De juguete roto tambi¨¦n se sale: los 47 a?os de supervivencia de Drew Barrymore
La int¨¦rprete celebra su 47 cumplea?os tras haber superado una de las infancias m¨¢s tr¨¢gicas de la historia en la meca del cine desde que salt¨® a la fama por E.T. El extraterrestre.
Cuando con solo siete a?os se convirti¨® en toda una estrella internacional por E.T. El extraterrestre, Drew Barrymore ya pod¨ªa presumir de ser una actriz experimentada. Antes de dar vida a Gertie, la hermana peque?a del protagonista de la ic¨®nica pel¨ªcula de Steven Spielberg, ella ya se hab¨ªa fraguado una trayectoria en la industria de Hollywood con un largometraje (Viaje alucinante al fondo de la mente), tres telefilmes y hasta una veintena de anuncios. El primero, con tan solo once meses para una marca de comida para perros. La precocidad profesional se ext...
Cuando con solo siete a?os se convirti¨® en toda una estrella internacional por E.T. El extraterrestre, Drew Barrymore ya pod¨ªa presumir de ser una actriz experimentada. Antes de dar vida a Gertie, la hermana peque?a del protagonista de la ic¨®nica pel¨ªcula de Steven Spielberg, ella ya se hab¨ªa fraguado una trayectoria en la industria de Hollywood con un largometraje (Viaje alucinante al fondo de la mente), tres telefilmes y hasta una veintena de anuncios. El primero, con tan solo once meses para una marca de comida para perros. La precocidad profesional se extendi¨® a todos los aspectos de la vida de esta ni?a prodigio que marc¨® cada una de las casillas que componen el arquetipo tradicional de juguete roto: drogas, intentos de suicidio, familia desestructurada, marginaci¨®n laboral¡ La ¡°f¨®rmula del desastre¡±, como ella misma lo defini¨® tiempo despu¨¦s, erigida ahora en una tan ejemplar como ins¨®lita superviviente. Una que, al contrario que tantos otros, puede darse el gusto de celebrar su 47 cumplea?os alejada de los tiempos m¨¢s oscuros.
Barrymore ha copado titulares en varias ocasiones al sincerarse en sus redes sociales sobre la presi¨®n que sienten las mujeres para recuperar cuanto antes la condici¨®n f¨ªsica tras el parto. La actriz concluy¨® la confesi¨®n con una sentencia sintom¨¢tica: ¡°?45! Solo me cost¨® 45 a?os encontrarme a m¨ª misma¡±. Presume de hallazgo al mismo tiempo que advierte que no permitir¨¢ que sus hijas, Grace y Frankie, de 9 y 7 a?os respectivamente, pasen por lo mismo que ella. ¡°No voy a dejar que ellas sean ni?as actrices¡±, declar¨® en la revista People con una contundencia poco com¨²n entre las grandes estrellas de Hollywood que adoran convertir su apellido en sagas generacionales. A ella, sin embargo, les sobran los motivos para ir a contracorriente.
Barrymore tambi¨¦n es el apellido de una dinast¨ªa de int¨¦rpretes que se remonta al siglo XIX en Inglaterra. Su abuelo, John Barrymore, fue una leyenda del Hollywood cl¨¢sico, y sus padres, John D. y Jaid, tambi¨¦n persiguieron sin tanto ¨¦xito una carrera delante de las c¨¢maras. Con su padre, tambi¨¦n alcoh¨®lico y drogadicto, apenas mantuvo relaci¨®n despu¨¦s de que este abandonara el hogar familiar pocos meses antes de su nacimiento, en 1975. Su madre, nacida en un campo de refugiados para exiliados h¨²ngaros tras la Segunda Guerra Mundial, se convirti¨® en su representante y compa?era de juergas habitual. Tras el ¨¦xito de E.T. El extraterrestre, madre e hija sal¨ªan de fiesta cada noche a los clubs m¨¢s exclusivos de Nueva York. ¡°Yo ten¨ªa madre, pero ella era m¨¢s como una mejor amiga. Me dec¨ªa, ¡®?Quieres ir a la escuela y que te acosen o venir conmigo al Studio 54?¡±, afirm¨® en el programa de Norm MacDonald.
