Las aventuras de Dylan Penn, la hija d¨ªscola de Sean Penn y Robin Wright, que ha dado la gran sorpresa en Cannes
Nacida del matrimonio entre Robin Wright y Sean Penn, deja atr¨¢s un convulso historial personal y con 30 a?os brilla en el certamen cinematogr¨¢fico de la mano de su progenitor. ?Ha nacido una estrella?
Hay un oficio m¨¢s complicado en Hollywood que el de ser una estrella exitosa, millonaria y adorada en todo el mundo y no morir en el intento: ser el hijo de la estrella en cuesti¨®n. Ah¨ª est¨¢n los numerosos casos de hij¨ªsimos nacidos entre v¨ªtores y oropeles, privados de una infancia corriente y que se sumieron luego en una espiral autodestructiva que ti?¨® de esc¨¢ndalo amarillista su apellido ilustre. Como Chet Hanks, hijo de Tom Hanks, acusado de malos tratos y relacionado con movimientos de ultraderecha; Cameron Douglas, hijo de Michael Douglas, adicto a las drogas y condenado a varios a?os de prisi¨®n; o Weston Cage, hijo de Nicolas Cage, arrestado por darse a la fuga tras provocar un accidente de tr¨¢fico. A a?os luz de la gravedad de los hechos reci¨¦n mencionados, los episodios vividos por Dylan Penn, hija de Sean Penn y de Robin Wright, tampoco han sido de f¨¢cil digesti¨®n. Pero esta primog¨¦nita ilustre por partida doble, que durante mucho tiempo parec¨ªa destinada a ser la pr¨®xima oveja descarriada de la meca del cine, se ha convertido por sorpresa en la pr¨®xima gran estrella de las colinas de Los ?ngeles¡ con la alfombra roja de Cannes como catapulta.
Porque el bulevar de la Croissette, prol¨ªfica cuna de estrellas como Jodie Foster o Robert de Niro, ha puesto sus ojos en esta californiana de 30 a?os que, de la mano de su progenitor, presenta en el certamen el papel m¨¢s importante de su corta trayectoria. Flag Day, dirigida y coprotagonizada por Sean Penn, adapta las memorias de la periodista Jennifer Vogel, hija de un estafador y atracador de bancos que narra en el libro la compleja reconciliaci¨®n con su padre ausente. Su estreno en Cannes se ha saldado con una recepci¨®n dispar entre la cr¨ªtica que, sin embargo, se convierte en un¨¢nime a la hora de alabar el debut de la joven en un papel de calibre festivalero. ¡°Su interpretaci¨®n es fant¨¢stica. Revela que puede ser una gran actriz¡±, sostiene Variety. ¡°Dylan es natural, equilibrada y cautivadora. Parece una veterana¡±, a?ade The Washington Post. Pete Hammond, de Deadline, cree que Dylan ha heredado las habilidades interpretativas de sus padres. ¡°Cumple las expectativas con un papel multidimensional que la sit¨²a de forma decidida como una estrella en ciernes¡±, a?ade.
Con apenas un pu?ado de trabajos a sus espaldas, ella misma ha hecho p¨²blica su preocupaci¨®n por el hecho de que hacerse con el papel principal en Flag Day fuera visto como un acto de enchufismo descarado. ¡°Aterrada¡± porque la gente pudiera pensar que consegu¨ªa el papel solo porque su padre era el director, la hasta ahora modelo le pidi¨® aplazar el proyecto para rodar un par de pel¨ªculas m¨¢s y as¨ª sentir que se lo estaba ¡°ganando¡±. Sin embargo, la prensa especializada agradece la qu¨ªmica que la pareja desprende en pantalla, y Dylan revela haber enriquecido esa din¨¢mica con su propia experiencia paternal: ¡°Tenemos una relaci¨®n compleja. Los dos somos alfa y a veces chocamos¡±.
Imagen de firmas como Ralph Lauren, Gap, Rag & Bone o Stuart Weitzman y espectadora recurrente en las semanas de la moda de Par¨ªs o Nueva York, desde hace a?os ha defendido que su trabajo como maniqu¨ª era m¨¢s una forma de ganarse la vida que una pasi¨®n profesional. Tras trabajar como editora de guion y como artista de storyboard (creaci¨®n de guiones gr¨¢ficos), su futuro parec¨ªa destinado a estar detr¨¢s de la c¨¢mara y no a seguir los pasos de sus celebrados progenitores. Pero fueron ellos quienes la convencieron para darle una oportunidad a su profesi¨®n cuando les confes¨® que su sue?o era sentarse en la silla de realizadora. ¡°Ambos me dijeron por separado: No vas a ser una buena directora si no sabes lo que es estar en los zapatos del actor¡±, cont¨® en la rueda de prensa de presentaci¨®n de la pel¨ªcula.
