Cressida Bonas, la anti Kate Middleton
La novia grunge del pr¨ªncipe Enrique podr¨ªa traer nuevos aires a la realeza brit¨¢nica. ?O es m¨¢s tradicional de lo que parece?
Si nos fiamos de las casas de apuestas brit¨¢nicas, el compromiso del pr¨ªncipe Enrique y su novia Cressida Bonas est¨¢ al caer. En un plazo de pocos d¨ªas fueron juntos a ver un partido de la selecci¨®n inglesa de rugby y a una funci¨®n ben¨¦fica. Adem¨¢s ambos han aceptado trabajos m¨¢s estables ¨Cella en marketing, ¨¦l en el ej¨¦rcito-. Poca cosa, en realidad. Pero lo suficiente para que los fabricantes de souvenirs reales empiecen considerar dise?os de tazas conmemorativas.
Aparte de un pu?ado de instant¨¢neas tomadas al vuelo, ...
Si nos fiamos de las casas de apuestas brit¨¢nicas, el compromiso del pr¨ªncipe Enrique y su novia Cressida Bonas est¨¢ al caer. En un plazo de pocos d¨ªas fueron juntos a ver un partido de la selecci¨®n inglesa de rugby y a una funci¨®n ben¨¦fica. Adem¨¢s ambos han aceptado trabajos m¨¢s estables ¨Cella en marketing, ¨¦l en el ej¨¦rcito-. Poca cosa, en realidad. Pero lo suficiente para que los fabricantes de souvenirs reales empiecen considerar dise?os de tazas conmemorativas.
Aparte de un pu?ado de instant¨¢neas tomadas al vuelo, se sabe poco de Cressida Bonas. Tiene 25 a?os, es hija del hombre de negocios con cuentas en Suiza Jeffrey Bonas y de la it girl y modelo de los Swinging Sixties Lady Mary-Gaye Curzon. Ha pasado un a?o sab¨¢tico trabajando de camarera en Australia y ha estudiado danza en Leeds y el conservatorio londinense Trinity Laban. La revista de sociedad Tatler a?ade detalles tan escabrosos como que bebe ron, se pirra por la tarta de chocolate artesano, es fan de Homeland y El ala oeste de la Casa Blanca, odia la pel¨ªcula Dirty Dancing y tiene como apodo ¡°Smally¡±, por ser la peque?a de la casa. Hasta aqu¨ª una de tantas otras chicas de la alta sociedad brit¨¢nica. Su aspecto, en cambio difiere con los prototipos de las nuevas generaciones de la familia real inglesa. No es deportiva como Zara Phillips, mujer a un blazer pegada como son las princesas de York, ni correcta y accesible para las masas como Kate Middleton. Cressida es fiestera, relajada y algo 'grunge'.
Lleva gorros de lana, la melena rubia trenzada y secada al viento, las u?as pintadas de morado, muchos anillos y pendientes de aro. En la pasada edici¨®n del festival de Glastonbury, a la que fue con Enrique, se pase¨® entre concierto y concierto con un peto vaquero, zapatillas de deporte altas y unas gafas de sol de montura fluorescente. Mientras tanto com¨ªa patatas fritas.
Como tantas otras chicas de su edad combina las coronas de flores con las cazadoras de cuero. Y en las bodas de sus amigas prefiere combinar los vestidos largos con calzado de purpurina y chaquetas de terciopelo que parecen sacadas del armario vintage de su madre. Nada de tocados ni salones 'nude', por favor.
Como cualquier chica de su edad, Cressida no duda en optar por prendas tan ¡®casual¡¯ como un peto vaquero o una corona de flores combinada con cuero.
Cordon Press/ Getty Images
Los s¨²bditos brit¨¢nicos le dan su aprobaci¨®n.?Porque parece divertida y porque sale con su pr¨ªncipe favorito, al que por simp¨¢tico le perdonan meteduras de pata varias, uniformes nazis y?striptease?en Las Vegas.?Pero en la valoraci¨®n positiva de la novia de Enrique tambi¨¦n influye la indeleble conciencia de clase de la sociedad brit¨¢nica. En su particular imaginario encaja que esta?doble de Cara Delevingne?se case con un pr¨ªncipe. Cressida fue presentada a Enrique por Eugenia de York. Es descendiente del rey Carlos II y forma parte de la rama bohemia de la aristocracia. Su madre se ha casado cuatro veces y tiene cinco hijos de tres padres diferentes y entre sus medio hermanas est¨¢n Pandora, exdise?adora de accesorios para Vivienne Westwood; Georgiana, escultora e Isabella, actriz y antiguo amor del pr¨ªncipe Guillermo que ahora est¨¢ casada con el hijo del millonario Richard Branson. Algo ca¨®tico incluso para el palacio de Buckingham, pero al menos no resulta probable que entre ellas haya una Pippa Middleton, dispuesta a hacer caja gracias a sus conexiones reales.
Cressida no tiene miedo a ir como le apetece.?Est¨¢ tan segura de su condici¨®n y lugar en el mundo que no se preocupa por enderezarse los dientes, ni llamar al peluquero antes de salir de casa. Lo contrario a Kate Middleton, con sus ondas de?cocker spaniel?y su sonrisa de fundas de porcelana. Para los m¨¢s clasistas Catalina viene de una familia de clase media que hizo dinero y por lo tanto ha heredado sus aspiraciones y un pavor at¨¢vico a no encajar. Es cierto que Kate se ha casado con el heredero al trono, algo que implica m¨¢s formalidad y responsabilidades que las que le tocar¨ªan a Cressida. Pero en general Gran Breta?a dar¨ªa la bienvenida a alguien sin ansiedades sociales. Que gracias a su complicada y glamurosa familia pudiese proporcionar color al cotilleo real. Llega un momento que los ins¨ªpidamente perfectos vestidos de Kate y los hogare?os Middleton no dan para mucho m¨¢s.
Cressida suele lucir melena suelta secada al viento y pendientes de aro.
Cordon Press