Fingiendo 23 orgasmos: as¨ª grab¨® Donna Summer la canci¨®n m¨¢s er¨®tica de la historia
La diva de la m¨²sica disco siempre reneg¨® del c¨¦lebre tema Love to Love You Baby con el que alcanz¨® la fama mundial en 1975. Para meterse en el papel asegur¨® que se hab¨ªa ?imaginado a Marilyn Monroe cantando?.
23 orgasmos fingidos. Eso es lo que le bast¨® a Donna Summer para, gracias a Love to Love You Baby, convertirse en la mayor y m¨¢s sensual estrella de la era disco a finales de 1975. En la ¨¦poca se escribi¨® mucho sobre aquella estadounidense que, por entonces, apenas era conocida m¨¢s all¨¢ de las fronteras alemanas y austriacas por su faceta de actriz de musicales en obras como Hair. De hecho, al o¨ªr el tema, muchas mentes calenturientas malpensaron que la artista se hab¨ªa estado masturbando en el estudio de M¨²nich donde se grab¨® sin importarle lo m¨¢s m¨ªnimo la presencia del pro...
23 orgasmos fingidos. Eso es lo que le bast¨® a Donna Summer para, gracias a Love to Love You Baby, convertirse en la mayor y m¨¢s sensual estrella de la era disco a finales de 1975. En la ¨¦poca se escribi¨® mucho sobre aquella estadounidense que, por entonces, apenas era conocida m¨¢s all¨¢ de las fronteras alemanas y austriacas por su faceta de actriz de musicales en obras como Hair. De hecho, al o¨ªr el tema, muchas mentes calenturientas malpensaron que la artista se hab¨ªa estado masturbando en el estudio de M¨²nich donde se grab¨® sin importarle lo m¨¢s m¨ªnimo la presencia del productor y compositor Pete Bellotte, as¨ª como del otro coautor, Giorgio Moroder. Sin embargo, su gestaci¨®n fue mucho menos lujuriosa de lo que se cree. ¡°Todos preguntan: ¡®?Estabas sola en el estudio?¡¯. S¨ª, estaba sola en el estudio. ¡®?Te tocaste?¡¯. S¨ª, bueno, en realidad ten¨ªa la mano en la rodilla¡±, brome¨® al respecto en una entrevista publicada en la revista Rolling Stone en 1976.
Tras el ¨¦xito moderado en algunos mercados europeos del single The Hostage en 1974, ¡°un d¨ªa pens¨¦ que deber¨ªamos hacer algo un poco m¨¢s sexy. Solo por diversi¨®n. Hab¨ªa habido ese gran ¨¦xito con Je t¡¯aime¡ moi non plus de Jane Birkin a?os antes y quer¨ªa volver a hacer algo as¨ª. Lo dejamos por un tiempo hasta que Donna volvi¨® con una idea para la letra. Lo hicimos solo para ver si funcionaba, y lo hizo¡±, dijo el propio Moroder en 1978 al New Musical Express. La leyenda cuenta que Donna ¨²nicamente ten¨ªa escrito el estribillo de la canci¨®n, titulada de forma provisional Love to Love You, y que en realidad iba a ser interpretada por otra cantante. No obstante, Moroder y Bellotte hab¨ªan estado trabajando en secreto en las estrofas que faltaban y ella, como pueden imaginarse, siempre fue su principal y ¨²nica opci¨®n.
En la vida real nuestra protagonista era mucho m¨¢s recatada de lo que se daba a entender en los medios: no solamente se hab¨ªa criado en Boston en el seno de una familia muy cat¨®lica, sino que en ese momento a¨²n estaba casada con el actor austriaco Helmuth Sommer y pasaba la mayor parte del tiempo cuidando de su beb¨¦ Mimi. ?C¨®mo lo hizo para enga?ar a medio mundo? Pues b¨¢sicamente sacando a relucir sus dotes interpretativas y meti¨¦ndose en la piel de una de las sex symbols m¨¢s c¨¦lebres de la historia.
