Cuando un ¡®beb¨¦-celebrity¡¯ es noticia de portada
El nacimiento de la hija de Kim Kardashian y Kanye West, a la que han llamado Kaidence Donda West, nos lleva a reflexionar sobre nuestra obscena fascinaci¨®n por los beb¨¦s famosos, as¨ª como por el estado actual de sus flamantes padres.
El pasado mes de diciembre, Kanye West hizo una pausa en su concierto ante 5.000 personas en el Revert Resort de Atlantic City para anunciar, en forma de canci¨®n, que iba a ser padre. ¡°Now I¡¯m having my baby¡±, dijo el rapero, antes de clarificar que era la cosa m¨¢s alucinante que le hab¨ªa pasado jam¨¢s. El p¨²blico estall¨® en un grito de j¨²bilo. Internet y la prensa amarilla tambi¨¦n: su nombre y el de su pareja, Kim Kardashian, se convirtieron en trending topic en cuesti¨®n de minutos. La hermana de...
El pasado mes de diciembre, Kanye West hizo una pausa en su concierto ante 5.000 personas en el Revert Resort de Atlantic City para anunciar, en forma de canci¨®n, que iba a ser padre. ¡°Now I¡¯m having my baby¡±, dijo el rapero, antes de clarificar que era la cosa m¨¢s alucinante que le hab¨ªa pasado jam¨¢s. El p¨²blico estall¨® en un grito de j¨²bilo. Internet y la prensa amarilla tambi¨¦n: su nombre y el de su pareja, Kim Kardashian, se convirtieron en trending topic en cuesti¨®n de minutos. La hermana de ella, Kourtney Kardashian, sentenci¨® en Twitter: ¡°Otro ¨¢ngel al que dar la bienvenida a nuestra familia¡±. As¨ª empezaba la historia de amor de la cultura pop con el beb¨¦ de los West/Kardashian, un hiperb¨®lico idilio que est¨¢ llegando a su paroxismo durante estos d¨ªas.
El beb¨¦
?Qu¨¦ nos pasa con los beb¨¦s de famosos? ?Por qu¨¦ esta obsesi¨®n cultural tan extra?a? Para las webs especializadas en cotilleos, fotos robadas y actualizaciones ebrias de Instragram, el embarazo de una de sus primeras espadas (y la reina de las Kardashian, sin duda, lo es) significa nueve meses de contenidos que pr¨¢cticamente salen solos: desde apuestas sobre el sexo de la criatura hasta conjeturas sobre cu¨¢nto le ha aumentado la barriga a la madre, pasando por los coyunturales rumores acerca de problemas en el para¨ªso. De hecho, hasta hace s¨®lo una semana, TMZ estaba dejando caer una posible infidelidad de West, probablemente para hacer tiempo hasta el nacimiento.
Al final, Kim K ha parido cinco semanas antes de lo esperado, un imprevisto que oblig¨® a su novio a cancelar compromisos discogr¨¢ficos y que puso a toda la prensa del coraz¨®n en plena alerta roja durante el fin de semana. Los partos de la aristocracia rosa suelen estar rodeados de un cierto halo de irrealidad: cl¨ªnicas tan lujosas que sentimos v¨¦rtigo al googlearlas, nombres imaginativos y, por supuesto, el siempre jugoso rumor de que uno de los dos progenitores planea comerse la placenta, que probablemente naciera con Tom Cruise y Katie Holmes, pero que ha vuelto a pegar muy fuerte con Kim Kardashian. Finalmente, tras tantas especulaciones con el nombre, las informaciones apuntan a que los padres han puesto a su hija Kaidence Donda West.
Tambi¨¦n es posible que todo esto sea un hecho diferencial norteamericano. Cuando, en 2011, el publico estadounidense sigui¨® con genuino fervor el enlace real entre el pr¨ªncipe Guillermo y Catalina Middleton, muchos comentaristas culturales se?alaron un vac¨ªo de poder (mon¨¢rquico) en el imaginario nacional, o un deseo de dar un toque de distinci¨®n tradicional a su muy plebeyo pante¨®n de celebridades. Para cierto sector de la sociedad, multimillonarios como Kardashian o West son lo m¨¢s parecido a la sangre azul que pueden encontrar en el canal E! Sin embargo, nada de esto explica los niveles de locura medi¨¢tica a los que se ha llegado en este caso concreto. El primog¨¦nito de Beyonc¨¦ y Jay-Z (por poner el ejemplo m¨¢s cercano posible) tambi¨¦n fue seguido con inter¨¦s por la prensa, pero no gener¨® parodias trash ni espole¨® ofertas por sus pa?ales usados. Es posible que la propia personalidad de sus padres contenga la clave del asunto.
