del segundo largo de Brooks, Blurring the Edges, Bitch permaneci¨® aquel verano durante cuatro semanas en el segundo puesto del Billboard Hot 100, la lista de singles estadounidense. De no haber sido por I¡¯ll Be Missing You, de Puff Daddy, probablemente hubiese alcanzado la cima. Ahora bien, sucedi¨® algo que ninguna de las dos contempl¨®: las emisoras de radio y la MTV no censuraron ni una sola palabra. Ni siquiera el t¨ªtulo. Como acaba de ocurrir con Zorra de Nebulossa, la mayor¨ªa del p¨²blico entendi¨® a la primera el mensaje que buscaban transmitir. ¡°Las mujeres somos complejas. No somos bidimensionales, y los hombres que merecen estar a nuestro lado lo saben y lo aprecian. De hecho, lo celebran. Bitch fue un reconocimiento a esa complejidad¡±, declar¨® al respecto Peiken en una entrevista concedida en 2020.
En realidad, la reapropiaci¨®n de dicho insulto en una muestra de fuerza, sororidad y empoderamiento no era una novedad en 1997. Ante el agresivo tenor que el t¨¦rmino bitch adquiri¨® en los ochenta por parte del hip hop, en general, y el gangsta rap, en particular, una nueva ola de artistas femeninas rechaz¨® frontalmente sus connotaciones negativas en la primera mitad de los noventa. Raperas como Queen Latifah (U.N.I.T.Y., 1993), Salt-N-Pepa (Big Shot, 1993) o Lil Kim (Queen Bitch, 1996) abrazaron la palabra como un grito de guerra contra el lenguaje de la misoginia. Visto en perspectiva, fueron las pioneras. Sin embargo, eso no resta m¨¦ritos a Peiken y Brooks: Bitch fue de las primeras canciones propiamente pop, e interpretada por una mujer blanca, que contribuy¨® a dar un giro positivo al vocablo.
M¨¢s que el t¨ªtulo o su estribillo en s¨ª, lo que tem¨ªan en los despachos de Capitol Records semanas antes del lanzamiento era un asunto menor. ¡°Cuando la escuch¨¦ por primera vez, pens¨¦: ¡®Suena genial y es muy pegadiza. Esto es un ¨¦xito rotundo¡¯. Pero luego sent¨ª cierta ansiedad porque imagin¨¦ que la comparar¨ªan con Alanis Morissette debido a que comparten algunos rasgos similares. Primero, es una mujer. Y segundo, tiene una letra que te obliga a prestar atenci¨®n¡±, asever¨® entonces Perry Watts-Russell, el ejecutivo que fich¨® a Brooks, en Los Angeles Times. A ella aquello le pill¨® por sorpresa: ¡°Estaba tan preocupada de que la gente me criticara por la influencia de Chrissie Hynde¡ y luego esto. Es como si alguien me hubiera gastado una broma¡±.
Brooks despach¨® cerca de tres millones de copias de Blurring the Edges y recibi¨® dos nominaciones a los Grammy por Bitch. Edit¨® tres discos m¨¢s (el ¨²ltimo, If I Could Be¡, era un compendio de canciones infantiles que grab¨® en 2007 despu¨¦s de dar a luz a su primer hijo), pero nunca igual¨® el triunfo de su tema estrella. Hoy en d¨ªa es considerada una one hit wonder. O lo que es lo mismo, una artista de un solo ¨¦xito. A Peiken, por su parte, las cosas le fueron mucho mejor. Tras obtener su ansiado primer n¨²mero uno en 1999 como coautora de What a Girls Wants, de Christina Aguilera, su carrera despeg¨®. Entre otros, ha trabajado con nombres de la talla de Backstreet Boys, Britney Spears, Miley Cyrus o Cher. No obstante, como escribi¨® en sus memorias de 2018, Confessions of a Serial Songwriter, ¡°Bitch realmente salv¨® mi vida¡±.