Carmen Machi: ?Esperaba m¨¢s de la izquierda. Hemos retrocedido mucho?
Juntamos a Carmen Machi y a Terele P¨¢vez, que interpretan a dos prostitutas madre e hija en La puerta abierta, para hablar de cine y pol¨ªtica. Ninguna de las dos tienen pelos en la lengua. As¨ª que prep¨¢rense.
Coinciden por primera vez en la ¨®pera prima de la directora Marina Seresesky, La puerta abierta, donde interpretan a dos prostitutas desgarradas. Una es la madre senil y rencorosa; la otra, la hija seca y amargada. Es una comedia tr¨¢gica para dos actrices descomunales que entran en el escenario con la humildad del que se sube a un andamio.
El personaje de la madre estaba escrito para la fallecida Amparo Bar¨®, quien eligi¨® a su amiga Terele P¨¢vez para sustituirla. Machi asegura que Bar¨® acert¨®: ?...
Coinciden por primera vez en la ¨®pera prima de la directora Marina Seresesky, La puerta abierta, donde interpretan a dos prostitutas desgarradas. Una es la madre senil y rencorosa; la otra, la hija seca y amargada. Es una comedia tr¨¢gica para dos actrices descomunales que entran en el escenario con la humildad del que se sube a un andamio.
El personaje de la madre estaba escrito para la fallecida Amparo Bar¨®, quien eligi¨® a su amiga Terele P¨¢vez para sustituirla. Machi asegura que Bar¨® acert¨®: ?Me asombr¨¦ cuando Terele se sent¨® en esa silla de ruedas y se meti¨® en ese personaje de Antonia, que es un calco de ella misma. Es una gran actriz porque se abre de par en par. Es una fuente de sabidur¨ªa, un pedazo de animal a todos los niveles, que dice y hace lo que le da la gana. Nuestro idioma com¨²n es la franqueza. Nos encontramos muy bien juntas porque ya nos hemos dicho de todo?. En la sesi¨®n de fotos se nota esa cercan¨ªa: Machi, de 52 a?os, y P¨¢vez, de 77, se tocan y posan sin afectaci¨®n alguna. Su qu¨ªmica es tan aut¨¦ntica que ?lex de la Iglesia las ha fichado para Mi gran noche (2015) y El bar (2017), en esta ¨²ltima las veremos en un mano a mano en toda regla.
En cuanto pueden, salen a fumar con complicidad. ?Lo nuestro fue un flechazo. Las dos coincidimos en la esencia del oficio. Para m¨ª ser actriz no reside en la fuerza interior, sino en el amor. Es imposible contar nada si no te entregas al personaje?, dice P¨¢vez, quien adem¨¢s no para de agradecer, entre carcajadas, que por una vez salga guapa en las fotos: ?Siempre hago de bruja o de pobre. La gente me dice que al natural valgo m¨¢s que en las pel¨ªculas?. Machi cumple ¨®rdenes del fot¨®grafo y reflexiona sobre los c¨¢nones de belleza: ?Mi f¨ªsico vulgar me ha favorecido. De hecho, a medida que cumplo a?os me llegan papeles m¨¢s interesantes. Creo que es importante entregar a los personajes no solo lo mejor de ti, sino lo peor, y tambi¨¦n hablo de lo f¨ªsico. Uno tiene que regalarles lo que necesitan y no tener miedo de ense?ar lo malo. Cuando yo hice A¨ªda, le puse unos michelines que hubiera querido ocultar y forc¨¦ mi espalda para mostrar a una mujer que lleva el peso de una familia en la chepa, que est¨¢ fregando y agachada, y te aseguro que no es mi actitud corporal. No hay que tener miedo de mostrar lo que no te gusta, hay que rebuscar dentro de una misma y d¨¢rselo a ellas?.
Las dos hablan de su oficio con sobriedad y entusiasmo. Son conscientes de la dificultad y el milagro que supone seguir trabajando en este pa¨ªs tan reacio a reconocer el talento. Machi lo dice sin remilgos: ?Espa?a es un pa¨ªs raro, muy ingrato. Mira lo que le pasa a Nadal, yo admiro profundamente a Rafa Nadal. No entiendo que tiremos por la borda a esas personas que nos han dado tanta felicidad?.
Y de ah¨ª a la pol¨ªtica, que hace que Terele P¨¢vez levante los brazos con desesperaci¨®n: ?Para m¨ª estas ¨²ltimas elecciones han sido tremendas. Me parece que nos estamos metiendo en otros 40 a?os de franquismo despu¨¦s de Franco. ?C¨®mo estamos en lo mismo ahora? Tenemos unos dirigentes que le han dicho a B¨¢rcenas que fuera fuerte, aqu¨ª se han hecho cosas muy gordas y esta gente sigue ah¨ª. ?Pero qu¨¦ pasa? ?Tienen a medio pa¨ªs comprado? Yo he llegado a preguntarme si el PP no ser¨¢ un partido con familias de chorizos de varias generaciones y por eso se votan entre s¨ª. Pi¨¦nsalo, la corrupci¨®n da para mucho?, dice con una sonrisa amarga.