La madre
He aqu¨ª la gran paradoja de nuestros d¨ªas: la personificaci¨®n de la Era del Narcisismo ha pedido, por primera vez, privacidad. Lo ha hecho a trav¨¦s de su hermana Khloe, que prometi¨® ¡°m¨¢s informaci¨®n cuando llegue el momento adecuado¡± y dio las gracias a todos sus seguidores por entenderlo. Para la familia Kardashian, el momento adecuado siempre hab¨ªa sido ahora: cualquiera con un inter¨¦s marginal en sus vidas privadas no ten¨ªa m¨¢s que buscar su apellido en Twitter para hacerse una idea de d¨®nde estaban en cada preciso instante. Kim salt¨® a la fama en 2007 con su ¨ªnclito v¨ªdeo porno amateur, y desde entonces ha sido una constante en la telerrealidad. Todo lo que le ha pasado durante estos a?os ha sido documentado a trav¨¦s de una c¨¢mara, hasta el punto de que su ex marido (el baloncestista Kris Humphries) se lament¨® de que su matrimonio hab¨ªa sido poco menos que un arco argumental para la ¨²ltima temporada de ¡®Keeping Up with the Kardashians¡¯.
Los paparazzi s¨®lo ten¨ªan que leer sus ¨²ltimas actualizaciones para saber d¨®nde podr¨ªan encontrarla una tarde cualquiera en Pacific Palisades, pero ahora Kim K ha optado por todo lo contrario: secretismo absoluto. Adem¨¢s del nombre, no conocemos ning¨²n daro de la reci¨¦n nacida, ni (por supuesto) hemos visto una sola foto. Puede que se haya hartado de las constantes cr¨ªticas por sus elecciones de ropa premam¨¢, o puede que est¨¦ meditando muy pacientemente su pr¨®ximo gesto medi¨¢tico. Sea como sea, tras tantos a?os de saturaci¨®n, va a ser dif¨ªcil acostumbrarnos a su silencio.
Kanye West en acci¨®n.
Cordon Press
El padre
Todo esto ha coincidido con el lanzamiento de su nuevo disco, ¡®Yeezus¡¯, y no podr¨ªa haber tenido m¨¢s sentido. Para algunos cr¨ªticos musicales, este nuevo trabajo surge como reacci¨®n (casi f¨ªsica) al lugar en el que su ingreso en la familia Kardashian le ha colocado: otro mu?eco m¨¢s en el carnaval de frivolidad y flashes de los medios, con su potencial como rapero subversivo efectivamente desactivado. En otras palabras, Kanye escuch¨® las voces de sus detractores (esos enemigos a los que siempre se ha enfrentado, a veces aunque ni siquiera ellos mismos lo supieran), y le pareci¨® escuchar risas. El viejo le¨®n se hab¨ªa domesticado, al parecer. ¡®Yeezus¡¯ es el grito rabioso dirigido a todo un pa¨ªs: no soy un Kardashian, sigo siendo (y esto es algo que ¨¦l cree a un nivel muy profundo) el artista m¨¢s relevante de mi generaci¨®n. Y estoy incre¨ªblemente cabreado.
El ¨¦xito cr¨ªtico de su disco m¨¢s airado hasta la fecha y las noticias de su beb¨¦ conforman las dos caras del Kanye West actual, un m¨²sico que transform¨® para siempre todo un estado de cosas en el hip hop con trabajos como ¡®Late Registration¡¯ (2005), que erosionaron ciertos arquetipos sobre raperos y abrieron el g¨¦nero a vertientes m¨¢s introspectivas. West, artista contradictorio y fascinante donde los haya, rapea sobre s¨ª mismo (la egolatr¨ªa es la piedra angular de su discurso) y sobre excesos hedon¨ªsticos con los que los mortales s¨®lo podemos so?ar, pero tambi¨¦n tiene cosas que decir acerca de la cultura, la econom¨ªa, la pol¨ªtica, el racismo o la religi¨®n. Su conversi¨®n en vaca sagrada de la prensa amarilla supondr¨¢, con toda probabilidad, una nueva mutaci¨®n de su imagen p¨²blica (que ya viaj¨® desde la clase media hasta la elite intelectual norteamericana)¡ y servir¨¢ para cabrearle a¨²n m¨¢s. Si eso se traduce en m¨¢s singles como Black Skinhead, ning¨²n problema.