Juan Jos¨¦ Mill¨¢s: ?Hay algunos tejidos que, a partir de cierta edad, se autodestruyen?
El escritor confiesa que el entusiasmo con el que comienza a ir de tiendas siempre se acaba desinflando. En realidad, compra mejor para una mujer que para ¨¦l.
Juan Jos¨¦ Mill¨¢s acaba de publicar sus mejores reportajes en el libro Vidas al l¨ªmite (Seix Barral). Reconoce que le trae buenos recuerdos una chaqueta que us¨® en la gira de presentaci¨®n de su novela El mundo, con la que obtuvo el Premio Planeta y el Nacional de Narrativa.
En el reportaje Ciego por un d¨ªa, que aparece en su libro, hay una mujer que dice que si pudiese ver, se fijar¨ªa en lo que lleva puesto la gente. ?Usted lo hace?
S¨ª, me fijo en todo; en lo que llevan puesto y en lo que llevan en las manos. No se trata necesariame...
Juan Jos¨¦ Mill¨¢s acaba de publicar sus mejores reportajes en el libro Vidas al l¨ªmite (Seix Barral). Reconoce que le trae buenos recuerdos una chaqueta que us¨® en la gira de presentaci¨®n de su novela El mundo, con la que obtuvo el Premio Planeta y el Nacional de Narrativa.
En el reportaje Ciego por un d¨ªa, que aparece en su libro, hay una mujer que dice que si pudiese ver, se fijar¨ªa en lo que lleva puesto la gente. ?Usted lo hace?
S¨ª, me fijo en todo; en lo que llevan puesto y en lo que llevan en las manos. No se trata necesariamente de una atenci¨®n consciente, sino de un h¨¢bito muy arraigado, tanto que a veces me tengo que controlar para no resultar grosero.
?C¨®mo decide lo que se pone?
Llevo siempre vaqueros y un polo de color discreto. Suelo usar chaqueta, incluso en verano, porque me parece una prenda protectora.
Def¨ªnase cuando va de compras: resignado, amargado o ilusionado.
Suelo empezar ilusionado, pero acabo cansado, cuando no arrepentido. Excepcionalmente vuelvo a casa con la impresi¨®n de haber hecho algo m¨¢s que una obligaci¨®n. Disfruto m¨¢s comprando para otros, para una mujer, por ejemplo, que para m¨ª.
En su novela Papel mojado hablaba de ?una capa en forma de p¨¦talo? que ten¨ªa la protagonista. Siempre me pregunt¨¦ de d¨®nde habr¨ªa sacado el autor aquella prenda.
La vi en un escaparate de una tienda cara de la calle Serrano. Si hubiera tenido dinero, me la habr¨ªa llevado a casa, aunque solo fuera para contemplarla. Era bell¨ªsima.
En un art¨ªculo sobre la vida de un ama de casa, se impresiona usted de lo ordenados que est¨¢n los armarios. ?C¨®mo est¨¢ el suyo?
Ya se sabe que para tener un fondo de armario es preciso tener un armario con fondo. No es mi caso, y me cuesta mucho hacer la operaci¨®n aquella de nuestras madres de recoger la ropa cuando acaba el verano y viceversa. De modo que mi armario posee un equilibrio precario, aunque dos o tres veces al a?o me da un ataque de orden que me deja agotado.
?Cu¨¢l es la prenda m¨¢s vieja que tiene guardada?
Un jersey con agujeros que me pongo para escribir. Durante un tiempo cre¨ª que los agujeros eran de la polilla, ese animal que, incre¨ªblemente, se alimenta de la ropa. Pero he llegado a la conclusi¨®n de que es producto de eso que llaman ?obsolescencia programada?. Algunos tejidos, a partir de cierta edad, se autodestruyen, como las cintas de los esp¨ªas.
?Qu¨¦ es lo ¨²ltimo que se ha comprado?
?Tres chalecos de punto, de los de pico: azul oscuro, ceniza y rojo. Son m¨¢s c¨®modos que los jers¨¦is, oprimen menos, pero abrigan igual.
Paco, un chico con s¨ªndrome de Down sobre el que escribi¨®, dec¨ªa que el mundo deber¨ªa estar hecho de nata y corbatas. ?Qu¨¦ tal se lleva con las corbatas?
Las uso muy poco, para circunstancias de orden social, por miedo a llamar la atenci¨®n si no la llevo. Pero estas ocasiones son tan escasas que siempre visto corbatas anticuadas. Es incre¨ªble lo que cambian de un temporada a otra. Parece que son siempre iguales pero son siempre distintas. Me gustan las de punto.
Nunca se pondr¨ªa¡
Una falda escocesa.
En uno de sus articuentos confiesa que compr¨® hace 10 a?os un traje que no se ha puesto nunca. ?Qu¨¦ ha sido de ¨¦l?
Sigue en el armario, como un cad¨¢ver. Est¨¢ momificado.