A Carmen Machi tampoco le ha gustado el resultado del 26-J: ?Estoy desconcertada. Con todo mi respeto hacia los votantes del PP ¨Cque por cierto, no conozco a nadie que vote a ese partido¨C, como persona de izquierdas, siento sorpresa. No puedo decir m¨¢s. Creo que no corresponde la realidad a lo que ha sucedido en las urnas y no quiero mojarme m¨¢s porque hay que respetar a los que votan y habr¨¢ que responsabilizarse. Pero esperaba algo m¨¢s de la izquierda. Si me preguntas qu¨¦, no lo s¨¦. Recuerdo las elecciones del 20-D y ocurri¨® algo que fue revolucionario. Hab¨ªa pasado algo importante porque hab¨ªamos sentido que ten¨ªamos voz y voto. Para mi desgracia, siento que con el 26-J hemos retrocedido mucho?. Y a?ade: ?Culpo a la izquierda por haber sido incapaz de dialogar entre ellos. No han sabido ponerse de acuerdo en nada?.
Las dos tienen muy claro que el cine es pol¨ªtica y que no es casualidad que hayan coincidido en La puerta abierta (que se estrena el pr¨®ximo 2 de septiembre) interpretando a dos generaciones de prostitutas, una suerte de esclavitud de la que no se libran las mujeres hist¨®ricamente y que saca de quicio a P¨¢vez. ?Que existan prostitutas nos dice que somos una sociedad enferma. Lo que m¨¢s me indigna es que est¨¦ aceptado como algo normal porque siempre ha existido. Es que hay cosas de toda la vida que hay que eliminar?, insiste con ira. ?No estoy haciendo una valoraci¨®n moral de los que quieren practicar sexo libremente, ese es un tema suyo. A m¨ª me repugna que haya un negocio en el que la sociedad juega a que est¨¢ prohibido, y encima ellas son putas y ellos, se?ores. Hemos dejado tiradas a estas mujeres, nos desentendemos de la violencia que sufren?.
Con la misma dignidad que Machi y P¨¢vez posan ante la c¨¢mara, interpretan a dos meretrices en la pel¨ªcula de Marina Seresesky. Machi estuvo implicada desde el principio de este proyecto que no habla de la prostituci¨®n en la calle, sino de la vida en casa y en bata. ?Me parece que este trabajo encierra una autodefensa de negarte a sentir y eso me deja demolida?, asegura. Tambi¨¦n habla de la nobleza de estas mujeres, a las que une un nexo com¨²n de bondad, de alma regalada.
A las dos actrices las separan 25 a?os. Han nacido en ¨¦pocas diferentes, pero coinciden en su estilo profesional. ?Carmen es de las m¨ªas, de las que cuando trabajamos lo hacemos a tope; y te digo que hemos acabado agotadas. A nosotras no se nos caen los anillos por currar. Somos trabajadoras como un taxista?, asegura Terele P¨¢vez. Machi dice que recuerda con angustia las condiciones de trabajo de La puerta abierta: ?En enero, en un piso de 60 metros nos metimos un equipo de 70 personas. Yo acab¨¦ contamin¨¢ndome de la cara de asco de mi personaje. Ha sido un rodaje muy intenso. Terele y yo nos ten¨ªamos que sostener la una a la otra. Y la temperatura de lo que la directora quer¨ªa me la dio Terele, que es una mujer fuerte y valiente?.
No siempre los actores hablan con esa franqueza. Es f¨¢cil que se lancen piropos entre s¨ª, pero Machi se distancia de las palabras huecas: ?Aunque mis personajes sean aguerridos, yo no lo soy?. Carmen es una mujer tremendamente t¨ªmida y pudorosa. Me he puesto una coraza de persona fuerte, pero soy muy pava. Ahora he cambiado y en parte ha sido por mis personajes. He aprendido mucho de todos ellos?. En una sociedad que sigue penalizando a las f¨¦minas por su edad y apariencia f¨ªsica, ambas actrices exhiben su personalidad y su f¨ªsico con rotundidad. Carmen Machi se irrita ante el yugo ¨Ca veces¨C autoimpuesto: ?Me enfado porque me doy cuenta de que todav¨ªa hay una resistencia en nuestro pa¨ªs para aceptar que las mujeres pueden tener poder, ser contundentes y hablar sin resignaci¨®n ni miedos. He tenido la fortuna de meterme en el pellejo de personajes duros, incluso de l¨ªderes pol¨ªticos como en el caso de Creonte, en Ant¨ªgona. Pero muchas espectadoras aseguraban que el Creonte que yo interpretaba era un hombre que se iba convirtiendo en mujer. Y yo me pregunto: ?c¨®mo estamos las mujeres? Estamos avanzando mucho, pero nos falta valent¨ªa y empuje para atrevernos a tomar el poder que todav¨ªa consideramos patrimonio masculino?.
Sin desmaquillarse, se cambian de ropa y se lanzan a las calles achicharradas de Madrid. Supuestamente est¨¢n en una muy mala edad para conseguir trabajo, pero ambas tienen varios proyectos por delante. Machi reconoce que nunca ha padecido la angustia del paro, y matiza: ?Pero tambi¨¦n creo que no he perdido la humildad de saber que cada trabajo tienes que hacerlo bien. Y tampoco me enga?o, que en este oficio la suerte es fundamental?. Terele P¨¢vez, en cambio, ha pasado unos malos a?os profesionales, pero recuerda a diario las palabras lapidarias de su madre: ?Una cosa es ser pobre y otra, no tener dinero?.