Con nueve a?os, la peque?a Drew compart¨ªa copas con estrellas de la ¨¦poca como Rob Lowe, con diez fum¨® su primer porro y con doce consum¨ªa coca¨ªna regularmente. Una de las an¨¦cdotas que mejor ilustran sus a?os locos es que con apenas siete se com¨ªa el helado con un chorrito de licor Baileys. Tambi¨¦n era la imagen de la campa?a nacional del Gobierno estadounidense contra el consumo de drogas (?Just Say No?, ?Solo Di No?) pese a que la actriz acab¨® pidiendo perd¨®n a la mism¨ªsima Nancy Reagan por no haber sido precisamente el mejor modelo de conducta para los j¨®venes. Era una ¡®ni?a peque?a perdida¡¯, tres palabras que dar¨ªan t¨ªtulo a su primera biograf¨ªa y en la que fiscaliza este historial de excesos. Acudi¨® a rehabilitaci¨®n en varias ocasiones pero con 13 a?os, y contra su voluntad, su madre la ingres¨® en un centro para enfermos mentales durante a?o y medio despu¨¦s de haberse intentado suicidar.
¡°Cuando tomas drogas los problemas en la vida real te parecen tan grandes que crees que no puedes hacer nada, que solo puedes escapar de ellos¡±, sosten¨ªa en una entrevista en la televisi¨®n brit¨¢nica con una madurez impropia de una adolescente de 15 a?os. Para entonces, Drew hab¨ªa conseguido que un juez aprobara la emancipaci¨®n legal de sus progenitores. Su precocidad vital ahora era una figura literal. Estaba sola y marginada de Hollywood, un material t¨®xico al que ning¨²n estudio quer¨ªa acercarse. Admiti¨® en The Guardian que pensaba que iba a morir a los 25. La estrella adolescente que brill¨® en la alfombra roja de los Oscar, que ten¨ªa como padrinos a Steven Spielberg y Sophia Loren y que fue recibida por personalidades como Lady Di se ganaba la vida limpiando retretes y sirviendo copas. Con 16 a?os hab¨ªa superado la crisis de mediana edad a la que cualquier persona puede enfrentarse mucho tiempo despu¨¦s. La marginaci¨®n profesional dur¨® tres a?os.
A mediados de los noventa, Drew Barrymore consigui¨® poner orden su vida y carrera en Hollywood. La chica mala que quemaba tarimas junto a Courtney Love (es la madrina de Frances Bean, hija de Love y Kurt Cobain) pas¨® a convertirse en la heredera de Doris Day como perfecta protagonista de comedias rom¨¢nticas como Por siempre jam¨¢s, Todos dicen I love you, El chico ideal y Nunca me han besado. Se especializ¨® en personajes adorables por su ingenuidad, una cualidad de la que sin embargo adolece su trayectoria profesional. Antes de que fuera una pr¨¢ctica repetida por otras muchas actrices en el Hollywood del #MeToo, Barrymore fue de las primeras en ejercer tambi¨¦n como productora cinematogr¨¢fica (Los ¨¢ngeles de Charlie o Donnie Darko, entre otras).
Casada y divorciada hasta en tres ocasiones, Barrymore dice disfrutar de una solter¨ªa que se prolonga ya durante los ¨²ltimos seis a?os. No solo se ha reconciliado con su pasado (¡°fue una buena lecci¨®n¡±), sino que posa junto a su madre Jaid en Instagram. Es una figura querida en la meca del cine y por los espectadores, siendo la cultura estadounidense una de las que abraza con m¨¢s pasi¨®n estas historias de resurrecci¨®n. Porque tan ins¨®lito como su historial de excesos resulta su rehabilitaci¨®n total y la sinceridad con la que rese?a aquel tiempo. La int¨¦rprete ha hecho de s¨ª misma su propia marca, un presunto de Gwyneth Paltrow m¨¢s cercana, relajada e identificable para la consumidora media estadounidense. En los ¨²ltimos a?os ha lanzado una l¨ªnea de vinos, una exitosa marca de maquillaje (Flower Beauty) y una colecci¨®n de productos decorativos infantiles con los grandes almacenes Walmart. La mejor prueba de la ascendencia de la figura de la int¨¦rprete en la cultura de su pa¨ªs es el ¨¦xito de su programa matutino en la televisi¨®n estadounidense, The Drew Barrymore Show, que aspira a convertirla en una figura tan fundacional del imaginario pop como otras del calibre de Oprah Winfrey y Ellen DeGeneres.