?Hasta qu¨¦ punto la moda es decisiva en el cach¨¦ de una actriz ?
El circo montado en torno a la alfombra roja nos hace creer que la carrera de las actrices depende de si van bien o mal vestidas. ?Mito o realidad?
Otro a?o, otra temporada de galardones cinematogr¨¢ficos. Un par de meses que transcurren en un bucle de galas y alfombras rojas. Hace no tanto importaba qui¨¦n se llevaba la estatuilla, pero los tiempos han cambiado. ?Hoy los profesionales ven como su cach¨¦ depende de muchas otras variables. Hay que estar preparado para un escrutinio constante y una cr¨ªtica despiadada, especialmente las actrices, que se ven obligadas a convertirse en perchas humanas. Planifican su atuendo al detalle a sabiendas que las juzgar¨¢ por ello y hasta tienen que cambiarse varias veces en cada gala para...
Otro a?o, otra temporada de galardones cinematogr¨¢ficos. Un par de meses que transcurren en un bucle de galas y alfombras rojas. Hace no tanto importaba qui¨¦n se llevaba la estatuilla, pero los tiempos han cambiado. ?Hoy los profesionales ven como su cach¨¦ depende de muchas otras variables. Hay que estar preparado para un escrutinio constante y una cr¨ªtica despiadada, especialmente las actrices, que se ven obligadas a convertirse en perchas humanas. Planifican su atuendo al detalle a sabiendas que las juzgar¨¢ por ello y hasta tienen que cambiarse varias veces en cada gala para mantener el espect¨¢culo. Todo sea por sus carreras, dicen.
?Dime que te pones y te dir¨¦ cu¨¢nto trabajas? La frase no resulta descabellada si tenemos en cuenta el tremendo poder de estilistas como Petra Flannery (Emma Stone, Amy Adams) o Leslie Fremar (Julianne Moore, Charlize Theron), las estratosf¨¦ricas cifras que se manejan en los contratos publicitarios o el inter¨¦s casi enfermizo de los medios. No obstante, hasta el m¨¢s ac¨¦rrimo defensor del corte sirena admite que unos minutos de alfombra roja no hacen a una actriz.
Cada vez hay m¨¢s int¨¦rpretes que se rebelan contra la forma en la que se juzga a las mujeres por su vestido o su peinado. Entre ellas, Cate Blanchett, Elizabeth Moss y m¨¢s recientemente Keira Knightley que sale cada d¨ªa a trabajar a Broadway con un uniforme de vaqueros anchos, gorro de lana y botas Dr Martens. ?Pero incluso las m¨¢s cr¨ªticas con este circo elegir¨ªan la firma de joyas que paga bien y el modelazo de una gran firma que las corone como las mejor vestidas de la gala. As¨ª son las reglas del juego.
Durante una entrevista con S Moda la actriz Kerry Washington declar¨® que s¨®lo empez¨® a interesarse en la moda cuando se dio cuenta que otras compa?eras que cuidaban m¨¢s su vestuario ten¨ªan m¨¢s oportunidades laborales. ¡°No estaba vendi¨¦ndome bien, estaba desaprovechando una herramienta de marketing¡±, declar¨® a la edici¨®n a esta revista durante la promoci¨®n de la serie Scandal. Washington se esmer¨® y termin¨® en la lista de los mejor vestidos de Vanity Fair. En el plano profesional no le ha ido nada mal. Ha continuado como protagonista de ?la rompe aud¨ªmetros Scandal, asesor¨® a la Casa Blanca en cuestiones de art¨ªsticas, se embols¨® contratos publicitarios con la marca de esmalte de u?as OPI y la l¨ªnea cosm¨¦tica Neutrogena. En su caso la moda la ayud¨® a tener un perfil m¨¢s alto y una cuenta corriente m¨¢s saneada.
Borja de la Vega, de la agencia Kuranda, que representa a Pen¨¦lope Cruz y Elena Anaya, considera que es una simplificaci¨®n creer que un estilismo traer¨¢ el papel de tu vida. ¡°No creo que haya una relaci¨®n directa entre cuidar la imagen y que salga trabajo¡±, afirma el agente. ¡°Lo que est¨¢ claro es que puede ayudar. Es algo que interfiere m¨¢s en el papel de estrella que en el de actriz. Hay proyectos, tanto en cine como en TV, que necesitan estrellas y ser una persona reconocida por el p¨²blico, admirada dentro y fuera de la pantalla, ayuda. Pero siempre vas a tener actrices fabulosas, como Meryl Streep o Julianne Moore, que trabajar¨ªan aunque fuesen a una alfombra roja hechas un trapo¡±.
En algunos casos el efecto de un look puede ser muy positivo. Un ejemplo memorable es el de Lupita Nyong¡¯o. Su campa?a previa a los Oscar fue uno de los pocos momentos en el que el estilo de la alfombra roja result¨® inspirador y lleno de joie de vivre. La pregunta del mill¨®n es si dos a?os despu¨¦s su arte para vestir le ha abierto o cerrado puertas. Para de la Vega, su imagen s¨ª ha contribuido a derrivar las barreras raciales que a¨²n perviven en Hollywood. ?Creo que en alg¨²n tiempo lograr¨¢ la carrera que se merece. El hecho de que Lanc?me la contratase como su imagen puede hacer que un gran estudio piense que puede protagonizar una superproducci¨®n?, opina el agente.
La moda puede ser un arma de doble filo. Un buen estilismo es simplemente el que no eclipsa a la actriz que lo lleva. ?De eso sabe un rato Sienna la Miller que parad¨®jicamente tuvo que usar a la estilista Kate Young para culminar un proceso de desfashionizaci¨®n. Con la ayuda de la experta la brit¨¢nica se desprendi¨® de su imitad¨ªsimo estilo boho y adopt¨® un look m¨¢s contempor¨¢neo y menos rebuscado. Angelina Jolie recurre a la estilista Jennifer Rade, para asegurarse que su glamuroso aspecto no cobre m¨¢s protagonismo que sus proyectos profesionales.
?Yo nunca recomendar¨ªa vestirse para dar de que hablar¡±, opina Borja de la Vega. ¡°Eso solo puede ser una consecuencia, nunca un fin en s¨ª mismo. Las actrices no son estrellas del pop. Es preferible ir elegante y que se hable de lo buena actriz que eres, no de lo llamativa que vas¡±.
No todas las actrices van a ser como Tilda Swinton o Cate Blanchett que compaginan un estilo original con unas actuaciones sublimes. En la vi?a del se?or tambi¨¦n hay espacio para Kate Hudson, de la que probablemente recordemos m¨¢s modelitos que papeles (sin contar a su Penny Lane de Casi Famosos). Pero si algo ense?a este brutal negocio es que el cuento de Cenicienta no acaba con las perdices. Las fortunas cambian al instante, y no hay que fiarse de listas y hashtags. Un d¨ªa eres trending topic por un dise?o de alta costura, pero al otro te encuentras frente a una pila de guiones perfectamente olvidables.
La moraleja es que llegado la hora de reivindicar el talento. Ser¨ªa una pena que el culto a la alfombra roja nos dejara sin buenas actrices mal vestidas.