Gobernar a lo ¡®pelo power¡¯
Las mujeres m¨¢s poderosas modifican sus peinados en el camino hacia la cima. Cuanto m¨¢s poder tienen, mayor orgullo al lucir el volumen de sus cabelleras.
No hace falta una corona para reinar, sino elevarse a base de laca. Al menos para Chantal Biya, la primera dama de Camer¨²n. Cierto que ella luce diamantes y bolsos de cocodrilo de Herm¨¨s, pero ?qui¨¦n se fija en sus accesorios al observar su arrebatador peinado? Muchos son los rumores que apuntan a que usa peluca, pero ella ¨Ccoqueta¨C no confiesa sus trucos de belleza.
M¨¢s valiente fue la valenciana Carmen Alborch cuando ostentaba el cargo de ministra de Cultura y afirmaba que en ocasiones, y por comodidad, usaba peluca. Antes de dedicarse a ...
No hace falta una corona para reinar, sino elevarse a base de laca. Al menos para Chantal Biya, la primera dama de Camer¨²n. Cierto que ella luce diamantes y bolsos de cocodrilo de Herm¨¨s, pero ?qui¨¦n se fija en sus accesorios al observar su arrebatador peinado? Muchos son los rumores que apuntan a que usa peluca, pero ella ¨Ccoqueta¨C no confiesa sus trucos de belleza.
M¨¢s valiente fue la valenciana Carmen Alborch cuando ostentaba el cargo de ministra de Cultura y afirmaba que en ocasiones, y por comodidad, usaba peluca. Antes de dedicarse a la pol¨ªtica, la pelirroja fue directora en el IVAM. Su sucesora, Consuelo C¨ªscar, tambi¨¦n presume de roja y rizada cabellera. Eso s¨ª, con un matiz, su impert¨¦rrito tup¨¦, m¨¢s llamativo que las esculturas de Julio Gonz¨¢lez expuestas en el museo que dirige. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sa¨¦nz de Santamar¨ªa, prefiere llevar sus ondas al viento. ?La excepci¨®n? El pasado 8 de octubre se las recogi¨® para ir a una misa en el Vaticano con la pertinente mantilla.
El pelo de la canciller alemana, Angela Merkel, se removi¨® con los insultos que recibi¨® durante su pasada visita a Atenas.
Cordon Press
Al otro lado del Atl¨¢ntico, la secretaria de Estado de EE?UU, Hillary Clinton, ha tenido sus m¨¢s y sus menos con sus asesores est¨¦ticos, quienes quieren desterrar sus coleteros. El resultado de esta batalla capilar ha sido una colecci¨®n de ganchos y diademas con los que adornar su melena. ?M¨¢s volumen! grita en la peluquer¨ªa y en los visionados de sus pel¨ªculas Amy Pascal, codirectora de Sony Pictures. En cambio, Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, prefiere la imbatible rigidez de su corto peinado, muy en la onda de Angela Merkel. La ganadora en coqueter¨ªa es Cristina Kirchner, quien intenta mostrarse como una nueva Evita, aunque el resultado de su melena y sus gestos ¨Cque no discurso¨C sean los de hero¨ªna de telenovela.