Su rostro cop¨® las portadas por primera vez en 2013, cuando los medios la se?alaron como culpable de la traum¨¢tica y medi¨¢tica ruptura entre Kristen Stewart y Robert Pattinson, una relaci¨®n que ella ha desmentido. Poco despu¨¦s, Dylan Penn apost¨® por protagonizar un reportaje fotogr¨¢fico subido de tono en la revista Treats, para disgusto de sus padres, a quienes ni siquiera avis¨® del lanzamiento. ¡°Mi padre me dijo, ¡®De acuerdo, has llegado a tu l¨ªmite. M¨¢s te vale no ir m¨¢s lejos¡±, aunque reconoci¨® en Vanity Fair:? ¡°Para ser honesta, si pudiera dar marcha atr¨¢s, no me habr¨ªa quitado tanta ropa. Era un poco ingenua¡±.
Pero su aterrizaje este verano en la tierra prometida de Hollywood no solo es significativa por el peso de su procedencia, sino por el controvertido historial personal del que ha hecho gala hasta ahora, haci¨¦ndola m¨¢s proclive a engrosar las p¨¢ginas de cr¨®nica sensacionalista de TMZ que las cinematogr¨¢ficas de Variety. Seg¨²n public¨® la web Radar, Dylan ha sido arrestada en un par de ocasiones por conducir bajo los efectos del alcohol, y en 2017 ingres¨® en un centro de desintoxicaci¨®n. Su complicada madurez fue retratada por unas fotograf¨ªas que salieron a la luz ese a?o y que retrataban a Sean Penn manteniendo, en plena calle, una acalorada discusi¨®n con el novio de ella de aquel entonces, Jimmy Giannopoulos. Con una Robin Wright como testigo e incapaz de contener las l¨¢grimas, el iracundo ganador del Oscar reprocha algo a su yerno mientras le ense?a una foto en la pantalla de su m¨®vil. El segundo hijo de la pareja, Hopper, que tambi¨¦n cuenta con un papel de reparto en Flag Day, tambi¨¦n ha hecho p¨²blica su adicci¨®n a las metanfetaminas y fue detenido en 2018 por posesi¨®n de drogas.
Robin Wright y Sean Penn pusieron fin en 2010 a 14 a?os de matrimonio. La actriz de House of Cards rehizo su vida con el ejecutivo franc¨¦s de la firma Yves Saint Laurent Clement Giraudet ¨C18 a?os menor que ella¨C, y Sean Penn se cas¨® el pasado verano, y a trav¨¦s de una videollamada de Zoom, con su novia de los ¨²ltimos cinco a?os, Leila George, de 29 a?os. Aunque f¨ªsicamente el parecido con su madre es m¨¢s que evidente, Dylan asegura que su personalidad es m¨¢s parecida a la de su progenitor. ¡°Ambos tenemos mucho ego. Somos muy tercos y, no lo s¨¦, a veces tenemos tanta confianza que incluso puede ser molesta. Pero nos hemos dado cuenta de que tenemos que relajarnos. ?l ha tardado un poco m¨¢s que yo¡±.
Ser la hija de dos de las mayores estrellas de cine de nuestro tiempo la llev¨® a crecer entre plat¨®s, saltar de colegio en colegio siguiendo los rodajes de sus padres (recuerda con especial emoci¨®n sus meses en un colegio de abor¨ªgenes australianos mientras Sean Penn rodaba La delgada l¨ªnea roja) y saludar a figuras como Fidel Castro. ¡°Lo conoc¨ª con 14 a?os y me impresion¨® much¨ªsimo¡±, aleg¨® sobre el comandante cubano. Sin embargo, la joven reconoce haber tenido una vida con los pies pegados al suelo gracias a la influencia de sus padres. Un ejemplo: cuando decidi¨® dejar un curso de cinematograf¨ªa en la Universidad del Sur de California despu¨¦s de un semestre, estos dejaron de enviarle dinero y tuvo que aceptar trabajos como el de repartidora de pizza a domicilio. ¡°Cuando me preguntaron unas tres veces si yo era la estr¨ªper dije, ¡®Tengo que dejar esto¡±, explica al NY Post. Tras eludir durante toda su adolescencia la oportunidad de ponerse delante de la c¨¢mara, por ¡°timidez¡± y porque todos los papeles que le ofrec¨ªan eran ¡°de rubias tontas sin arco argumental¡±, Flag Day supone un antes y un despu¨¦s para ella y, qui¨¦n sabe, si la esperada continuaci¨®n de uno de los linajes m¨¢s ilustres de la meca del cine.
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