¡°Entr¨¦ al estudio sin nada en mis manos, a excepci¨®n de la l¨ªnea Love to love you. Escuch¨¦ la canci¨®n un par de veces e intent¨¦ gritarla. Realmente intent¨¦ hacerlo de otra manera, pero hab¨ªa mucha gente en el estudio y no pude sacarla adelante. Simplemente no pod¨ªa imaginarme gimiendo delante de todas esas personas. Fue demasiado personal. Entonces Giorgio ech¨® a todos¡±, le cont¨® al periodista Jim Esposito en una entrevista radiof¨®nica de 1976. ¡°La voz ten¨ªa que ser muy entrecortada y aireada, mientras que yo b¨¢sicamente era una cantante de teatro que cantaba a todo volumen. Entonces imagin¨¦ a Marilyn Monroe y pens¨¦: ¡®?C¨®mo la cantar¨ªa Marilyn?¡¯. Ella lo habr¨ªa hecho muy suave. Y luego, ya sabes, me puse a cantar con ese pensamiento en la cabeza. A trav¨¦s de ella empec¨¦ a entender para qui¨¦n y de qu¨¦ iba el tema¡±, narr¨® al programa de radio Fresh Air en 2003, donde apostill¨® que ¡°Pete y Giorgio tuvieron que apagar las luces. Creo que trajeron algunas velas o algo as¨ª. Literalmente me tumb¨¦ en el suelo. Bajaron el micr¨®fono hacia m¨ª y yo s¨®lo cant¨¦ como si tuviera un encuentro rom¨¢ntico¡±.
Oficialmente Love to Love You Baby duraba poco m¨¢s de tres minutos, pero Neil Bogart, el capo de su discogr¨¢fica Casablanca Records, suplic¨® una versi¨®n extendida de veinte minutos que, al final, se consigui¨® estirar hasta los 16:49. Tan pronto se estren¨® en Estados Unidos el 26 de noviembre de 1975, y sin apenas tiempo para asimilarlo, Donna pas¨® de ser una esposa y madre ejemplar a una sexualizada esclava del marketing. ¡°Me pusieron un maquillador, un peluquero y un estilista. Y me llevaron a Hollywood e hicieron todo lo t¨ªpico de Hollywood con la ropa y los cambios de imagen [¡] Quer¨ªan que me vieran de cierta manera; que fuera de cierta manera. Me dijeron que si iba a ser una estrella ¡®la gente no va a preguntar por ti, sino por esa imagen tuya¡¯. Eso es lo que hicieron. Comenzaron a transformarme en una imagen¡±, confes¨® en el ya mencionado show radiof¨®nico de 2003. Al pronunciar esas palabras el periodista Dave Davies le pregunt¨® si, pese a todo, estaba satisfecha con el aura que proyectaba de cara a la galer¨ªa. Su respuesta fue clara: ¡°No me gustaba la imagen per se. Quiero decir, no estaba preocupada por la imagen sexual. Pens¨¦ que ser¨ªa como si me hiciera la estrecha. Sent¨ªa que iba a tener ¨¦xito muy pronto y que, de lo contrario, no iba a lograrlo. Inicialmente esa imagen era para el disco, y eso fue lo que hizo que se vendiera. Pero no era una posici¨®n en la que estuviera c¨®moda¡±.
¡°Tengo mucho m¨¢s que ofrecer. Solo puedes estar atrapada en algo que es m¨¢s fuerte que t¨². Y no considero que sea m¨¢s fuerte que yo. No pretendo dejar que una imagen hable por m¨ª¡±, remarc¨® en el ya citado texto de Rolling Stone que lleg¨® a los quioscos coincidiendo con el boom medi¨¢tico. En esas mismas p¨¢ginas, asimismo, agreg¨® que tras salir de la sesi¨®n de grabaci¨®n ¡°no quer¨ªa escucharla¡± y que, ¡°aunque ya no me molesta¡±, ciertamente ¡°solo deseaba no haberla cantado¡±. He aqu¨ª la viva imagen de c¨®mo renegar de tu primer gran hit.
Pocos sab¨ªan que, de puertas para dentro, Donna estaba hecha trizas justo cuando su carrera despegaba con fuerza. En sus memorias de 2003, Ordinary Girl: The Journey, se abri¨® en canal acerca de cu¨¢l era su estado en 1976. No solamente empez¨® a abusar de los antidepresivos y el diazepam para superar el divorcio de su primer marido, una relaci¨®n t¨®xica que manten¨ªa y el sambenito de icono er¨®tico-festivo promovido por su sello, sino que adem¨¢s intent¨® tirarse por la ventana del Navarro Hotel al sur de Central Park. Aquello le marc¨® tan profundamente que, justo antes de arrancar la d¨¦cada de los ochenta, fortaleci¨® sus ra¨ªces cristianas con una s¨²bita conversi¨®n, rompi¨® todos los lazos con Casablanca Records y abandon¨® los sonidos disco para focalizarse en el pop. Eso s¨ª, nunca est¨¢ de m¨¢s recordar que, en el verano de 1977, tras ese fallido intento de suicidio, con I Feel Love dej¨® de ser vista como un simple objeto para tener su propio cap¨ªtulo en las enciclopedias de la modernidad musical. No cabe duda de que se sali¨® con la suya.